BILBAO. En el esperado cierre de la convención con la que el PP desea revitalizar el músculo perdido en la CAV, el presidente estatal de la formación, Pablo Casado, trató de apagar el incendio prendido por su portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, apenas un día antes de que los populares vascos emprendieran el cónclave de Gasteiz para marcar perfil propio. Lo logró. Casado templó los ánimos de los suyos al asegurar que “los fueros están en la Constitución”. Polémica zanjada. Pese a que quizás tenga nuevos capítulos a futuro, lo cierto es que cerró filas con el líder en Euskadi, Alfonso Alonso, a la par que desautorizó la bravata de Álvarez de Toledo. Pero Casado se mantuvo firme en otro de los caballos de batalla abiertos con la sucursal vasca. Bendijo nuevamente la marca España Suma, la unión de los partidos de centro-derecha, en un territorio en el que Alonso pone férreas condiciones de cara a las próximas citas electorales.

“Yo soy también del PP vasco. Si no fuera por vosotros, yo no estaría en política y ni mucho menos sería presidente del partido. El PP no tiene explicación ni razón de ser sin el PP vasco”, arrancó Casado ante un público expectante de sus palabras después de que su portavoz en el Congreso irritara a los responsables en Euskadi. No fue el único guiño que lanzo a los populares en la CAV, “un ejemplo sin el cual no tendríamos una democracia consolidada”, a los que respaldó en su apuesta por la foralidad para tratar de recuperar el pulso electoral perdido en suelo vasco. Tanto es así que aseguró que es un debate “plenamente superado”, y que, además, está incluido en la Constitución española. “A mí me gusta la Constitución entera, no por capítulos”, proclamó. A renglón seguido, y sin mentar en ningún momento las declaraciones de Álvarez de Toledo, en las que acusó al partido de “tibieza” en el combate al nacionalismo en el pasado y censuró los derechos históricos por ser previos a la Carta Magna, tiró de símil musical. Calificó a su formación de una “gran orquesta” en la que “a algún solista se le puede escapar una nota”. En todo caso, “siempre hay un piano para tapar” esa nota, ahondó. Tal fue su defensa a la foralidad que durante la cita incluso un cantante entonó el Gernikako Arbola.

En cuanto a la personalidad propia que el PP desea imprimir a su acción política en Euskadi, Casado aseguró comprender la postura adoptada por Alonso y los suyos. Aunque con matices. “Sergio Ramos y Messi también tienen personalidad propia; y la pueden expresar porque juegan con un equipo”, sostuvo. También marcó fronteras al advertir que el Partido Popular no es una formación “federal” de la que se pueda obtener un alto grado de autonomía. “No solo necesitamos que tengáis personalidad, que es la misma que tiene el partido en todo el territorio nacional. Necesitamos la influencia del PP vasco”, sostuvo. Asimismo, abrazó la idea de que “dentro de esta orquesta -aunque alguna vez haya ciertos músicos que desafinen, caso de Álvarez de Toledo- veamos cómo podemos enriquecernos entre todos” y afirmó no ver “la discrepancia” como “una forma de disidencia”.

Puesta la venda en la herida que amenazaba con convertirse en una profunda hemorragia interna, Casado abundó en su oferta de trasladar la marca España Suma a Euskadi. Pese a no ser vista con buenos ojos por parte de Alonso, el presidente popular volvió a incidir en una posible gran coalición del centro-derecha español para tumbar al presidente en funciones, Pedro Sánchez, en unas cada vez más cercanas elecciones generales. “O unimos a los que tenemos las mismas ideas para ganar las elecciones, o no gobernaremos”, aseveró, y recordó que la unión de populares y Ciudadanos habría podido dar un escaño por Bizkaia y otro por Araba. “Donde es verdaderamente útil la suma es donde C’s y Vox no obtuvieron escaño”, apuntó ante una posibilidad que choca con la desavenencia entre el foralismo al que apela el recién remozado PP vasco y la pulsión recentralizadora de C’s, con un Albert Rivera que tildó los derechos históricos de “invento” y que arremete a la mínima contra dos pilares fundamentales del autogobierno como el Concierto Económico y el Cupo. “Si no gobernamos, no podremos coser y unir todas esas fracturas históricas, territoriales, sociales y económicas que vuelve a causar la izquierda”, resumió Casado.