el 28 de febrero se cumplieron tres años del fallecimiento de Xabier Arzalluz Antia el recordado presidente del PNV hubiera cumplido 90 veranos el 24 de agosto.

El ignaciano José Ignacio de Urquijo fue compañero de Arzalluz en el histórico Seminario de Oña, Burgos. Desde su habitación en Deusto escribe de forma periódica sus memorias personales que alcanzan ya las 400 páginas y un capítulo lo dedica a aquel azkoitiarra que no olvida porque "fuimos muy, muy amigos durante el noviciado, el juniorado y para siempre".

Urquijo, tras siete décadas en Venezuela, regresó a Euskadi para poder contar con una oferta pública sanitaria que le permitiera conservar una pierna que en América podría haber perdido por su diabetes y por la situación que allá se vive. "En Caracas, en este momento, no hay ni insulina", lamenta. José asevera que la vocación de político de Arzalluz -"con zeta final, siempre con zeta", enfatiza- era superior a la monacal. "Xabier era un gran orador. De hecho, en Oña nos preparaban en oratoria", apostilla, y va más allá: "Fascinaba, era un orador de primera. Más adelante, ya como político, era fuerte y hacía uso de la ironía y metía puyitas. Otros trataban de ser más heroicos y citaban a San Francisco Javier, por ejemplo", diferencia.

Urquijo echa la vista atrás a los años 1955 y 1956 en sus tituladas en francés Memoires d'un jesuit Meconnu, y hasta el presente inéditas. Las fotografías que lo acompañan también lo son. Muestran, por ejemplo, los paseos y las señeras caminatas de piedra que resaltaban el carácter monacal del flamante Colegio Mayor. "A esto se añadía la belleza natural de un estanque de aguas frías, con muros de piedra, cubiertos de enredaderas", transmite. En aquel estanque remansaba el agua de un manantial -a día de hoy también-, proveniente de lo alto del monte y, por medio de un canal, caía desde cierta altura a una pequeña centralilla eléctrica que alimentaba las necesidades de energía de todos los edificios.

"Solíamos hacer excursiones y como anécdota contaré que Xabier y yo solíamos pescar alguna de las truchas para cocinarla y comerla en una zona de la Bureba a la que íbamos", se ríe, y pasa a recordar la forma de ser de aquel seminarista que llegara a ser tan popular. "Comprendo que Arzalluz más adelante, como político, pudiera parecer cascarrabias para sus opositores, pero no lo era en sí. Era de talante agradable, simpático. Conservo unas cintas de vídeo en las que él canta las canciones del bardo Iparraguirre, aparece contando chistes... Tenía un buen sentido del humor".

A juicio de este jesuita donostiarra de 92 años, al Xabier novicio le gustaba hacer juegos de palabras. Así, cuando visitaban la casa ignaciana de Getaria, compartían errores en expresiones coloquiales que les hacían reír. "Decíamos cosas como: En este mar estuvo el barco Almirante Cerveza, en vez del franquista Cervera; o trabucábamos diciendo: Me han operado de posdata, en vez de próstata", comparte risueño.

Derechos de los vascos

José Ignacio de Urquijo (Donostia, 1930), a su regreso del Magisterio en Venezuela, completó sus estudios de Teología en Oña. "Me ordené sacerdote en Loiola, en agosto de 1963, mientras que Xabier Arzalluz estudió Teología en la ciudad alemana de Frankfurt y se ordenó allí", detalla. Da la casualidad de que en esa misma fecha se ordenaron como sacerdotes el Padre Paricio y el Padre José del Rey. Tanto Arzalluz como Paricio abandonaron la Compañía de Jesús años después. "De Xabier, aun cuando por muchos años perdí contacto con él al irme yo a Venezuela de nuevo, puedo decir que a la edad de diez años inició sus estudios de Bachillerato en la Apostólica de los jesuitas de Durango, pasando posteriormente a la Apostólica de Javier, en Navarra. Ingresó en la Orden el año 1949". Las memorias del guipuzcoano matizan que Arzalluz fue ordenado jesuita el 2 de febrero de 1967 en Frankfurt del Meno.

Cuando de allí regresó a Euskadi, en 1968, se especializó en Derecho Político y abandonó la Compañía de Jesús, dedicándose de lleno a la política. En 1969 ingresó en el PNV y desde 1971 formó parte del órgano regional del partido, en el Bizkai Buru Batzar, y de la dirección ejecutiva nacional del Euzkadi Buru Batzar jeltzale. Encabezó la lista de candidatos de esta formación por Gipuzkoa de cara a las elecciones generales del 15 de junio de 1977 y ganó el escaño en la Cámara baja. Durante la constituyente formó parte de la Comisión Mixta encargada de reelaborar el proyecto de ley de amnistía y defendió en el Parlamento los derechos del pueblo vasco reclamando el estatuto de autonomía.

"Sin duda le dominaba la vocación política. Él fue el primero en recomendarme libros. Recuerdo el de Amaya y los vascos o el de La Patria, de 1933", evoca quien se considera apolítico y estima que "en bromas, Arzalluz me solía llamar maqueto. Urquijo no callaba entonces y le respondía lo siguiente: "Yo como mi buen amigo, el escultor Chillida, soy vasco universal. Y aunque me llamara vasco universalmaqueto recalca quien sigue perteneciendo al catálogo jesuítico venezolano. "Yo me vine con una maletica y allí dejé todo lo mío", apostilla.

Cuadrilla del 'Txipi'

Con su partida como recién ordenado jesuita a Venezuela, la relación de amistad entre Urquijo y Arzalluz perdió fuerza. "Mantuvimos el contacto mientras estábamos aquí. Luego, yo en aquel país, y que la política absorbe a los individuos...". Sin embargo, volvieron a verse en una ocasión y podían haber sido dos, lo que Urquijo lamenta aún. José Ignacio supo que el dirigente jeltzale iba a visitar Caracas y acudió al Hotel Hilton capitalino. "Fui vestido elegante, con corbata y chaqueta. Me presenté sin invitación. Es decir, me colé y nadie me dijo nada. Xabier me vio y nos dimos un gran abrazo. Fue cuando Herrera ganó las elecciones".

La segunda vez podía haberse dado en Deusto. Arzalluz se acercó a la residencia de mayores a visitar al jesuita e intelectual José Ramón Scheifler. "Scheifler estaba en la habitación de enfrente. Xabier vino a visitarle y nadie me dijo nada. ¡Lo sentí mucho! ¡Le hubiera dado un fuerte abrazo!", resalta.

Xabier Arzalluz falleció el 28 de febrero de 2019. "Fuimos en Oña muy muy muy amigos, de hecho, los vascos que estábamos allí hicimos una cuadrilla y nos llamamos el Txipi