Bilbao - Pedro Sánchez, que accedió a la sala de mandos del socialismo español con la idea de impulsar el Estado plurinacional, una reforma constitucional y una solución para el contencioso catalán, no ha terminado de desarrollar sus buenas intenciones desde el sillón presidencial de La Moncloa. En un clima de presión asfixiante por parte de la derecha española, el socialista terminó pisando el freno en el deshielo con el Govern, rompió la negociación presupuestaria cuando salió a relucir el papel con la exigencia del referéndum por parte de Torra, y decretó el adelanto electoral. Ahora, en precampaña, evita que todo gire en torno a Catalunya y aparca su propuesta plurinacional, corriendo un tupido velo sobre el problema. En ese contexto, el PNV le recordó ayer que, si aspira a repetir como presidente tras las elecciones generales del 28 de abril y pretende que su mandato dure, se verá abocado a “tomar decisiones de gran calado” para resolver el problema de encaje de Euskadi y Catalunya.

El burukide Koldo Mediavilla dio ese consejo en una entrevista en Onda Vasca. Lo hizo preguntado por las posibles mayorías y por un escenario en que la derecha de PP, C’s y Vox no llegue a sumar, y el socialista tenga opciones de gobernar y se vea obligado a contar con el respaldo de JxCat y ERC. “En la medida en que opte a revalidar su puesto de presidente español, tendrá que asumir que de una vez por todas tiene que tomar decisiones de gran calado en relación a un tema tan sangrante y en carne viva como es la administración territorial, el reconocimiento plurinacional y solucionar la grave herida catalana y, en su caso, dar un nuevo acomodo al nuevo estatus de autogobierno en el País Vasco. Si esas materias no se afrontan, difícilmente va a ser posible avanzar en una opción de gobierno con visos y garantías de continuidad”, sentenció.

Preguntado por el soberanismo catalán, evitó dar demasiados consejos “porque viven en una situación anímica complicada”, pero volvió a dejar ver que el PNV sería más pragmático en su lugar. “Actuaría de manera muy diferente, intentaría hacer que mi influencia sirviera para modificar la coyuntura y no para bloquearla”, dijo, para rechazar el “cuanto peor, mejor”.

El PSOE, en principio, está abocado a repetir la mayoría que lo ha respaldado estos meses y a contar con Unidos Podemos, Compromís, PNV, ERC y JxCat. C’s ha dicho que no lo apoyará. Dando por bueno su aviso, Sánchez tendrá que pactar con catalanes y vascos. El socialista ya no podrá hablar con el nacionalismo catalán de siempre, sino con un JxCat controlado por Carles Puigdemont, que no bajará el pistón en sus reclamaciones. El president Torra ha vuelto a poner como condición un referéndum y un relator para el diálogo con Madrid. La portavoz del Gobierno español, Isabel Celaá, volvió a avisar ayer de que el referéndum es una “línea roja” y no se negociará para la investidura. Podemos sí lo llevará en su programa.

El PNV se desmarcó en su momento de la intención de los nacionalistas catalanes de vincular los Presupuestos con un referéndum, aunque coincide en que Sánchez debe ser ambicioso. Los jeltzales siempre aconsejaron a los catalanes que tuvieran una actitud posibilista y trataran de influir en la legislatura.

En cuanto a los asuntos vascos, Sánchez volverá a tener sobre la mesa el calendario de transferencias, y también el nuevo estatus de autogobierno, cuyas bases están siendo debatidas por un grupo de juristas y que en algún momento de la tramitación irán a parar al Congreso de los Diputados. De momento no ha sido posible un consenso entre PNV y PSE, porque los socialistas ponen como condición una reforma constitucional previa para blindar el autogobierno.

Por otro lado, Mediavilla aseguró que la opción de la mayoría absoluta de la derecha “se está desvaneciendo por sus errores”, pero avisó de que “la gran sorpresa va a ser Vox, que tiene demasiado voto oculto”. En ese escenario, “el PNV va a ser decisorio para determinar” un horizonte de “diálogo, tolerancia y negociación”. Apostó por tener presencia para defender los intereses vascos e “intentar ser decisivos para desatascar los grandes problemas que se viven en el conjunto del Estado”. Pidió “diálogo y acuerdo, que parece que no están en boga”.