Bilbao- Sabin Etxea se prepara para tres meses de precampaña continua, empezando por el adelanto de las elecciones generales al 28 de abril, y continuando con las municipales y forales del 26 de mayo. Aitor Esteban, que repite como cabeza de lista al Congreso, analiza la situación política que se abre ante una precampaña muy polarizada entre el PSOE y la derecha española, y el auge de Vox. Aunque el PNV siempre quiso agotar la legislatura, no hace un drama con este adelanto.

¿Ha sido un error decretar el adelanto electoral?

-Ya hacía tiempo que Sánchez había ligado el futuro del Presupuesto al futuro de la legislatura. Podría haber optado por funcionar con los Presupuestos prorrogados, pero la decisión le correspondía a él.

¿Se toma como una deslealtad que Sánchez no se haya puesto en contacto con el PNV?

-Después de haber dicho públicamente que no queríamos unas elecciones el 26 de mayo en ese superdomingo porque hubiera confundido absolutamente al electorado, sí hubiéramos tomado como una deslealtad convocarlas ese día. A partir de ahí, tiene margen como presidente para convocarlas y punto, y estábamos preparados porque pensábamos que este podía ser uno de los escenarios.

¿El PNV ha sabido jugar sus cartas en esta legislatura, tanto con Rajoy como con Sánchez?

-Yo creo que sí, que se han conseguido unos acuerdos muy valiosos, muchos de los cuales no tienen vuelta atrás, y otros están ya impulsados y también con este gobierno u otro es muy difícil que se puedan parar. En cuanto al listado de transferencias, es la primera vez que un Gobierno español reconoce expresamente que hay una larga lista de competencias que todavía se deben a la comunidad. Se mantenga este gobierno o estén otros, es algo reconocido por la propia Administración española y tiene un valor que marca.

Hay quien puede pensar que la legislatura de Sánchez ha sido un fiasco porque ha durado solo nueve meses. ¿Fue una equivocación apoyarlo, cuando se ha visto que no tenía una mayoría tan sólida?

-No fue un error. La legislatura se hubiera acabado de cualquier manera desde el momento en que Rivera quitó el apoyo a Rajoy, que se hubiera visto forzado también a convocar elecciones. Más allá de todo eso, luego estaba la sentencia de Gürtel, que cayó como una bomba en la sociedad vasca. La sociedad vasca lo que nos demandaba era lo que hicimos. En la moción de censura conseguimos que los acuerdos a los que habíamos llegado se siguieran respetando. Durante estos meses de Gobierno socialista se han estado cumpliendo las cosas.

¿Por ejemplo?

-Han llegado compromisos de inversiones que ya se han hecho efectivas en el ámbito de la I+D+i, se ha firmado un protocolo recientemente con el Ayuntamiento de Bilbao en materia de infraestructuras, y también se ha presentado un listado competencial y se acordó la transferencia de dos líneas de tren y de la AP-1. Ya antes, los acuerdos con Rajoy sobre el Concierto y el Cupo tuvieron un valor incalculable. Y el PNV logró, superando las reticencias de Rajoy, la revalorización de las pensiones.

Entonces, ¿ha merecido la pena?

-Sí, sin duda. Hicimos política, y lo hicimos intentando cumplir nuestro programa electoral y teniendo en el pensamiento el bienestar de los ciudadanos vascos.

La ministra Montero prometió seguir trabajando hasta el último momento de la legislatura en las transferencias. ¿Tienen alguna garantía en privado en ese sentido?

-Yo creo que sí. Tengo que tener buenas palabras para la ministra Montero porque es muy eficiente y muy ejecutiva. Hasta ahora, no me ha fallado en las cosas que he hablado con ella. Tenemos poco tiempo, pero hasta el 28 de abril el Gobierno, e incluso en funciones, puede ir tomando determinadas decisiones. Se lo voy a reclamar hasta el último minuto.

¿Está hablando de alguna competencia en concreto, de las 7 previstas para marzo?

-Eso lo lleva el Gobierno vasco y ya veremos lo que es posible y lo que no. Hay, por ejemplo, trámites administrativos que se tienen que dar sobre inversiones, determinados traspasos que se tienen que dar que los deberían dar ya, como el tema de Lemoiz, que deberían entregarse ya esos terrenos. Son compromisos a los que les falta un pequeño impulso y lo vamos a pedir. Todo lo que dé tiempo a hacer en estos dos meses se nos debe por lealtad, si es que son fieles a su compromiso.

Sánchez ha dicho que, aunque haya adelanto, van a seguir tramitando proyectos y dando pasos. ¿Ha entrado en precampaña o hay margen para hacer cosas?

-Hay algunas cosas que van a impulsar, como la reforma educativa, que no va a dar tiempo a tramitar, así que algunas cosas las van a presentar para marcar el terreno de lo que les hubiera gustado hacer y no han podido. Es parte de su posicionamiento ante la campaña electoral, pero hay otras cosas que sí deberían hacer. Les hemos transmitido, y así lo repetiremos en la sesión de control del miércoles, que hay decretos leyes que hay que retocar. Se trata de asuntos relacionados con las cotizaciones que pueden poner en peligro el sistema de Formación Profesional o las empresas de empleo social. Si la legislatura acaba y esto no se ha modificado, hasta que se forme un nuevo gobierno esto va a estar en vigor. Es urgente.

