BILBAO - La posible irrupción de Iñigo Errejón en el tablero electoral del 10-N ha sacudido el mapa político general, especialmente en el flanco de la izquierda, en el que el fantasma de la división y la fragmentación hace temblar las canillas a sus dirigentes. También las encuestas de los últimos días han quedado caducadas con este nuevo factor que ha agitado la precampaña incluso antes de que el ex fundador de Podemos haya anunciado que va a liderar la nueva candidatura, secuela de Mas Madrid. Previsiblemente, mañana dará a conocer su decisión que algunos medios ya avanzan que será afirmativa y dará el paso.

También se da por descontado que, como quiera que se denomine el partido, no se presentará en el conjunto del Estado español por razones de infraestructura y para no acentuar la división en la izquierda. Los asesores de Errejón estudian la posibilidad de centrarse en las circunscripciones electorales más grandes, donde se disputan un puñado importante de diputados para el Congreso, descartando las provincias en las que el número de escaños en juego es menor. El lístón estaría situado en un mínimo de entre los 7 y 8 diputados por territorio y por tanto Bizkaia entraría en los cálculos de los errejonistas ya que en hay 8 escaños en juego. En Gipuzkoa son seis, en Araba, cuatro, los mismos que en Nafarroa.

El pasado domingo la asamblea de Más Madrid, el partido liderado por Errejón en la Comunidad de Madrid, decidió presentarse a las elecciones del 10 de noviembre. En la reunión, a la que no acudió el ex fundador de Podemos para no condicionar la decisión, salió vencedora la opción de expandir la marca al conjunto del Estado, pero quedó en el aire la interrogante sobre las circunscripciones electorales a las que presentarse y con qué apoyos.

La primera de estas dudas va despejándose con el paso de las horas, en gran medida forzados por la premura de tiempo y de los plazos para presentar candidatura que terminan el próximo 8 de octubre. Va tomando cuerpo la opción de asegurar un grupo parlamentario que les visibilice en el Congreso y que permita a Errejón utilizarlo como escaparate para convertirse en un actor de peso en la vida política española.

De este modo, el partido se presentará en las circunscripciones más pobladas, aquellas en las que el número de diputados en juego es lo suficientemente elevado como para que los restos no se pierdan y puedan beneficiar a la derecha. El caso más claro es la Comunidad de Madrid, donde su partido ya está consolidado, es visible y tiene el aval de que en las últimas elecciones autonómicas logró hasta 20 escaños en el Parlamento regional. En esta circunscripción se repartirán 37 escaños el 10-N, sobre un total de 350 en el Congreso de los Diputados.

El salto no es tan fácil en otros territorios no explorados y donde carecen de cuadros e infraestructura. Es el caso de Bizkaia, territorio en el que el errejonismo ha anidado hasta no hace mucho en el seno de Podemos de la CAV, tanto durante el mandato de Nagua Alba al frente de la formación como después con Lander Martínez. En el congreso de Vistalegre II, la dirección de la filial vasca se distanció de Pablo Iglesias y se mantuvo fiel a la línea de Errejón y la dirección vasca se guió por las directrices del ahora líder de Más Madrid.

Para disipar dudas, la formación liderada por Martínez dejó ayer claro que no tienen nada que ver con el partido de Errejón y que no temen que presente en planchas electorales en Euskadi. En las elecciones del pasado 28 de abril, Podemos logró dos diputados por Bizkaia, los mismos que el PSE y uno más que EH Bildu.

Por encima de ocho diputados hay en el Estado una veintena de circunscripciones. Tras Madrid, la mayor es Barcelona (32), y le siguen a gran distancia Valencia (15), Sevilla y Alicante (12), Málaga (11), Murcia (10) y Cádiz (9), Las Palmas, Baleares, A Coruña y Bizkaia (8). El número de escaños a repartir asegura una representación más proporcional y el riesgo a restar escaños se reduce si se compara con aquellos feudos en los que hay tres o cinco diputados en juego. También podrían optar los territorios en los que se reparten 7 escaños: Zaragoza, Asturias, Pontevedra, Granada y Santa Cruz de Tenerife.

El sistema electoral español basado en el recuento de D’Hont propicia que en las circunscripciones menores se pierdan muchos votos, incluso miles, que no se traducen en escaños, ya que al repartirse tan pocos diputados solo dos o tres partidos acceden a ellos y el resto se va de vacío, a pesar de haber recaudado miles de votos. Quieren evitar que la dispersión del voto en estos feudos pequeños no perjudique a la izquierda tal y como le ocurrió a Vox en las pasadas generales en las que logró un porcentaje superior al 10% en algunos territorios, pero no se tradujeron en escaños.

La otra incógnita es saber con qué partidos se aliará, ante el debate generado en las confluencias de Unidas Podemos y en fuerzas como Compromís. En Marea, que en los anteriores comicios se presentó al margen de Podemos, ha abierto la puerta a una alianza con Errejón que incluya a la exdirigente de la formación morada Carolina Bescansa.

En Comú Podem no tienen intención de romper su alianza con Iglesias para juntarse con Errejón. Podemos Andalucía defiende que en vez de Unidas Podemos, la candidatura de la izquierda en esta región se llame “Adelante” y tenga perfil propio en el Congreso, al estilo de En Comú Podem o Galicia en Común, algo que no contempla el partido de Iglesias.

Equo no ha decidido su postura, aunque criticó que su dirigente Inés Sabanés haya tomado partido por Más Madrid. “En los estatutos de Equo no se permite la doble militancia. Mucha gente de Equo no está de acuerdo con la presencia hoy de gente de Equomadrid en lo de Errejón”, advirtió el líder de la formación ecologista y miembro de la dirección del grupo de Unidas Podemos.

compromís, el primero en sumarse En el caso de Compromís, su líder, Mónica Oltra, también es partidaria de que haya una gran plataforma de izquierda en la Comunidad Valenciana en la que “la solución óptima” y “lo deseable” sería que aglutinase al partido de Errejón y el de Iglesias, a pesar del distanciamiento entre ambos. Por su parte, el portavoz de Compromís en el Congreso prefiere presentarse en coalición con la nueva marca del exfundador de Podemos. Finalmente, tras una reunión de tres horas, su ejecutiva se decantó ayer pore sumarse al proyecto de Más Madrid y no al de Pablo Iglesias. En la votación participaron 23 miembros de la ejecutiva: hubo dos abstenciones, tres votos a favor de pactar con Iglesias y el resto votaron a favor de Errejón.

El secretario de Comunicación de Podemos de la CAV, Andeka Larrea, aseguró ayer que su formación no teme que el nuevo partido de Errejón pueda presentarse en Euskadi porque la coalición que mantiene con Ezker Anitza-IU y Equo y que lleva la marca de Elkarrekin Podemos, está “consolidada”, sus socios tienen una “muy buena relación política” y la sociedad vasca reconoce su “espacio político del cambio”.

Preguntado sobre la entrada de Errejón en la precampaña, y en relación a la fragmentación del voto de izquierdas que puede conllevar, Pablo Iglesias dijo que se debe respetar que haya muchas opciones y que “las escisiones no son una novedad en la política española”. El líder de Podemos asume como “lógico” que Pedro Sánchez, prefiriera tener que acordar con Errejón, dado que éste en las autonómicas ofreció apoyar un gobierno en la Comunidad de Madrid de Gabilondo (PSOE) con Ciudadanos sin pedir nada a cambio.