Gasteiz - Pasada la vorágine de las negociaciones poselectorales, ¿qué balance hace para el PSE de las elecciones municipales?

-Estamos contentos con el resultado electoral. Sobre todo, visto con perspectiva. Yo asumí la Secretaría General del PSE en el 2014 y tuve unas municipales al año siguiente, y veo que el proyecto que echamos a andar hace cinco años se va viendo refrendado por la ciudadanía, nos vamos sintiendo más acompañados, y también el proyecto de Pedro Sánchez ha tenido un amplio respaldo, y eso, desde el realismo, nos deja satisfechos, aunque evidentemente me hubiera gustado sacar más concejales o junteros.

¿Está satisfecha con el reparto de carteras en Juntas y ayuntamientos? ¿Han pedido más y no en todos los casos lo han conseguido?

-A nosotros nos mueve el valor político del acuerdo. Yo tuve la ocasión en 2014 de no aprobar los Presupuestos del Gobierno vasco, de elegir la pancarta, la oposición por la oposición, y sin embargo creía importante, en un momento trascendental en Europa, subir al tren de la historia. Para ello era necesario un gobierno fuerte, orientado a dar estabilidad al empleo o garantía en los servicios públicos. Con todas las turbulencias del campo nacionalista en España, desde Catalunya, y con el interés de EH Bildu por atraer al PNV, y este de dejarse llevar en esa cuestión, era importante que las instituciones del país estuvieran alineadas en unas mismas políticas y centradas en la agenda importante.

¿Y en esta ocasión han seguido en esa línea?

-Eso nos mueve. Aunque evidentemente una negociación tiene sus tiras y aflojas, esta vez he tenido que plantear que, si vamos a ser socios, tu candidato en Irun no puede presentarse, no porque no tenga derecho, sino porque, si hemos acordado respetar la lista más votada, no hay nada que hablar hasta que esto no se aclare. Y salvados esos primeros momentos, en que sobre todo el Gipuzko Buru Batzar defendía que Iridoy pudiera presentarse, el PNV ha cumplido lo prometido, el precedente de Andoain les ha llevado a esforzarse para que así fuera. En los ayuntamientos hemos hecho un acuerdo paraguas, cada cual en sus agrupaciones decide qué es lo mejor en cada caso, si quedarse en la oposición y aprobar Presupuestos, o entrar en los gobiernos.

Se presenta usted a las primarias del PSE para concurrir a las autonómicas como candidata a lehendakari y se acaba de anunciar la retirada de su rival. ¿Será un mero trámite?

-Yo me presento porque creo que el camino que llevamos va en el buen sentido, y me siento acompañada por la militancia porque más del 90% ha ratificado el acuerdo con el PNV, y creo que la sociedad también. Hay retos en Euskadi que podemos afrontar en mejores condiciones, por eso quiero presentarme y creo que ahora es el momento oportuno.

Visto el panorama, ¿se descarta absolutamente un adelanto electoral por parte del lehendakari?

-Esa es una capacidad exclusiva del lehendakari y, en todo caso, la cuestión del adelanto no salió por boca de los socialistas, desde luego. Yo creo que hay tarea suficiente en el Gobierno para cumplir el programa, pero también en el Parlamento. Se critica mucho la tarea legislativa, pero la tarea legislativa del Gobierno finaliza cuando del Consejo de Gobierno sale un proyecto de ley, y es en la Cámara donde los grupos tienen que trabajar los consensos.

Por lo tanto, hay que negociar unos nuevos Presupuestos. El PP, EH Bildu y Podemos se ofrecen de entrada. ¿Prevé un escenario más sencillo que el del año pasado?

-No sé, yo lo veo muy similar, el PP el año pasado estaba muy enfadado por estas fechas porque había sido desalojado de La Moncloa y sometió a castigo al conjunto de la sociedad vasca, pero también hizo un guiño diciendo que, si el PNV salía del acuerdo de bases sobre autogobierno, estaban dispuestos a negociar. Ahora lo plantean en términos muy similares. EH Bildu también se ofreció, no fue posible el acuerdo, y Elkarrekin Podemos también se ofreció, pero sus planteamientos no encajaban con los límites presupuestarios del Gobierno. Lo curioso de este Parlamento es que todos coincidimos en cuáles son los problemas de la ciudadanía, pero cuando el Gobierno presenta su receta, abierta al consenso, los demás se te ponen de perfil, votan en contra o dilatan los plazos. Ha habido mucho tacticismo en los últimos meses.

Dado que en Navarra el PSN se niega a hablar con Bildu, ¿queda este año en Euskadi descartada esa opción de cara a la negociación presupuestaria?

-La ley más importante de la pasada legislatura se aprobó contra el PNV y el PP, y la aprobamos el PSE, porque fue iniciativa nuestra, con EH Bildu y con UPyD, y fue la Ley de Vivienda. Yo hablo por boca de los socialistas vascos, no de los navarros ni de los españoles. En muchas cosas coincidimos con EH Bildu en políticas sociales, pero nos alejan otras cosas muy importantes, por ejemplo en términos de convivencia o de que entre los derechos sociales y la ikurriña siempre eligen la ikurriña y abandonan los derechos sociales. Por eso no sé si los llamamientos a la izquierda se hacen de verdad o por mero tacticismo electoral. A mí me gusta más hablar de qué se acuerda y para qué, que de con quién.

