BILBAO - Moncloa empieza a asumir que la investidura de Pedro Sánchez antes de Navidad es prácticamente imposible. Y más después de que ayer ERC fiara para largo poder llegar a un punto de entendimiento en las negociaciones, que se podrían demorar dos meses, y en las que los republicanos sitúan como exigencia el fin de la represión. “Tanto nos da diez días como un mes, dos o el tiempo que sea necesario”. Así de rotundo se expresó el presidente de Esquerra en el Parlament y vicesecretario de Comunicación, Sergi Sabrià, para reiterar que su formación no tiene “ningún tipo de prisa” en llegar a un acuerdo con el PSOE. Además, afeó a los socialistas su persistencia en comportamientos como el decreto ley contra la república digital catalana o que el Tribunal de Cuentas haya citado, entre otros, a Oriol Junqueras y Carles Puigdemont. “No se pueden producir situaciones como la de esta semana en la que el Tribunal de Cuentas, el más politizado de España, que es mucho decir, coja y persiga a 29 personas por el 1-O”, afirmó Sabrià. Advirtió de que, de no haber soluciones políticas, ERC votará no a Sánchez y “nadie nos podrá hacer culpables de unas terceras elecciones”.

La posición de los republicanos respecto al calendario choca con la voluntad de Sánchez, que no está dispuesto a someterse a un nuevo debate de investidura sin los apoyos necesarios para tener éxito, para lo cual es absolutamente necesaria la abstención de ERC, dada la negativa del PP a permitirla. Eso sí, Sabrià celebró el buen clima de la primera reunión y que desde el ámbito socialista ya no se hable de problemas de convivencia sino de conflictos político. “Si tienen prisa, que vengan con respuesta a nuestras demandas”, dijo antes de la cita del próximo martes. El mismo día, aunque justo después, de la primera cumbre entre el PSOE y JxCat.