- Estados Unidos dejó ayer la base aérea de Bagram, su principal instalación militar en Afganistán, en manos de las fuerzas afganas, un paso crucial en la fase final de la retirada de las fuerzas internacionales. La fortificada base Bagram, símbolo del poder militar de Estados Unidos en Afganistán desde el principio de la invasión militar en 2001, ha sido clave en la estrategia de Washington durante dos décadas de conflicto como centro de los ataques aéreos contra los talibanes. “Todas las fuerzas de la coalición ya salieron de Bagram”, confirmó a Efe un alto oficial de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán en condición de anonimato, en tanto que Washington no se ha pronunciado oficialmente sobre la retirada. Un portavoz del Ministerio de Defensa afgano indicó que “las tropas de la coalición y estadounidenses partieron anoche de la Base Aérea de Bagram” dejando la base en manos de las Fuerzas de Seguridad y Defensa Nacional afganas (ANDSF).

La toma del mando de la base aérea, ubicada a 70 kilómetros al norte de Kabul, forma parte del proceso de trasferencia acordado con Estados Unidos para la retirada total de las tropas internacionales del país asiático. Si bien el proceso de evacuación de las tropas prevé completarse en septiembre, con un número indeterminado de soldados todavía en el país, la salida de los estadounidenses de Bagram marca un momento histórico para el fin de una era.

Según lo planeado, las fuerzas estadounidenses y de la OTAN entregarían a Afganistán todo el equipo e instalaciones militares “transferibles” antes de la evacuación de sus soldados del país, iniciada el pasado 1 de mayo.

Las fuerzas de Estados Unidos y la OTAN han ido entregando gradualmente todas sus bases en el país, conservando para el final sus principales fuertes, la base de Bagram, entregada ayer y, aun pendiente, la base de Kabul, que ha servido hasta ahora como base de la OTAN. En las últimas semanas, las fuerzas extranjeras se centraron en la capacitación de las fuerzas para cubrir las “brechas técnicas”, particularmente de la Fuerza Aérea afgana, que dispone de 163 aviones militares. El apoyo aéreo de EE.UU. en el combate de la insurgencia armada ha sido clave para las fuerzas progubernamentales en su intento de hacer retroceder a los talibanes.

La reducción de las tropas de la Coalición ha coincidido con un aumento de la ofensiva talibán y su avance sobre los territorios. Desde el comienzo de la retirada, los insurgentes han capturado casi 80 de los 407 distritos a las fuerzas gubernamentales.

La salida de Afganistán es un compromiso de Washington tras un proceso de negociación con los talibanes, en el cual los estadounidenses aseguraron que se retirarían del territorio afgano siempre que los talibanes se comprometieran a no permitir ningún ataque contra EE.UU. o cualquier otro país.

El paso de EE.UU. fue celebrado por los talibanes. “Es un buen paso para todos los afganos y allana el camino para instaurar y mantener la paz. La salida de todas las fuerzas extranjeras del país es beneficiosa tanto para Estados Unidos como para los afganos”, señaló el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.