Lejos de optar por el mensaje de mesura, el Gobierno español se atoró ayer en la estrategia de presión y pasó al contragolpe descargando en el PP y el resto de formaciones las posibles consecuencias de que no salga adelante una nueva prórroga del estado de alarma. “Es imprescindible. Y funciona. Hay 22 países con sistemas similares. No hagamos experimentos que podrían acabar en el caos”, arrancó Salvador Illa, ministro de Sanidad, aunque la carga de profundidad la llevó el titular de Transportes y rostro fuerte en el PSOE, José Luis Ábalos, quien consideró que, incluso con una abstención, no respaldar la alarma es hacerse responsable de los posibles rebrotes que esta situación podría generar. “Pido al PP no se deje arrastrar por quienes se valen de bulos”, señaló en clara referencia a Vox. Y recalcó: “De hacerlo tendrán que responder ante los ciudadanos si hay más contagios”.

“¿Se puede el PP abstener? No. Se puede abstener alguien que solo predique el fin de todo y utilice la propaganda, como Vox. Pero el PP es un partido de gobierno, que está gestionando esta pandemia en coordinación con el Gobierno. Nos da igual que se abstenga como que vote no. Sería eludir su responsabilidad. Eso lo puede hacer el partido de Abascal, que cuestiona todo a base de mentiras. Pero el PP gobierna en Madrid, en Andalucía, en Castilla y León... ¿Cómo me va a pedir a mí el presidente de Castilla y León que no ponga en marcha el AVE, como está haciendo, si no aprueban el decreto de alarma que ampara esa decisión? ¿O cómo pedía el presidente de Murcia el confinamiento total y ahora su partido no apoya el decreto de alarma?”, argumentó Ábalos.

El ministro de Transportes criticó además que Pablo Casado no ha planteado un plan alternativo que cuente “con la suficiente fuerza como para cuestionar un derecho tan básico como la libre circulación” de personas y le avisó además de que esa actitud puede llevar al Estado español al “caos sanitario y económico”. El Ejecutivo asume que el decreto saldrá adelante porque para tumbarlo haría falta que votaran no el PP, Vox, C’s, JxCat y ERC, algo más probable con la negativa republicana, pero el escenario le sirve para desgastar al líder de la oposición. “El presidente le ha explicado a Casado que si el estado de alarma decae algunos tendrán que volver a sus trabajos, otros a sus estudios, los ERTE ya no tendrían razones de fuerza mayor que los justifiquen. Todo el esfuerzo se perdería porque no tendríamos el marco jurídico para poner orden. Casado no ha expuesto plan alternativo porque no lo hay”, recalcó Ábalos.

sin moción de confianza

La mano derecha de Sánchez quiso desterrar el intento de hacer flaquear al Ejecutivo de coalición de PSOE y Unidas Podemos. “El Gobierno no está débil. Otra cosa es que se le quiera debilitar. Está sacando adelante todas sus iniciativas. Si creen que es un buen momento para debilitar en plena pandemia... Este Gobierno no necesita una moción de confianza. La moral es alta, estamos sirviendo a nuestro país como mejor sabemos, podemos y nos dejan”, zanjó Ábalos.

Por su parte, Illa se centró en hacer una defensa cerrada de la figura del estado de alarma en la “compleja” y recién iniciada fase de transición a la llamada nueva normalidad, donde el Estado ha de estar capacitado para poder reaccionar con rapidez ante eventuales rebrotes de la enfermedad. Por ello, el ministro de Sanidad subrayó la eficacia que han demostrado las medidas desplegadas y que han permitido pasar de una tasa de crecimiento de nuevos contagios del 35% cuando se decretó el inicio del confinamiento el pasado 14 de marzo al 0,16% reflejado ayer. Además, en opinión del Ejecutivo, el estado de alarma cuenta igualmente con un alto respaldo de los ciudadanos, aunque Illa no fue capaz de calcular hasta cuándo será necesario mantenerlo más allá de vincularlo a la evolución de los datos sanitarios, que serán los que indiquen cuándo no será necesario seguir restringiendo los movimientos de las personas.

responderá a tres preguntas de la oposición

sánchez acude hoy al senado

Ausencia en la Cámara alta. Pedro Sánchez contestará hoy en el Senado a tres preguntas de la oposición antes del debate de mañana en el Congreso. Acude a la Cámara alta, por vez primera en esta situación, para responder al PP por su ausencia de la institución, ya que Javier Maroto le señalará que tendría que haber acudido antes, sobre todo a la Comisión General de Comunidades Autónomas del jueves pasado, en lugar de la ministra de Política Territorial, Carolina Darias. C’s le pedirá un balance de la evolución de la crisis sanitaria y socioeconómica, y desde Izquierda Confederal le solicitarán medidas dirigidas al paro juvenil.