Los diputados británicos aprobaron ayer por amplía mayoría, con 502 votos a favor frente a 20 en contra, la enmienda que pide la ampliación del plazo del Brexit si no hay acuerdo para evitar un divorcio caótico.

Presentada por la laborista Yvette Cooper y el conservador tory Oliver Letwin, la enmienda establecía que si los diputados votaban para retrasar el Brexit, el gobierno debe solicitar una extensión de la Unión Europea y presentar una legislación para cambiar la fecha de la salida del Reino Unido.

La enmienda va en consonancia con el anuncio de la primera ministra, Theresa May, May prometiendo que los diputados votarán antes del 12 de marzo su acuerdo de salida, si este es rechazado se pronunciaran sobre si quieren una ruptura no negociada con la UE) y, si descartan también este escenario, el 14 de marzo votaran sobre extender el Brexit.

Por otro lado, los diputados británicos rechazaron la enmienda de los laboristas a que Reino Unido se una a la unión aduanera tras el Brexit, por 323 votos frente a 240, por lo que el partido que lidera Jeremy Corbyn pasa a respaldar otro referéndum sobre la permanencia en la UE.

la condición de Corbyn De hecho, el diputado laborista Keir Starmer explicó durante el debate previo a la votación que si la enmienda era derrotada y May se niega a negociar una relación económica estrecha entre Londres y Bruselas, el partido laborista apoyará o presentará una enmienda a favor de una votación pública. Una fuente laborista reconoció que ahora “apoyarán el voto público”, si bien seguirán presionando para que haya unas elecciones generales o conseguir que el gobierno cambie las líneas rojas del acuerdo, pero al mismo tiempo ahora respaldarán las enmiendas a favor de una nueva votación. El partido no ha detallado todavía, sin embargo, cuándo prevé llevar esa demanda al Parlamento ni qué pregunta trasladaría a los ciudadanos. Una de las opciones sobre la mesa es que los laboristas presenten una enmienda al acuerdo del Brexit cuando se vuelva a someter a votación, antes del 12 de marzo, con sus planes para un referéndum. Corbyn necesitaría previsiblemente el respaldo de algunos diputados conservadores para aprobar esa propuesta, dado que no cuenta con una mayoría en la Cámara de los Comunes. También debería sofocar una posible rebelión entre algunos de sus parlamentarios, elegidos por circunscripciones en las que el Brexit se impuso en 2016, que en votaciones anteriores han roto la disciplina de partido para oponerse a ciertas medidas y son contrarios a un plebiscito.

En el caso de la enmienda presentada por el Partido Nacionalista Escocés (SNP, por sus siglas en ingles), insistía en que el Reino Unido no debe abandonar la UE en ningún caso sin un acuerdo “independientemente de la fecha de salida”. Los diputados votaron en contra, por 324 votos frente a 288.

Por su parte, el diputado conservador Alberto Costa, británico de padres italianos que emigraron a Reino Unido hace 50 años, presentó una enmienda que buscaba proteger los derechos de los ciudadanos del Reino Unido en la UE y viceversa, incluso si hay un Brexit sin acuerdo, a lo que el gobierno de May aceptó el plan de inmediato.

Londres se comprometió a escribir en los próximos días a la UE para intentar tener garantías sobre los derechos de los ciudadanos en caso de un Brexit sin acuerdo, puntualizó el ministro británico para el Brexit, Stephen Barclay: “Me complace confirmar que escribiremos a las instituciones de la UE en los próximos días”, dijo Barclay.

Al mismo tiempo, la facción favorable al Brexit dentro del partido conservador conocida como Grupo de Investigación Europeo (ERG, por sus siglas en inglés), redujo su oposición al acuerdo de May para abandonar la UE . El diputado Jacob Rees-Mogg, una de sus figuras más destacadas, explicó que no insistiría en que se eliminara la salvaguarda a la frontera de Irlanda del Norte como condición para darle su apoyo al acuerdo del Brexit.

La respuesta europea se produjo en París después de que el Londres tuviera lugar una reunión de gabinete en la que diferentes facciones discreparon abiertamente sobre para qué se debía usar una extensión. Un grupo, liderado por Amber Rudd y Greg Clark, dijo que debería usarse para construir un enfoque alternativo al Brexit que podría obtener un apoyo generalizado de los Comunes. Otro, dirigido por Andrea Leadsom, dijo que se debería usarse para intensificar los preparativos de un Brexit sin acuerdo, mientras que Liam Fox sugirió que podría ganarse más tiempo para obtener cambios en el respaldo.