El Partido Comunista de China (PCCh) aprobó ayer una “resolución histórica” que cimenta el liderazgo absoluto de su secretario general y presidente del país, Xi Jinping, al frente de la potencia asiática. Los más de 300 miembros del XIX Comité Central del PCCh decidieron seguir dando mando en plaza a Xi en una proclamada “nueva era” de “modernización socialista” que deberá abordar los desafíos a los que se enfrenta el país. Entre ellos figuran la ralentización de la economía, los rebrotes del coronavirus, las desigualdades sociales, la crisis demográfica, los continuos roces con Occidente, especialmente con Estados Unidos, o el agravamiento de la crisis con Taiwán.

La resolución enfatizó el rol “central” de Xi y avanzó “nuevas ideas y estrategias” que allanan el camino para que sea ratificado en el XX Congreso del próximo año, ya convocado y en el que, a priori, se avalará su continuidad en el poder más allá de 2023.

En esta ocasión, el régimen ha evitado criticar errores pasados o plantear giros políticos, y menciona las aportaciones de todos los líderes que han dirigido el país desde el advenimiento de la República Popular en 1949, incluyendo a Mao, su fundador, al que se alaba por tomar “un camino revolucionario correcto”. “Se logró entonces liberar al pueblo y se puso fin a una China semi-colonial y a una sociedad semi-feudal. Y los privilegios que los poderes imperialistas disfrutaron en nuestra tierra se acabaron para siempre”, algo que, además, “inspiró enormemente a naciones oprimidas a lo largo de todo el mundo”, según el texto.

China Moderna y fuerte

El PCCh no escatima elogios sobre “los progresos conseguidos” hasta la fecha. “Somos la segunda economía del mundo, lo que muestra el tremendo avance de la nación china” hacia “la construcción de un país socialista moderno en todos los aspectos”, reza la resolución. Pero además de echarse flores, el Partido admite que tiene que “mejorar su capacidad para responder a riesgos y desafíos”, entre los cuales figuran “un entorno exterior ahora más complejo y grave” que en épocas anteriores.

“Debemos mantener la vitalidad y liderar al pueblo para lograr el gran sueño del rejuvenecimiento de la nación china”, subraya el texto, que apuesta por “avanzar en la autosuficiencia científica y tecnológica”, lograr la “prosperidad común” y un “desarrollo de alta calidad”.

La China “próspera” que busca Xi tiene también que ser “fuerte” y “hacerse valer”, en velada referencia a que el país tiene que defenderse de los supuestos ataques de Estados Unidos para poner freno a su desarrollo. Así, en la resolución se destaca también que el Ejército Popular de Liberación (EPL) ha tomado “medidas” para “salvaguardar” la soberanía china “con un espíritu de lucha indomable” en un contexto marcado por las escaramuzas fronterizas con la India del año pasado o las tensiones en el Estrecho de Taiwán y en el Mar de la China Meridional.

Sobre Taiwán, el PCCh reitera que no hay espacio para la independencia y enfatiza su “oposición a cualquier interferencia de fuerzas externas”. Y pese a los rifirrafes con Occidente, el PCCh cree que China “ha mejorado su influencia internacional”.