A la tercera no fue la vencida para Theresa May. A la primera ministra le sirvió de poco que los diputados euroescépticos Jacob Rees-Mogg y Boris Johnson se decidiesen a votar a favor de su acuerdo del Brexit y sufrió una nueva derrota, perdiendo por un total de 58 votos (286 a favor y 344 en contra).

May advirtió que la de ayer era “la última oportunidad para garantizar” el Brexit, que permitía una salida ordenada el 22 mayo y no tener que participar en las elecciones europeas que mayo. En total, 34 diputados conservadores votaron en contra de su propuesta, desde euroescépticos que no se dejaron convencer en el último momento, a acérrimos pro-europeos, que no quieren que llegue a haber salida del bloque común.

Un alto número de tories de alto perfil a favor del Brexit, como Dominic Raab y Iain Duncan Smith, sí respaldaron el acuerdo en esta ocasión, pero no fue suficiente para evitar otra derrota de May, que ofreció su salida para persuadir a sus críticos y que respaldaran el acuerdo.

Tras conocerse el resultado votación, la primera ministra se dirigió al parlamento diciendo que “no era el resultado que queríamos” y que teme que se está llegando “al límite de este proceso en esta Cámara”. Pese al nuevo revés, Downing Street apuntó a que la primera ministra continuará buscando apoyo en los Comunes a su acuerdo.

Ahora, todo apunta a que Londres pedirá una prórroga larga para evitar un divorcio caótico el 12 de abril. Por el momento, la líder conservadora está obligada a presentar a Bruselas un plan B si quiere que así sea. Eso deja un plazo de solo 13 días sobre la mesa y May recordó ayer a los diputados que “no hay tiempo suficiente para acordar, legislar y ratificar un acuerdo”.

La UE dejó claro que cualquier nueva extensión debería tener un propósito claro y deberá ser acordada por unanimidad por los jefes de los otros 27 Estados miembros. Para ello, el lunes, los diputados británicos volverán a poner en marcha votaciones vinculantes sobre un segundo referendo y la permanencia en la unión aduanera.

Todos en el Reino Unido tendrán la mirada puesta en lo que decidan y así lo reconocía el director general de la Confederación de la Industria Británica (CBI), preocupado por la reputación del país y el futuro de los empleos: “Sólo los diputados pueden terminar esta pesadilla para las empresas”.

La derrota de May golpeó a la libra mientras los inversores, en la City y en todo el mundo, siguen preocupados con que el Reino Unido pueda salir de la UE sin un acuerdo. La libra esterlina cayó a 1,30 frente al dólar estadounidense, por primera vez desde el 11 de marzo.

Desde el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP), socio del Gobierno británico, los diez diputados votaron en contra del acuerdo. Su líder adjunto, Nigel Dodds, insinuó que la puerta no está cerrada para que su partido apoye el acuerdo de May. Así, confirmó que la posición del partido era de “principios”, centrada en la unión del Reino Unido y la amenaza que representa la salvaguarda.

“En nuestras recientes conversaciones con el Gobierno, se ha avanzado mucho en la forma en que la legislación nacional ayudaría a garantizar la integridad económica del Reino Unido en su conjunto y en reconocer la situación particular de Irlanda del Norte que comparte una frontera terrestre con la UE”, repitió una vez más Dodds.

Para del líder laborista, Jeremy Corbyn está claro que los Comunes pidieron un cambio y que el acuerdo tiene que cambiar, por lo que hizo una llamada a encontrar una alternativa. De no estar por la labor, tiene claro que May debe irse y convocar elecciones generales.

Opinión que comparte Steve Baker, vicepresidente del poderoso Grupo de Investigación Europeo, que agrupa a los conservadores a favor del Brexit, quien se apresuró a comentar que la de ayer debía ser la derrota final para el acuerdo de May: “Está terminado. Y debemos seguir adelante. No se aprobó y no se aprobará”.

Mientras tanto, partidarios de la salida se reunieron a las puertas del Parlamento para protestar contra el retraso, pues ayer precisamente fue el día en que originariamente estaba pensado que tuviese lugar la salida. El tráfico se paralizó en medio de los cantos de “Brexit ahora”. A ellos se unieron los miembros de la Marcha para la Salida, que comenzó hace dos semanas en Sunderland y que también llegó a Westminster.