bilbao - El PP ha elevado el voltaje de la negociación de las alcaldías vascas. En puertas de la constitución de los ayuntamientos prevista para mañana, está tratando de evitar el desalojo en dos municipios alaveses con la baza más relevante que le queda en un momento de débil representación institucional: la negociación de los Presupuestos autonómicos. Los populares están intentando vincular el respeto a sus candidatos en Bastida y Guardia con la aprobación de los Presupuestos, en lo que supone la enésima condición para aprobar las Cuentas tras haber exigido antes una rectificación sobre el nuevo estatus de autogobierno y que se deje gobernar a la derecha en Nafarroa. Ese comportamiento errático con las condiciones presupuestarias debilita la posición del PP. El PNV no va a imponer ningún criterio a su ejecutiva alavesa, pide desligar los debates y recuerda que no es la primera condición que fija el PP, que además se asoma a un adelanto electoral que no le conviene.

El PNV de Araba ha encarrilado un preacuerdo con EH Bildu con el que va a consolidar su implantación en el territorio, al igual que se están produciendo conversaciones en Gipuzkoa para arañar algunas alcaldías, en ese caso en detrimento de la izquierda abertzale, para que acaben en manos del PNV y de sus socios del PSE. Este baile es habitual y Araba no es una excepción, aunque el PP lo vive con especial dramatismo porque su presencia institucional es muy débil y cualquier pérdida le resulta determinante. EH Bildu reveló ayer la existencia de unas conversaciones con los jeltzales para desbancar al PP de Guardia y Bastida, donde los populares fueron la lista más votada. La coalición abertzale mencionó un gobierno conjunto que dejaría la alcaldía en manos del PNV. A lo largo de la tarde algunas fuentes dieron por cerrado un acuerdo de gobierno, aunque la ejecutiva jeltzale en Araba habló de preacuerdo. Bildu propuso también que se resuelva el empate con el PNV en Kuartango lanzando una moneda al aire, y pidió que se le deje vía libre en Zigoitia y Argantzun.

La ejecutiva nacional del PNV solo ha fijado unos criterios globales de no agresión con sus socios del PSE, pero en el resto de asuntos va a dejar libertad a sus organizaciones territoriales y municipales y, por ello, no frenará lo que suceda en Araba y pide al PP que no condicione las Cuentas. Fuentes de Sabin Etxea consultadas por este periódico rechazaron la “pataleta” del PP y no impondrán ningún criterio a sus ejecutivas territoriales por el “chantaje” de Alonso. El PNV recuerda que, aun en el hipotético caso de que se replegara en Guardia y Bastida, el PP ha condicionado los Presupuestos a que la derecha gobierne en Nafarroa. “Cada día hay nuevas condiciones”, dicen.

También le recuerdan que los votantes están diciendo elección tras elección al PP que va “por mal camino” con su estrategia de desgaste en contra del Gobierno vasco, que supone alinearse con EH Bildu y Elkarrekin Podemos en la oposición. Si volviera a negarse a pactar las Cuentas, estaría profundizando en el comportamiento que le ha llevado a su declive electoral. Además, avisan de que este argumento puede ser difícil de sostener para el PP, porque traslada la idea de que un mismo proyecto de Cuentas puede ser bueno si se le deja gobernar en Bastida y Guardia, pero sería malo y debería ser rechazado si pierde las alcaldías.

La situación es complicada para el PP porque su poder institucional puede quedar reducido a los dos municipios donde logró la mayoría absoluta, Navaridas y Mañueta, de algo más de doscientos habitantes. La ciudadanía vasca le dio la espalda en las elecciones y solo le concedió esas dos victorias y las de Bastida y Guardia, donde ahora se expone al desalojo. La situación que se está generando es delicada. El PP tiene la tentación de poner sobre la mesa su lista de agravios, desde el desalojo de Javier Maroto de la alcaldía de Gasteiz y el del expresidente español Mariano Rajoy en la moción de censura de Sánchez, hasta el caso de estos ayuntamientos alaveses y lo que pueda suceder con un gobierno progresista en Nafarroa. El presidente del PP de la CAV, Alfonso Alonso, pidió en Onda Vasca que “no se pise la cabeza” a su partido, y avisó de que, si “se aplica un cordón sanitario” a los populares, es “incongruente” buscar un entendimiento en otros ámbitos como el presupuestario.

