bilbao- Lander Martínez va para tres años desde que asumió las riendas de Podemos-Ahal Dugu. Su mandato en el partido se caracteriza por la tranquilidad y el sosiego, en contraste con las alharacas con las que lidera Pablo Iglesias el partido en el Estado. Martínez no es ajeno a los malos augurios que pronostican las encuestas, aunque cree que finalmente aguantarán bien el tipo.

¿A qué se debe esa tendencia a la baja?

-Mantener aquel nivel de ilusión del 15-M cinco años después es difícil pero el momento político importa. El estado por el que atraviesa el Partido Socialista hace cuatro años y el de ahora no tiene nada que ver. Ahora tiene una capacidad de acceso a la campaña que no la tenía cuando no estaba en el Gobierno y que tenía una crisis de liderazgo. Es evidente que nosotros bebemos muchos votos de ese espacio. Pero también es verdad que nuestros problemas internos inciden en la tendencia a la baja en las encuestas, ya que han sido muy visibles.

¿Por qué Podemos se mantiene mejor en Euskadi que en el Estado?

-Hemos hecho un buen trabajo aquí y se nos ve como una herramienta útil y además en Euskadi se ha entendido muy bien la alternativa que plantea Podemos en el Estado, una fuerza política claramente social, progresista y con un proyecto plurinacional para el Estado, que entiende la realidad mucho mejor que PP, PSOE, Ciudadanos y Vox.

Elkarrekin Podemos propició con su abstención que se aprobará la ley de acompañamiento presupuestario a la RGI aunque al principio estaban en contra. ¿Por qué lo hicieron?

-Por responsabilidad. El Gobierno estaba haciendo una chapuza con las leyes de acompañamiento sin ser capaz de hablar con la oposición. Aunque no son nuestras leyes, de ellas dependían miles de familias en Euskadi. Entendimos que teníamos un compromiso con la ciudadanía para mejorar sus condiciones de vida. Pero no renunciamos a nuestros objetivos finales que son más ambiciosos en cuanto a la RGI.

Podemos pide aumentar aquí la RGI pero en el Estado no lo han promovido en los nueve meses que han sostenido al Gobierno de Sánchez.

-En realidad no ha dado tiempo y Sánchez ha decidido adelantar las elecciones. Pero se ha estado trabajando en un proyecto de renta mínima, pero no se pueden comparar el contexto de la RGI aquí y el del Estado. Aquí llevamos casi dos décadas con esa renta ya instaurada y se trata de que sea sostenible y sea mejorada. Sin embargo, en el Estado no existía y se trabaja sobre ese contexto político, económico y social.

El pragmatismo de Elkarrekin Podemos en el caso de la última votación sobre la RGI en el Parlamento choca con la estrategia de confrontación. ¿No sería más útil la vía posibilista?

-Podríamos tener una actitud más pragmática si el Gobierno vasco tuviera una capacidad de diálogo con la oposición, si supiera gestionar su situación de minoría y en vez de tener una posición de exigencia tuviera una oposición de escucha y generosidad.

Apenas han logrado trenzar acuerdos con otras fuerzas en el Parlamento. ¿Es por incapacidad propia?

-La realidad es que se han logrado más acuerdos de los que parece, aunque no siempre han trascendido. Admitiría que tenemos incapacidad para llegar a acuerdos si esto no sucediera también con el resto de partidos de la oposición, pero el Gobierno vasco tiene el mismo problema con EH Bildu y con el PP. Si los tres partidos dicen que está haciendo algo mal, Urkullu debería hacer una reflexión.

En la dinámica de confrontación Podemos compite con EH Bildu y en esa pugna los números favorecen a la coalición abertzale.

-Podemos lleva cinco años de existencia y estamos generando un espacio político que nos va a exigir seguir trabajando. El resto de los partidos llevan muchos años, décadas, de existencia. Es innegable que cuando coinciden tres fuerzas políticas en el espectro del progresismo siempre hay un voto fronterizo que fluctúa pero el objetivo final sigue siendo formar gobierno con esas fuerzas.

¿Sigue pensando en que es posible esa alianza de gobierno Podemos-Bildu-PSE a pesar de sus diferencias con los socialistas?

