Bilbao- El periodista Nacho Alarcón se trasladó a Bruselas poco después de terminar la carrera para escribir sobre asuntos europeos, donde se integró en el periódico Aquí Europa. Ahora es corresponsal de El Confidencial.

¿Qué le atrajo de Bruselas?

-Había dos razones fundamentales: la primera, que gran parte de los periodistas que yo admiraba estaban en Bruselas escribiendo de asuntos europeos y la segunda era el hecho de que tras la crisis del euro soberana y tras toda la crisis económica, lo que quedaba demostrado era que Bruselas era un lugar muy importante al que mirar continuamente.

Usted tiene clara la importancia de Europa en nuestro día a día, ¿y el ciudadano?

-No vemos la importancia de Europa porque no se nos transmite por parte de la clase política y tenemos un ejemplo muy claro en las cercanas elecciones europeas: la mayoría de partidos está mandando a gente que descarta del ámbito nacional y no a gente prioritaria. Luego, lo que se demuestra durante las legislaturas es que hay gente realmente brillante, que trabaja muy bien, pero al momento de hacer las listas no priorizan el trabajo europeo y los ciudadanos tampoco.

Durante las pasadas elecciones en el Estado español, Europa tampoco estuvo presente.

-Absolutamente. Hasta ahora no se ha hablado de Europa porque había un cierto consenso en lo que queríamos sobre Europa. Europa se ha tomado como una política de Estado en España. Un gobierno y otro mantenían la misma política en asuntos europeos y esto puede parecer una buena noticia, pero es a la vez una mala noticia, porque nos dejamos llevar, parecemos invitados en la Unión Europea, no tenemos un discurso fuerte, una exposición clara, no tenemos prioridades marcadas, con lo cual, la agenda no la ponemos nosotros, sino que nos la ponen encima de la mesa. Bruselas ya no es un asunto internacional, aquí se deciden cosas fundamentales que tienen que ver con el país y sus regiones. Y como nadie explica Europa, quienes se dedican a vilipendiarla tienen el camino hecho.

En el artículo premiado decía que Europa comunica muy mal, entonces parte de responsabilidad tiene.

-Europa tiene la parte de culpa en comunicar mal las cosas buenas que hace y tiene que bajar más a la tierra. De eso ya se han dado cuenta y están tratando de ir a políticas muy claras que beneficien al ciudadano medio, no solamente a los elementos técnicos complejos. Pero la UE son las capitales, cuando estamos hablando de las cosas que hace mal la UE estamos hablando fundamentalmente de las cosas que hacen mal las capitales. Es decir, si no tuvimos antes el fin del roaming fue por la negativa de las capitales. La mayoría de las veces, las cosas no salen adelante porque los propios estados las bloquean, pero luego cuando vuelven a las capitales culpan a la UE de todos sus males. En la idea de cómo se utiliza la Unión Europea está el gran reto, que los ciudadanos entiendan cómo funciona y quiénes son los verdaderos responsables de cada toma de decisiones. Están intentado, poco a poco, generar un tejido propio de la UE, ahora hemos tenido incluso dos debates electorales entre candidatos.

¿Cómo está el ambiente electoral en Bruselas?

-Hubo un momento de terror hace unos meses, cuando muchos pensábamos que los euroescépticos iban a quedar con muchísima fuerza en el parlamento europeo. El gran miedo que existía era que antes o después de las elecciones consiguieran constituir un grupo propio en el parlamento. Porque los euroescépticos odian la UE, pero por encima de todo hasta ahora se han odiado entre ellos. Eso les tenía divididos en tres grupos en el Parlamento Europeo y el terror estaba en que Matteo Salvini uniese esta estructura. Pero a medida que ese temor se ha ido diluyendo, el miedo real está en cómo se van a organizar las mayorías después de las elecciones. Tradicionalmente, el Parlamento Europeo ha funcionado como una gran coalición, entre el Partido Popular Europeo y los socialdemócratas, pero esta vez ya no suman. La misma situación que tenemos en los parlamentos nacionales, que es muy difícil conseguir mayorías, se ha trasladado ahora al Parlamento Europeo.

¿Qué destacaría del periódico ‘Aquí Europa’?

-Que es muy importante por la necesidad de tejer una conversación europea. Una España dentro de la UE no se debería permitir no tener ninguna cabecera grande europea; Aquí Europa, en cierto modo, lo que hace es cubrir ese espacio y dar el impulso español a esa conversación europea.