Orquesta Sinfónica de Bilbao

Un miércoles 8 de marzo de 1922, la BOS se ponía en marcha. Un nacimiento unido a lo que ocurría en la sociedad de Bilbao y de Bizkaia. La historia de la BOS ha sido siempre un reflejo de lo acontecido en la sociedad que la hizo nacer y que la ha sustentado a lo largo de estos 100 años. Porque recorrer la historia de la Orquesta es recorrer la historia de nuestro País.

El momento histórico

A partir de la segunda mitad del siglo XIX se produce una gran transformación económica en Bizkaia generada, en buena medida, por la explotación de sus minas de hierro. Se produce un desarrollo comercial, industrial y demográfico que convierte esta zona vasca en uno de los puntos de mayor auge económico de Europa. La burguesía, ya existente, obtiene así mayor poder económico e influencia social.

En esa época, vibrante y llena de energía, un grupo de jóvenes bilbainos se reunía todas las tardes en lo que denominaban El Cuartito, una habitación alquilada en las Siete Calles. Sus paredes, cubiertas de cuadros de algunos de sus componentes como I. Zuloaga, M. Losada o A. Guinea, fueron testigos de las sesiones de música que se organizaban.

Allí se gestaron una gran parte de las actuales instituciones musicales bilbaínas. La Sociedad Filarmónica, la Sociedad Coral, el Conservatorio o la Orquesta Sinfónica nacieron gracias su iniciativa y empuje. En especial de los tres a los que se les llamó los apóstoles de la música: Juan Carlos Gortázar, Javier Arisqueta y Lope Alañalos apóstoles de la música.

Nacimiento y primeros años

En 1922, en plenos felices años 20, Armand Marsick es nombrado director del Conservatorio Vizcaino de Música, que había abierto sus puertas con el curso 1920-1921. Además, recibe el encargo de crear la primera orquesta estable de la villa, que cumple, organizando la Orquesta Sinfónica de Bilbao

El auténtico reto al que se enfrenta la nueva institución cultural es el de la continuidad, sobre todo por razones económicas. La Orquesta pasa desde sus inicios por grandes apuros económicos (algo que será una contante durante gran parte de su historia). Pero la organización prospera con la ayuda de mecenas, el apoyo de la Diputación Provincial de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao, y de la imprescindible Sociedad Filarmónica. Tiene 239 socios al finalizar la primera temporada.

En 1928 Vladímir Golschmann es nombrado director. Tiene tanto éxito que, al finalizar el concierto del 24 de abril de ese mismo año, el público le espera en la calle para felicitarle de una manera hasta entonces nunca vista en la villa.

El 10 de noviembre de ese mismo año se produce uno de los grandes hitos históricos/simbólicos de la BOS: Maurice Ravel, el compositor vasco más universal, dirige a la Orquesta en su concierto número 90.

En la temporada 1929-30 el número de socios es de 560. Un crecimiento de casi un 100% en solo siete años.

Del 'Crack del 29' a la Guerra Civil

La sociedad de Bizkaia sufre con intensidad el crack del 29. Una crisis que afecta a los ingresos de la Orquesta, sobre todo por la pérdida de público. En la temporada 33-34 la BOS contaba con 368 socios. Casi 200 menos que 4 años antes.

En 1933 Jesús Arámbarri sustituye a Golschmann y empieza un largo periodo de 20 años en ese cargo. Un periodo que se puede dividir en dos etapas.

La primera se extiende entre 1933 y 1937 y se desarrolla en una época convulsa: durante la República y el periodo que se extiende entre la insurrección militar del 18 de julio de 1936 y la entrada de las tropas rebeldes en Bilbao el 18 de junio de 1937.

La entrada de los rebeldes en Bilbao trae consigo un periodo de persecución, cárcel, exilio y depuraciones. Nadie toma la decisión de disolver la Orquesta, pero esta queda en un limbo del que sale por decisión de la corporación presidida por el segundo alcalde franquista de Bilbao, José Félix de Lequerica.

Reestructuración de la Orquesta y franquismo

En agosto de 1938 el Consistorio decide fusionar la Orquesta y la Banda Municipal bajo el nombre Orquesta Municipal de Bilbao. El primer concierto de esta formación se ofrece el 25 de febrero de 1939. Es decir, antes de que finalice la Guerra Civil. Toda una muestra del peso y el prestigio que la Orquesta tiene en la ciudad.

Su dirección corre a cargo de Jesús Arámbarri que se mantendrá a su frente en esta segunda etapa como director de la Orquesta hasta 1953.

La Orquesta inicia en 1943 una serie de giras anuales en ferrocarril que se sucederán hasta 1964. Estas giras convierten a la BOS en la Orquesta del norte de España. Los desplazamientos de aquellos viajes suman más de 60.000 kilómetros.

El 16 de agosto de 1953, el año en que Arámbarri deja la Orquesta, esta participa en el primer festival de ópera organizado por la recién creada ABAO. Desde entonces ha estado presente en todas sus temporadas.

Entre 1953 y 1958 ostentan la dirección José Yves Limantour y Antoine de Bavier.

De nuevo, Orquesta Sinfónica de Bilbao

La llegada de Rafael Frühbeck de Burgos en 1958 significa mucho más que el nombramiento de un nuevo director para la Orquesta. Era parte de una profunda transformación.

En 1959 Banda municipal y Orquesta vuelven a ser entes independientes. La Orquesta pasa a depender, recuperando su nombre original, del Patronato Juan Crisóstomo de Arriaga constituido por la Diputación Provincial de Vizcaya y el Ayuntamiento de Bilbao.