¿Y está de acuerdo con el veto a Bildu por parte del PSN?

-Bildu y el PSN representan dos proyectos muy diferentes para Navarra, pero a mí lo que me llama la atención es que en la pasada legislatura había nacionalistas en la Mesa del Parlamento y en el Gobierno de Navarra y nadie gritó ni dijo que se rompía España ni que Navarra se iba a integrar en el País Vasco activando la cláusula (la disposición transitoria cuarta de la Constitución). No han activado la cláusula, y estaba Bildu en el Gobierno. Ahora se está planteando una alternativa sin Bildu en el Gobierno y, si está en la Mesa, es porque ha obtenido la representación parlamentaria que le corresponde para estar allí.

Pero en Euskadi sí normalizan hablar con EH Bildu...

-Yo entiendo y respeto que en Navarra mi partido no quiera acordar con Bildu, y también creo que lo mejor que puede pasar es que gobierne el PSN, porque somos el único partido de ámbito nacional que puede gestionar la pluralidad de este país, los únicos capaces de coser Navarra. Hay partidos a los que no se les veía por aquí cuando llovía gordo y ahora vienen a menudo, y por eso digo que el hecho de que el PSN gobierne en Navarra es una cuestión de Estado.

¿Reciben con alivio en Euskadi el acuerdo in extremis en el Parlamento navarro? ¿Despeja el panorama más allá de las fronteras navarras?

-Pedro Sánchez sabe hacia dónde tiene que dirigir a España, y con qué partidos comparte más, pero los otros dos partidos con capacidad para permitir una investidura debieran pensar seriamente, dado que hablan tanto del bien de España, en abstenerse. Nosotros ya lo hicimos en la legislatura pasada, aunque algunos estuvimos en contra, y creo que en estas circunstancias sería un gesto de altura de miras. Pueden dejar gobernar al partido más votado y luego hacer una oposición feroz, porque hay demasiadas cosas en juego, una guerra económica global, un estrés enorme en Europa por el populismo y el extremismo, y no podemos permitirnos el lujo de tener al Gobierno en funciones y la política distraída en cosas que no son esenciales para la ciudadanía.

Y si PP y Ciudadanos no escuchan ese llamamiento, está la baza de ERC o Bildu...

-ERC, Bildu y las derechas nos enviaron a elecciones votando en contra de unos Presupuestos sociales, así que cualquiera sabe. No están por la labor de construir y no parece que den los pasos adecuados. Con condiciones de imposible cumplimiento, ellos mismos ponen la barrera a un Gobierno que quiere hacer política y construir un marco de convivencia común en el que todos nos sintamos cómodos. Es una ocasión histórica, así que ellos tendrán que decidir si hacen lo mismo que hace unos meses u otra cosa.

En todo caso, antes hay que amarrar el apoyo del PNV. ¿Ayudarán ustedes desde Euskadi a engrasar ese eventual voto favorable a Sánchez?

-De la misma manera en que no condicioné al PNV en Euskadi cuando tenía un pacto de hierro con el PP de Rajoy, del 155, como dicen, no le voy a poner condiciones ahora. Lo que sí me llama la atención es que no se planteen un voto a favor cuando saben que es el Gobierno que más ha hecho por el autogobierno vasco, el primero que ha hecho un calendario de transferencias y que trabaja para cumplirlo, que tiene buena interlocución con el Gobierno vasco para desarrollar infraestructuras estratégicas como el TAV o para la devolución de los terrenos de Lemoiz. Sería inexplicable votar en contra de un señor que ha hecho cosas inauditas en la historia de la democracia que disfrutamos.

¿Está Sánchez en una posición de fuerza para negarle a Unidas Podemos la exposición pública de un ministerio?

-Están en la negociación metidos y en ese marco de negociación surgen palabros como el de Gobierno de cooperación, pero en realidad con Podemos compartimos una hoja de ruta sobre los problemas que aquejan a España, y por dónde pueden ir unas soluciones justas, aunque es verdad que tenemos una mirada diferente porque somos partidos diferentes. Yo espero que puedan acordar una agenda de reformas para mejorar la situación de la gente, pero que también contribuya a situar a España en una posición de solvencia como para no perder el tren de la revolución digital y económica. Y es que ya no es Euskadi ni España: Europa puede estar perdiendo oportunidades en esa batalla entre gigantes que mantienen China y Estados Unidos.

¿Sería el PSOE el menos perjudicado si se tensa la cuerda hasta el punto de que se rompa y vayamos a elecciones?

-Sí hay una lectura que debería recordar Unidas Podemos: cuando no permitió la investidura, taponó en parte la sangría con el acuerdo con Izquierda Unida, pero la bajada en votos fue muy grande y siguen cayendo.