¿Tienen el compromiso para seguir con el calendario de transferencias después de las elecciones en el caso de que hubiera un gobierno socialista?

-Evidentemente. Si el Gobierno de Sánchez se ha comprometido oficialmente, ¿cómo puede decir en una próxima legislatura que no? Por poder, puede hacerlo, pero le dejaría en una situación muy fea.

¿Están el PNV y el PSOE condenados a entenderse para evitar un gobierno de la derecha?

-Vamos a ver qué es lo que ocurre. Probablemente. Desde luego que tendremos que hablar, sí. Es verdad que Casado ha escorado al PP absolutamente. Ha legitimado el discurso de Vox. Sé que hay zozobra dentro de las filas del PP porque no todo el mundo está de acuerdo. Y luego tenemos a un supuesto centro, Ciudadanos, que se niega a hablar con otros partidos democráticos como nosotros y nos quiere expulsar del Congreso cambiando la ley electoral sin consenso, aboga por eliminar el Concierto Económico... Si a eso le sumamos Vox, ¿a qué acuerdo vamos a llegar? Si ese cóctel es el que se presenta, que es lo más probable, ahí yo no veo al PNV.

¿Hay vocación de dar continuidad al entendimiento con el PSOE?

-Lo que hay es vocación de que la sociedad vasca tenga muy claro que esta legislatura es muy importante y hace falta alguien que sepa hacer política y, sobre todo, alguien que tenga como prioridad Euskadi y el bienestar de los vascos. Desde luego, con ese tripartito no lo veo. ¿Cuál es la mayoría que quedará? No sé si se podrá construir algo alrededor del PSOE, o si Podemos quedará por encima del PSOE... No voy a especular pero, se dé una situación u otra, tiene que estar el PNV para defender esos intereses.

El PP dice que el PNV se equivocó y que hizo una mala apuesta con Sánchez, que con Rajoy hubiera sido más fructífera la legislatura.

-Con el PP ya se había acabado la legislatura. Además, el que se equivocó fue el PP, por no haber puesto las cosas claras en la corrupción interna, y por aguantar y no rectificar después de una sentencia tan demoledora como la de Gürtel, que supuso un shock en la sociedad. Podrían haber reaccionado. Tuvieron tiempo para hacerlo porque aguantamos hasta el final. Los males del PP deberían mirárselos en el espejo. Y mirar a Aznar y el legado de su época, que es lo que representa ahora Casado.

¿El PNV va a trazar algún cordón sanitario ante el PP, Vox y C’s?

-Nosotros hablamos con todo el mundo, lo que no obsta para decirle como le digo que con este tridente de derechas y sus planteamientos no atisbo posibilidad de acuerdo. Nos echarían a la hoguera si pudieran.

¿Ve incómodo al PP de la CAV con la estrategia de Casado?

-Estoy hablando del grupo parlamentario en Madrid. Porque fíjese, hay una persona que ha hecho seguidismo en el PP de la CAV, Iñaki Oyarzábal. Una persona que es senadora por Araba y aspira a ser diputado general de Araba, que presenta una interpelación pidiendo a Sánchez que no haga transferencias, es decir, que se incumpla una Ley Orgánica. Me parece impresentable.

¿Qué ha sido lo mejor y lo peor en esta legislatura de Sánchez?

-Lo mejor, que el talante a la hora de hablar ha sido otro. Una cosa que no se hubiera producido por parte de Rajoy es el traslado de los presos a Lledoners. No se apreció por parte de los nacionalistas catalanes, pero fue un gesto para intentar abordar un diálogo. Relajó el ambiente cargado del final de la legislatura de Rajoy y la aplicación del 155. Lo peor, cuando veíamos que todo se atascaba en el ministerio de Fomento sin dar salida a los compromisos sobre el TAV. El cronograma corrió peligro de irse al garete, hasta que se encauzó.

Con el periodo en funciones que va a haber tras las elecciones y hasta la investidura, ¿en qué estado va a quedar la ejecución de las obras?

-Hay una prórroga del Presupuesto, que contemplaba compromisos plurianuales, y lo que debería hacer el Gobierno en funciones es seguir implementándolos y haciendo las inversiones comprometidas. Eso no es acción política, es administrativa, y eso lo puede hacer un gobierno en funciones.

“¿Si la legislatura de Sánchez ha sido un fiasco? Se hubiera acabado también cuando Rivera retiró el aval a Rajoy”

“Todo lo que dé tiempo a hacer en estos dos meses nos lo debe el Gobierno español por lealtad”

“No se apreció por parte de los nacionalistas catalanes, pero el acercamiento de los presos fue un gesto”

“No veo posible un acuerdo con el tridente de la derecha. Nos echarían a la hoguera si pudieran”