Se define partido hegemónico a aquel que “tiene una influencia determinante sobre la política del país, ya sea porque suele ganar la mayoría de las elecciones, porque ha monopolizado el poder y/o porque obtiene la mayoría de puestos de elección popular incluyendo los del Parlamento y los cargos municipales”. No debe confundirse partido hegemónico con partido único, que se refiere a aquellos sistemas políticos en donde un solo partido es legal y es el único autorizado para presentarse a las elecciones.Atendiendo a la definición de partido hegemónico, se puede considerar que el PNV cumple con los requisitos. A nivel de Comunidad Autónoma Vasca, lleva gobernado desde 1980 a excepción hecha del periodo 2009-2012. En los comicios de 2009 la formación jeltzale, con Juan Jose Ibarretxe como candidato a lehendakari, fue la más votada con 399.600 sufragios por delante del PSE (318.112 votos). Sin embargo, los 30 escaños obtenidos por el PNV no fueron suficientes para gobernar puesto que PSE y PP unieron su representación (25 escaños los socialistas y 13 los populares), lo que les dio mayoría absoluta para hacer lehendakari al socialista Patxi López. Ahora, además del Gobierno vasco, el PNV se sitúa a frente de las tres diputaciones de la CAV, de las tres capitales y de la mayoría de los municipios.

Donde no se ha producido esa hegemonía ha sido en los comicios generales. En 1977, 1979 y 1982, el ganador en la CAV fue el PNV; en 1986, 1989 y 1993 el triunfo fue del PSOE; la formación jeltzale volvió a imponerse en otras tres citas: 1996, 2000 y 2004; el PSOE repitió en 2008; en 2011, el PNV fue el más votado, pero el ganador en escaños fue Amaiur; en 2015 sucedió que el PNV obtuvo más escaños, pero Podemos más votos; en 2016 la formación morada ganó en escaños y en votos; y las dos últimas elecciones, ambas en 2019, el PNV fue el ganador tanto en escaños como en votos.

¿Cuál es la clave para que el PNV, elección tras elección, repita sus buenos resultados? DEIA ha consultado a dos historiadores: Iñaki Goiogana y Ludger Mees; al periodista Jose Félix Azurmendi; y al miembro del Euzkadi Buru Batzar del PNV, Joseba Aurrekoetxea.

Iñaki Goiogana

(Historiador)

“Aguantar la antorcha nacionalista da frutos”

“Aguantar la antorcha nacionalista da frutos”Iñaki Goiogana es historiador y técnico del Archivo del Nacionalismo de la Fundación Sabino Arana. A su juicio, son varios los factores que determinan los buenos resultados del PNV -“no siempre se gana por méritos propios, también habrá deméritos de sus rivales” -, pero cree que la clave está en la trayectoria histórica. “El PNV representa a un sector de la población con ideas nacionalistas, y moderadas, que el partido ha sabido representarles a la perfección durante toda su existencia, pero, sobre todo, desde la república”, señala Goiogana, para quien la formación jeltzale está recogiendo los frutos de su trabajo durante la república, en la guerra y en la postguerra. “Se perdió la guerra, pero se ganó la postguerra y la democracia. El haber estado 40 años aguantando la antorcha del nacionalismo ha dado sus frutos”, afirma.

Para el historiador, a lo largo de todos estos años, el PNV ha sido algo más que un partido, ha sido comunidad. “No era solo el representante político de un sector de la población, era una forma de ser vasco. Eso cala, perdura y hace que haya un sector de población muy fiel a las ideas del partido”, señala Goiogana, que apunta, además, que “si le unimos que los partidos de la oposición no están en su mejor momento, se explica el buen papel del PNV”.

Goiogana se retrotrae a la escisión que supuso la marcha del partido de Carlos Garaikoetxea, lo que dio origen al surgimiento de EA. “Fue una escisión traumática que rompió al partido en dos y que hoy en día es historia, ya que el PNV ha recuperado prácticamente todo el peso que tenía antes de la escisión”, asegura.

Ludger Mees

(Historiador)

“Vende la idea de que es más que un partido”

El historiador y catedrático de la UPV/EHU Ludger Mees, considera que son cuatro las claves para analizar el por qué de la hegemonía del PNV. “En primer lugar, y ya se vio en las primeras elecciones, las de 1977, el PNV tiene una larga memoria histórica, una lealtad adquirida a unas ideas, a unas personas, a unas siglas, y a una bandera que sobrevive por encima de coyunturas políticas, de la dictadura. Cuando todo el mundo le daba por muerto, el PNV resultó ser el partido más fuerte. Las lealtades históricas transmitidas de generación en generación es el primer punto a tener en cuenta”, asegura.

Como segundo argumento, Mees señala que el PNV, desde su fundación, “vende la idea de que es mucho más que un partido político. Ha tejido en torno al grupo político una amplia red social, económica, cultural que consigue movilizar a la gente. Logran movilizar las emociones de la gente, hasta el punto de que muchos teóricos hablan del nacionalismo como una ‘religión política’. Eso es una gran ventaja”.

El catedrático de la Universidad Pública Vasca sitúa como tercera clave la “supuesta debilidad” de sus competidores en el “centro-derecha en Euskadi”. “Después de la dictadura, esas opciones estaban desacreditadas. Esta gente, que hubieran votado a un partido de centro-derecha, solo podían optar por el PNV”, señala Mees.

