BERLÍN. Las bases del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) eligieron para su nueva presidencia al dúo formado por Norbert Walter-Borjans y Saskia Esken, críticos hacia la gran coalición con el bloque conservador de la canciller Angela Merkel. La consulta entre los 425.000 militantes, cuyos resultados se conocieron ayer, dio la victoria a esta candidatura, frente a la de signo continuista representada por el vicecanciller y ministro de Finanzas Olaf Scholz y la diputada Klara Geywitz.

Walter-Borjans y Esken recibieron el 53% de los votos y deberán ser ratificados para esta fórmula de presidencia bicéfala por el congreso federal del SPD, que tendrá lugar del 6 al 8 de diciembre próximos en Berlín. Ambos se han comprometido a revisar el pacto de coalición con el bloque de Merkel, de acuerdo a la cláusula incluida en éste cuando fue suscrito al principio del actual mandato, que establecía esa evaluación llegada a la mitad de la legislatura.

La elección de la nueva presidencia fue precipitada por la dimisión, el pasado junio, de Andrea Nahles, apenas un año después de haberse convertido en la primera mujer en la jefatura del partido más antiguo de Alemania, con más de 150 años de historia.

Nahles sucumbió a las tensiones internas, procedentes de algunos de los hombres fuertes del partido. Su relevo de la cúpula fue el décimo desde tiempos de Gerhard Schröder, el último socialdemócrata que ocupó la Cancillería alemana, entre 1998 y 2005.

Ninguno de esos cambios logró frenar la sangría de electores que sufre el partido. Del 40,9% de los votos con los que Schröder llegó al poder, el SPD ha ido cayendo en los sucesivos comicios generales, hasta llegar a su mínimo histórico a escala nacional: 23% de votos en 2017. Según los sondeos, de celebrarse ahora elecciones anticipadas, el SPD quedaría en un 13 o 14%, por detrás de los conservadores de Merkel, los Verdes y la ultraderecha. Algunas corrientes culpan de la situación al papel del partido como socio menor en la Groko, la fórmula con la que ha gobernado Merkel en tres de sus cuatro legislaturas. Otras lo atribuyen al giro centrista dado ya con Schröder. Esta línea generó en 1999 una escisión, liderada por el exjefe del SPD Oskar Lafontaine, quien fundó La Izquierda con esa disidencia.