El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha criticado la "imposición" de cese de todas las actividades no esenciales durante 15 días, una medida que Euskadi "adaptará con responsabilidad", y ha pedido al Gobierno que aclare de forma inmediata los sectores afectados para evitar "confusión e incertidumbre".

Urkullu ha participado este domingo en una videoconferencia en la que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha informado a los presidentes autonómicos de la paralización de actividades, una "medida excepcional" anunciada ayer que entrará en vigor mañana lunes.

En su intervención ante el resto de presidentes Urkullu ha censurado que "por tercera semana consecutiva" esta videoconferencia "tiene un carácter sólo informativo y no deliberativo". "Comunicar públicamente, antes de reunirnos, decisiones consumadas y no consultadas, no es buen método", ha reprochado el lehendakari a Sánchez, al que ha pedido que "corrija esta distorsión".

"Lo dije el primer día: colaboración y cooperación, no es imposición", ha expuesto, al tiempo que se ha comprometido a seguir "actuando desde la responsabilidad y la colaboración". "Pero los principios de lealtad deben ser recíprocos", ha advertido.

El lehendakari ha comunicado no obstante su voluntad de "mirar adelante, porque la situación lo demanda" y ha anunciando que su Gobierno "adaptará" las medidas anunciadas "con responsabilidad y de acuerdo con las autoridades sanitarias".

ACTIVIDADES NO ESENCIALES

Se ha mostrado contrario a paralizar todas las actividades no esenciales y ha defendido que esta medida "no era la única posible" y que había "alternativas menos lesivas" como esperar una semana para que el cese coincidiera con Semana Santa y causar así "un menor impacto en la economía, en la industria y, sobre todo, en la protección del empleo".

Demorar la paralización de actividades, ha añadido Urkullu, hubiera permitido además "evaluar mejor el efecto del confinamiento en su primera fase".

Otra posibilidad era que cada comunidad autónoma determinara qué actividades son esenciales en su territorio, un planteamiento que Urkullu transmitió ayer a Sánchez "frente a una contraproducente aplicación uniforme de las nuevas restricciones", pero que no ha sido tenido en cuenta, según ha lamentado.

"Hoy, el empleo, la economía y el futuro se enfrentan a un panorama peor" dado que cerrarán empresas cuyas competidoras europeas y del resto del mundo seguirán abiertas, ha constatado el lehendakari, que ha preguntado al presidente por las medidas "complementarias" que adoptará "para apoyar al sector industrial y compensar el grave impacto en el empleo y en la actividad productiva" del nuevo decreto.