LONDRES. El terrorista que mató a cuchilladas a dos personas e hirió a otras tres el viernes en las inmediaciones del puente de Londres había salido de la cárcel hacía un año, tras cumplir la mitad de una condena de 16 años por planear atentados yihadistas en la capital británica. Usmar Khan, de 28 años, identificado por la policía como el autor del ataque, había pertenecido a una célula inspirada en Al Qaeda que fue desarticulada antes de que perpetrara un gran atentado en las semanas previas a las Navidades de 2010.

Entre la lista de objetivos del grupo que halló entonces la policía estaba el edificio de la Bolsa de Valores, el Big Ben, la abadía de Westminster, la embajada estadounidense en Londres y la casa de Boris Johnson, entonces alcalde de la capital británica. El ahora primer ministro del Reino Unido visitó ayer el puente de Londres y defendió la necesidad de endurecer las penas contra los criminales más violentos, así como de asegurarse de que los terroristas cumplen sus sentencias íntegramente. “No tiene sentido que nosotros, como sociedad, liberemos antes de tiempo a personas condenadas por delitos de terrorismo y de violencia grave”, declaró el primer ministro durante una visita a la zona.

Johnson, favorito en las encuestas para ganar las elecciones generales del próximo 12 de diciembre en el Reino Unido, subrayó que el programa del Partido Conservador propone “endurecer las sentencias para los crímenes graves y violentos”. “Llevo mucho tiempo diciendo que creo que la práctica de liberar de forma automática a mitad de la sentencia y dejar ir a criminales realmente violentos antes de tiempo simplemente no funciona”, agregó. “En este caso, me temo que tenemos una prueba clara de que no está funcionando”, agregó el mandatario conservador.

Johnson reiteró su agradecimiento por la rápida respuesta de la policía, que abatió a tiros al atacante cinco minutos después de recibir la alerta de que se estaba produciendo un apuñalamiento.

Khan, que llevaba un dispositivo electrónico de seguimiento desde que el pasado diciembre salió en libertad, participaba en una conferencia organizada por la Universidad de Cambridge sobre rehabilitación de presos cuando decidió llevar a cabo su ataque. Una de las dos personas a las que asesinó fue Jack Merritt, de 25 años, coordinador de un programa de reinserción ligado al Instituto de Criminología de esa universidad, según han revelado medios británicos. La identidad de la otra víctima mortal, una mujer, todavía se desconoce, mientras que las autoridades sanitarias mantienen que el más grave de los tres heridos está en una condición “crítica, aunque estable”.

El terrorista, que llevaba un falso cinturón de explosivos, comenzó a apuñalar a diversas personas en el interior del Fishmongers’ Hall, sede histórica del gremio de pescaderos del Reino Unido, donde se celebraba el evento de la Universidad de Cambridge. Según la reconstrucción de los hechos que han llevado a cabo la policía y los medios, algunas de las personas que participaban en el acto obligaron a Khan a salir a la calle y le acabaron reduciendo sobre la acera del puente de Londres. Momentos después, agentes de policía dispararon y mataron al terrorista.

“Héroes”

Las portadas de los periódicos británicos dedicaron ayer amplios espacios a los “héroes” que arriesgaron su vida para aplacar al terrorista y el primer ministro alabó ayer su valentía: “Representan lo mejor de nuestro país”, declaró. La actuación de esos ciudadanos ha revivido la memoria del español Ignacio Echeverría, que murió en un atentado en el mismo punto de la capital británica, en junio de 2017, cuando trataba de proteger a otras personas. Algunos de los hombres que redujeron el viernes al agresor eran reos de permiso y exconvictos que participaban en el mismo programa de reinserción.

Vídeos difundidos en las redes sociales muestran cómo uno de ellos utilizó el gas de un extintor para tratar de desorientarle, mientras que otro se sirvió de un largo colmillo de ballena que estaba expuesto en una pared del Fishmongers’ Hall para enfrentarse a él. Éste último ha sido identificado por los medios como Lukasz, un cocinero polaco afincado en la capital británica.

Una de las imágenes más reproducidas del atentado es la de un hombre que se hizo con el cuchillo del terrorista y se alejó con el arma en la mano. Un portavoz de la Policía del Transporte Británica indicó que se trata de uno de sus agentes, que pasaba por el puente en ese momento, vestido de civil, y “corrió valientemente hacia el peligro”.

Otra de las personas que contribuyó a neutralizar a Khan es James Ford, condenado por matar en 2003 a la joven de 21 años Amanda Champion, cuyo cuerpo fue encontrado en un vertedero. Ford se encontraba el viernes de permiso penitenciario y participaba en el mismo programa que el terrorista abatido. La tía de la joven asesinada, Angela Cox, afirmó en una entrevista con la BBC que el hombre no es ningún “héroe”. “Sí, ha hecho algo que está bien, pero eso no compensa sus actos. No es un héroe y nunca lo será”, sostuvo.

Testigo

“Pensábamos que era una pelea. Rápidamente vi un cuchillo y que los que intentaban reducir al posible terrorista estaban muy nerviosos y con ganas de irse”, explicó ayer a la emisora RAC1 desde Londres, Quim Mora, testigo del atentado. Según este ciudadano catalán, la Policía intervino con mucha cautela: “Empiezan a sacar a la gente y efectúan tres disparos. Y esto sí que me produce miedo porque pienso ‘esto va en serio’ e interpreto que puede llevar una bomba”. En la entrevista, Mora señaló que los primeros disparos que recibió el terrorista cerca del puente de Londres no acabaron con su vida, ante lo que apremió a su familia a que abandonara el lugar. “El atacante se reincorpora y se sienta. Entonces es cuando hay una segunda ola de disparos, que estos sí que lo rematan”, precisó.