BILBAO - No hay movimiento en las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez. Las conversaciones entre el PSOE y Unidas Podemos están en punto muerto y por el momento nadie da el primer paso o muestra la más mínima intención de ceder. Si el martes fueron los líderes de los dos partidos quienes escenificaron el enroque en las posiciones, ayer fue el turno de las segundas espadas, Adriana Lastra e Irene Montero, que aunque se pasearon por los medios emplazándose a retomar el diálogo, únicamente constataron que no hay un acercamiento relevante entre los hasta ahora socios.

En estas circunstancias, los socialistas vuelven a mirar a la derecha y, una vez descartado a Ciudadanos con un Albert Rivera que ni se digna a reunirse con el presidente español en funciones, redoblan la presión sobre el PP, a quien piden que tenga sentido de Estado y facilite la investidura de Sánchez. La vía en esta ocasión ha sido una misiva en la que sesenta y seis diputados del PSOE que en 2016 se abstuvieron para que gobernara Mariano Rajoy, reclaman a los populares que les devuelvan el favor. Entre los firmantes, hay dirigentes actuales como José Luis Ábalos, y caras conocidas del pasado como quien fuera portavoz parlamentario, Antonio Hernando, o el exdiputado vasco Eduardo Madina.

En la carta dirigida a la dirección del PP, los cargos y excargos socialistas demandan “reciprocidad” a Pablo Casado para una abstención “sin condiciones” que permita que la legislatura eche a andar, tal y como ocurrió hace tres años tras el golpe de mano de Susana Díaz en el PSOE que culminó en una gestora que regaló el Gobierno a Rajoy. Dadas las circunstancias, a día de hoy es imposible que los populares devuelvan el gesto y la iniciativa de los de Pedro Sánchez queda en un brindis al sol.

Así lo expresaron ayer en Génova poco después de conocerse el contenido de la carta. Consideran la iniciativa una “tomadura de pelo” y recuerdan que Pedro Sánchez fue quien se opuso “frontalmente” a una abstención táctica en 2016, escenario que solo ocurrió tras su desalojo de la secretaría general del PSOE. Además, recuerdan a los socialistas su moción de censura para echar a Rajoy: “No es de recibo que quien hizo eso ahora solicite el apoyo del PP”. De esta forma, los de Pablo Casado dan por despachada la carta y reiteran a Sánchez que se olvide de contar con su colaboración para ser reelegido.

Pero por el flanco izquierdo el presidente en funciones tampoco lo tiene nada fácil. Según confirmaron a Efe fuentes de las direcciones del PSOE y Unidas Podemos, Adriana Lastra e Irene Montero conversaron por teléfono en la tarde de ayer pero no concretaron ninguna reunión ni constataron deshielo alguno en la negociación. El único compromiso es el de no dar por muerto el diálogo. “A pesar de que las posiciones de ambas formaciones siguen igual que ayer, Lastra y Montero se han emplazado a seguir dialogando y a tener una vía abierta de comunicación”, señalan dichas fuentes. Así, tanto socialistas como morados siguen en sus posiciones iniciales cuando quedan tan solo once días para la sesión inaugural de la investidura el 22 de julio.