Además, se toman medidas para reforzar la calidad de la Orquesta. Se ponen en marcha unas rigurosas oposiciones internas para todos sus músicos; se saca de la misma a los hombres mayores de 65 años; y se toma una decisión que hoy en día parece tener poco que ver con un objetivo de mejora de la calidad: prescindir de las mujeres casadas.

Frühbeck de Burgos abandona la BOS en 1963 y le sustituye hasta 1968 Alberto Bonet, que es sustituido por Pedro Pírfano. En 1972 se celebra el 50º aniversario de la BOS con tres conciertos especiales: dos dirigidos por su titular y el tercero dirigido por el maestro García Asensio.

1977- 1981. Tiempo de crisis

De nuevo, como en el crack del 29, la crisis económica de finales de los años 70 afecta de una forma muy importante a Bizkaia y, por lo tanto, a la BOS.

Cuando Pedro Pírfano deja de ser titular de la Orquesta en 1977, la situación de esta es crítica. La BOS ofrece en abril el último concierto de su temporada 1976-1977 y no existirá una actividad que lleve tal nombre hasta octubre de 1981.

En 1978, el sueldo mensual de sus músicos es de 12.000 pesetas (el salario mínimo oficial es de algo más de 19.000 pesetas). En julio, con 25 sillas vacantes, la Orquesta deja de pagar las nóminas.

Pero, a pesar de eso, ni el maestro Urbano Ruiz Laorden (subdirector de la Orquesta y, de facto en esos momentos, su director), ni ninguna de aquellas profesoras y profesores, abandonan. Siguen ensayando y actuando, salvando así el momento más crítico que ha vivido la Orquesta.

La BOS sobrevive con conciertos extraordinarios; con su participación en la temporada de la ABAO; gracias al apoyo económico directo a los músicos de Luis Olarra; y por la puesta en marcha por parte del Banco de Bilbao del ciclo Tiempo de Música, con 17 conciertos entre 1980 y 1981.

Ofrecen un centenar de conciertos en ese periodo que finaliza en octubre de 1981, cuando recupera la Temporada Sinfónica.

La recuperación de las Instituciones vascas

En 1979 se recuperan las Juntas Generales y la Diputación de Bizkaia vuelve a ser Foral. En 1980 se constituye el Gobierno vasco que recoge el testigo del que existía en el exilio desde 1937. 1981 es el año de recuperación del Concierto Económico, pieza fundamental del autogobierno vasco.

Todo esto va a influir, en positivo, en la Orquesta y su renovación. Pero esta no va a ser instantánea. La BOS continúa con sus problemas endémicos, como la falta de una sede estable y una apretada situación económica. No obstante, la presencia de Urbano Ruiz Laorden y de Enrique García Asensio como principal director invitado, (1985-1991), permiten que esta renovación se lleve a cabo bajo el signo de la continuidad, pilotada por la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.

En este proceso tiene un papel fundamental la llegada a la Orquesta de nuevos profesores y nuevas profesoras. En los atriles de cuerdas, en especial desde Rumania, Polonia, Gran Bretaña y una amplia representación de Sudamérica. En los de percusión y viento, desde Valencia o del propio Bilbao. Profesionales que ayudan a la mejora de la calidad de la Orquesta y que cumplen con una importante labor formativa como profesores del Conservatorio. En 1993 Theo Alcántara es nombrado director titular.

Nuevo siglo, nuevos tiempos

En 1999 la BOS inicia una nueva etapa, la actual, con la inauguración de una nueva sede en el Palacio Euskalduna que le permite contar con unas instalaciones adecuadas para el desarrollo de su trabajo.

En ese mismo año es nombrado director titular Juanjo Mena, que dirige el concierto inaugural del Euskalduna. Mena será el director de la BOS hasta 2008, cuando se incorpora Günter Neuhold. Desde 2015 el maestro Erik Nielsen es el director titular.

Y así llegamos a la actualidad. Con más de 2.800 abonados (antes de la pandemia), una temporada sinfónica, una temporada de cámara, conciertos didácticos y una amplia actividad de carácter social, la BOS vive un momento que se puede definir como dulce, en el que la Orquesta cuenta, además, con el firme respaldo de la Diputación Foral de Bizkaia y el Ayuntamiento de Bilbao.

Pero nada está conquistado y nada está garantizado sin el respaldo, el esfuerzo y el compromiso de todos: profesionales de la Orquesta, instituciones y, sobre todo, del público. Tener una orquesta para Bizkaia no es un fin en sí mismo. El fin es que esta sea un instrumento clave de la política cultural de Bilbao, de Bizkaia y de todo el país. Ser útiles, ser proactivos, ser accesibles, ser parte del alma de Bizkaia es la mejor garantía para que se cumpla el vaticinio de una larga vida para la BOS, que hizo tanto el gran pianista bilbaino Joaquín Achúcarro, como el director titular de la BOS, Erik Nielsen, al felicitar a la Orquesta por sus "primeros cien años".

(Barakaldo, 1961). Licenciado en Ciencias de la Información, ha trabajado en diferentes áreas (Obras Públicas, promoción internacional del País Vasco y de la transformación urbana de Bilbao, Hacienda y Cultura). Es, en estos momentos, el responsable de comunicación de la BOS. Aficionado a la fotografía, y un aprendiz y difusor, entusiasta de todo lo que tenga que ver con la historia de los vascos.