Como cuarto y último punto, hace referencia a lo que denomina como el “péndulo patriótico”. “Es un partido que ha sabido compaginar, incluso desde los tiempos de Sabino Arana, ese radicalismo utópico con un pragmatismo muy realista. Según cómo soplaba el viento o era la opinión mayoritaria en la sociedad, se movía a un lado u otro. En eso ha acertado bastante. Desde un punto de vista histórico tenemos que decir que en base a ese juego pendular ha conseguido sus mayores logros cuando estaba en posiciones centristas, moderadas y pragmáticas. Y me refiero al Estatuto del 36, al de 1979 y, sobre todo, a los últimos triunfos que no han tenido parangón y que le permite controlar todas las instituciones, las capitales, las diputaciones y tener mayoría en el Parlamento. La confluencia de todos estos factores hace que una vez tras otra, en todas las elecciones, el PNV saque estos resultados”.

José Félix Azurmendi

(Periodista)

“Ha sabido gestionar el tiempo y las opciones”

El periodista José Félix Azurmendi dice que hay varios factores para analizar lo que denomina el “éxito electoral” del PNV. En primer lugar, habla de “tres de los territorios” que el PNV reivindicaba en sus orígenes, porque “siempre ha estado incómodo con Nafarroa”. El periodista cree que es algo extensible al conjunto de la conciencia abertzale. “Es inconcebible que en el entorno nacionalista, sea el PNV o la izquierda aber-tzale, se acepte como se está aceptando frases como en Euskadi y Navarra. Eso denota un cierto fracaso de todo el nacionalismo”.

Azurmendi asegura que “el PNV ha sabido gestionar el tiempo y las opciones, pero, sobre todo, porque la otra rama abertzale, la que surgió de ETA, ha hecho todo lo contrario para tener éxito electoral. Durante mucho tiempo, el PNV parecía contar con mayoría absoluta porque la otra rama -vamos a seguir llamándola así- no estaba. No participaba de la política”.

Para Azurmendi hay otra cuestión importante, el PNV ha sabido recoger el voto de muchos que tenían “miedo” a lo que podía deparar el futuro. A su juicio es “un voto tranquilo” con el que se sienten a gusto. Además, es un partido que sabe adaptarse. “Ahora PNV y PSE mantienen una entente cordial, aunque en muchas fases de la historia de este país no ha sido así. Es histórico el conflicto del nacionalismo con Indalecio Prieto”.

Asimismo, el veterano periodista destaca la capacidad de trabajo de la militancia jeltzale. “Es un partido con implantación en todos los municipios y barrios, con miles de concejales, y con una militancia fiel”, señala.

Joseba Aurrekoetxea

(Miembro del EBB del PNV)

“Estamos cerca de la gente y les escuchamos”

Joseba Aurekoetxea es partícipe del triunfo del PNV. El portugalujo es miembro del Euzkadi Buru Batzar, la Ejecutiva de la formación jeltzale, donde se encarga del Área de Organización. Se trata pues, de un perfecto conocedor de la maquinaria interna de la formación de Sabin Etxea. A su entender, una de la claves del éxito del PNV se centra en “estar siempre con la gente”. Aurrekoetxea es consciente de que es algo fundamental. “Hay otros elementos como la organización o el modelo de gestión, pero es clave y fundamental nuestra proximidad a la ciudadanía. Estar con la gente, entenderla y escucharla”, asegura el burukide, que hace hincapié en la nueva gente que se ha ido sumando al proyecto en las últimas décadas.

En ese estar con la gente y escucharla, Aurrekoetxea resalta el papel que juegan los batzokis. “En nuestro modelo de organización son fundamentales los batzokis. Es una constante en el partido y son muestra clara de esa cercanía de la que hablaba. Es un lugar de encuentro, de discusión política, pero también de cercanía, de proximidad, de crear conciencia. Somos un partido muy de base, muy horizontal y por eso, a diferencia de otros, es clave el trabajo de los batzokis”, asegura.

Aurrekoetxea, ademas, habla de todas esas cuestiones que están recogidas en los estatutos y que otros muchos partidos parece que están adoptando. “La no acumulación de cargos, las incompatibilidades, el proceso asambleario... Todas estas cuestiones están en el ADN del partido. De democracia interna, pocos pueden darnos clases”, apostilla.

El burukide ensalza, asimismo, que el voto al PNV es sinónimo de “tranquilidad y confianza”. “Es lo que tratamos de dar a la gente, Y, sobre todo, que sean capaces de plantearse un proyecto de vida. Saben que el PNV puede darles tranquilidad para encarar ese proyecto de vida”.

En las últimas cuadro décadas el PNV ha tenido que pasar por un momento muy duro como fue la escisión, que “supuso, ante todo, un desgarro a nivel personal y humano, porque no hay que olvidarse al final los partidos son personas”, mientras que hoy en día quizá viva su mejor momento político. “En el sentido de poder institucional es cierto que estamos viviendo un gran momento, pero nuestros principios fundamentales siguen ahí. Son pasos que vamos dando hacia la construcción nacional, que es nuestro gran objetivo”, asegura Aurrekoetxea, que pese a los buenos resultados obtenidos el pasado 12 de julio señala que “ya nos merecemos una mayoría absoluta. Tenemos todavía un recorrido por delante para ir dando más pasos”.

otros ejemplos en Europa

Italia. La Democracia Cristiana (DC) fue un partido político que gobernó Italia durante la mayor parte de la segunda mitad de siglo XX. Fundada en 1943 (durante la ocupación nazi de Italia) como el sucesor del Partido Popular Italiano, se inspiraba en la Doctrina Social de la Iglesia y situados en el centro político, con facciones tanto de centroizquierda como de centroderecha. Dominó la política italiana durante casi 50 años hasta su disolución.

Baviera. La Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera (Alemania) fue fundada en 1945, tras el final de la Segunda guerra mundial. Desde su creación, la CSU solo se ha presentado a las elecciones de Baviera, donde ha ganado todos los comicios históricos tras la finalización de la guerra.