el reparto Son cuatro los ayuntamientos alaveses que están en el alambre. En Guardia y Bastida, ganó el PP, pero el PNV quedó en segunda posición en condiciones de disputar la alcaldía. En el caso de Bastida, la actual alcaldesa jeltzale Laura Pérez intenta repetir en el cargo a pesar de que el PP fue la lista más votada con cuatro ediles, frente a los tres del PNV. La pugna es tan acerada en este municipio que el popular Daniel García intentó por su cuenta y riesgo ganarse el apoyo de la izquierda abertzale ofreciéndole un gobierno de coalición, para espanto del PP alavés, que lo desautorizó. EH Bildu aportaría dos escaños al PNV, que alcanzaría de esa forma la mayoría absoluta en un municipio donde los socialistas no tienen representación. En Guardia, gobierna el PP y ha ganado las elecciones, pero empatando a tres escaños con el PNV y por 24 votos de diferencia. El jeltzale Lucio Castañeda necesita más que el único voto que le puede dar el PSE, y EH Bildu le dará los dos que tiene. Aunque la relación con la izquierda abertzale está muy tocada a nivel autonómico y la confianza está rota, en Araba el PNV ha visto cómo la experiencia de gobernar en Gasteiz con Gorka Urtaran gracias a los votos de EH Bildu en la sesión de constitución de los ayuntamientos ha salido bien, y le ha permitido ganar las elecciones en la capital alavesa. De ahí que ahora repita estas experiencias.

En Kuartango, EH Bildu propone resolver el empate milimétrico a 106 votos y tres escaños con el PNV por sorteo, puesto que el voto del desempate lo tiene el PP. La coalición pide además que se le deje vía libre en Zigoitia, donde ganó en votos pero empató a cuatro escaños con el PNV. En este caso, los jeltzales tienen a su disposición el voto del PSE y el escenario parece más abierto porque podrían obtener la alcaldía. No parece que EH Bildu pudiera tomar represalias en Guardia y Bastida, porque ha encarrilado un acuerdo de gobierno con el PNV en ambas plazas, de manera que EH Bildu también tendría presencia en la gestión, y es dudoso que lo quiera frenar por lo que suceda en Zigoitia. El coordinador de la Mesa Política de EH Bildu en Araba, Ibon San Saturnino, aclaró que no condiciona unos escenarios con otros: “No vamos a hacer un cambio de cromos, Laguardia por Zigoitia”. Lo que ofrece es su “disposición a desalojar al PP de todos los ámbitos de poder”, pero a cambio de una hoja de ruta, como esos dos gobiernos de coalición en Guardia y Bastida. En cuanto a Argantzun, en el enclave de Trebiñu, EH Bildu ganó con otro empate a tres escaños con el PNV. El PP tiene el edil del desempate, y la coalición pide al PNV que no lo acepte.

presupuestos Alonso trató de desactivar estos movimientos jugando la única baza que le queda al PP: los Presupuestos autonómicos, donde sabe que el acuerdo del Gobierno vasco con EH Bildu es muy complicado tras la fallida negociación de las Cuentas de este año. El PP también se mantiene en un plano más discreto en la nueva ofensiva que han lanzando Bildu y Podemos contra la consejera de Salud, Nekane Murga, por la filtración de las OPE de Osakidetza. Alonso dijo que está dispuesto a negociar medidas como las reformas de la RGI, Lanbide y la fiscalidad, o incluso sacar adelante las leyes pendientes pero, si se quiere ese acuerdo más profundo, se debe “respetar al PP”.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, por su parte, dijo en Radio Euskadi que las Cuentas deben disociarse de lo que pueda ocurrir en un ayuntamiento o una “pataleta”, porque tienen la entidad suficiente.