-Claro que sí. Soy crítico con este PSE diluido en el Gobierno vasco pero si consiguen ser valientes y rompen de una vez por todas la alianza institucional con el PNV en toda Euskadi, apuestan por el progresismo y hacen lo mismo que el Partido Socialista en el Estado, nosotros daremos una oportunidad al proyecto progresista en Euskadi, que a día de hoy es mayoritario. En las elecciones municipales y forales, nosotros vamos a apostar por gobiernos progresistas.

¿Por qué dice que el PSE y el PSOE de Sánchez no son lo mismo?

-El PSOE apostó por apoyarse en Podemos y subir el salario mínimo a 900 euros y el PSE ha apostado por gobernar con el PNV y no influir nada en un gobierno que no es progresista y de derechas. Espero que el PSOE quiera continuar por esa senda y no escoja, como algunos ya están planteando, a Ciudadanos para gobernar tras las elecciones. Por eso mismo es importante que Podemos tenga mucha fuerza en el Congreso ya que garantizar que pueda haber un gobierno progresista.

¿La falta de un reconocimiento claro y público del daño injusto causado por ETA es una línea roja para Podemos a la hora de buscar alianzas estratégicas con EH Bildu?

-Cuando pensamos en gobiernos progresistas nos referimos a la necesidad de cambiar ciertos gobiernos en Euskadi. En esa negociación habrá una parte en la que será necesario hablar sobre cómo gestionar la memoria y la convivencia y ahí nuestra posición es clara: es necesario el reconocimiento del daño injusto. Será un aspecto importante pero no vamos a hacer utilizar las mismas tácticas que el PP. Estamos hablando de formar gobiernos locales y forales.

¿Sería eso un obstáculo para formar gobiernos municipales?

-Todavía no lo hemos reflexionado a fondo, pero también tenemos que pensar en los beneficios que podría dar el tener en una capital un ayuntamiento con un gobierno progresista.

Podemos ha sido muy beligerante con el ya exconsejero Darpón. ¿Debería haber esperado a que se pronuncien los tribunales?

-No, porque el consejero tiene una responsabilidad política sobre la gestión de la situación una vez que el escándalo salta. Su gestión ha sido nefasta, primero negando la mayor, lanzando acusaciones a la oposición? y así durante diez meses en los que el propio consejero y el Gobierno han tenido que ir retractándose cada vez que salían informaciones de los medios y de los tribunales.

¿Y si finalmente un tribunal no viera responsabilidades judiciales?

-Pero la ausencia de responsabilidades judiciales no le exime de responsabilidades políticas, ya que todos sabíamos que las irregularidades están probadas. No ha sido una correcta gestión correcta de la situación y además creo que los tribunales ratificarán que ha habido una filtración de exámenes en la OPE de Osakidetza.

¿Esto se zanja con la dimisión o hay más altas responsabilidades?

-El asunto no está zanjado y tenemos que conseguir otro modelo de oposiciones que impidan este tipo de situaciones. El lehendakari tendrá que saber cuál es su responsabilidad en todo esto ya que sabemos que Darpón puso su cargo a disposición desde el primer día, y que el lehendakari lo puso de escudo durante muchos meses hasta que ya no aguantó más. Al trasluz de todo esto, también Urkullu tendrá que responder sobre ello.

¿Eso significa que debería adelantar las elecciones autonómicas?

-A mí me ha extrañado que se saque este tema desde el Gobierno vasco en un momento de gran incertidumbre política y con una doble cita electoral en ciernes, y quizás unas elecciones catalanas en otoño. Incluir a Euskadi en ese ambiente de inestabilidad política no me parece lo más apropiado.

¿Debe agotar la legislatura al encontrarse en frente a Bildu, Podemos y PP en varios temas importantes?

-Lo que le toca al Gobierno vasco es aprender a gestionar su minoría y a generar una relación de diálogo constructiva con la oposición para sacar adelante proyectos legislativos. No puede ser que solo se hayan sacado 9 de 28 leyes programadas cuando ha pasado más de media legislatura. Convocar las elecciones pronto es rendirse ante la relación que tiene con la oposición. Me gustaría un lehendakari con liderazgo suficiente y gestionando bien su minoría.

¿Por tanto, no le pide un adelanto electoral?

-No, le pido un cambio de actitud.