Barcelona - “Si salís, ya no podéis volver a entrar”. Esta es la exigua directriz que trasladaban los agentes de los Mossos d’Esquadra presentes ayer en el interior del aeropuerto de El Prat a los miles de pasajeros que se amontonaban cada vez más, sin posibilidad de salir de las instalaciones por la multitud que, también por miles, se agolpaba en el exterior.

DEIA fue testigo de la caótica situación que se vivió en este espacio público tras el llamamiento a tomarlo en protesta por las condenas del Tribunal Supremo a los líderes del procés. Tras llegar a las 16.30 horas procedente de Bilbao, las horas siguientes supusieron toda una odisea. Nula información desde las ventanillas y megafonía, colas interminables incluso para comprar un botellín de agua... “Estamos totalmente atrapados, esto es una ratonera”, fue la opinión generalizada.

La situación empeoró cuando se trasladó a los viajeros desde la amplia zona de llegada a una sala anexa. Por descontado, no había asientos suficientes para todos y se podía ver a numerosas personas sentadas en el suelo. Eso sí, pese a alguna escena de nervios puntual, la tranquilidad fue la nota dominante. Mientras, los vuelos seguían llegando al aeropuerto y complicando una solución.

Unos 200 pasajeros abandonaon la Terminal 1 para dirigirse a la Terminal 2 y conectar con la línea de metro, que al final resultó que también estaba cortada. Solo estaba operativa una línea de tren de Cercanías. Con todo, muchos viajeros tuvieron así que realizar un trayecto de unos seis kilómetros a pie, maleta en ristre.

En ese periplo los pasajeros se mezclaron con los manifestantes, en su mayoría jóvenes estudiantes en actitud festiva, y este medio recabó la opinión de una coordinadora: “No nos vamos a rendir, nos estamos manifestando pacíficamente, los que nos violentan son las Fuerzas de Seguridad. Y algunos nos marcharemos pero vendrán muchos más”.

Un viajero que llegó desde Zaragoza para hacer escala con destino a Ibiza expresaba por su parte su frustración: no encontró ningún vuelo a su disposición. Otros fuimos viendo la luz al final del túnel y llegando poco a poco al anhelado destino.