Diferentes voces solicitan en los últimos tiempos que la histórica plaza elíptica de Bilbao deje de llamarse Federico Moyúa. La razón: fue alcalde de la dictadura de Primo de Rivera. Una de las personas que más está luchando por este objetivo es el exsenador jeltzale Iñaki Anasagasti, quien argumenta a DEIA su análisis: “Es el momento de que se quite el nombre de Moyúa. La mejor plaza de Bilbao, la conocida como elíptica, no puede llevar el nombre de un alcalde de un momento en el que hubo persecución política a quien no pensaba como ellos”.

A juicio de Anasagasti, hay personas que justifican su presencia en el callejero por proyectos que el regidor llevó a cabo. “Independientemente de si hizo mucho o poco, lo importante es que su elección fue fraudulenta. Fue un alcalde de una dictadura y no solo hubo la de Franco, sino que este hombre fue puesto por Primo de Rivera”. Y va más allá en su apuesta por que la institución competente actúe al respecto. “Es un problema de sensibilidad y de que se tiene que cambiar. No podemos permitir que por la parada del metro Moyúa, ahora se pierda lo de elíptica y no se sepa que fue un alcalde de una dictadura”.

Anasagasti señala a Federico Moyúa -abogado y representante del partido Liga de Acción Monárquica y miembro de la Asamblea Nacional de Primo de Rivera-, como el regidor que anexionó Deustu a Bilbao, municipio con 9.000 habitantes entonces. Fue en octubre de 1924 cuando fue aprobada por el Gobierno de Primo de Rivera la anexión completa de los municipios de las anteiglesias de Deustu y Begoña a la villa de Bilbao, con fecha efectiva de aplicación de 1 de enero de 1925. “¡Y cómo lo hizo! Lo hizo a sangre y fuego. Llegó a derribar el Ayuntamiento de Deustu, lo que provocó animadversión hacia su persona”, recalca y apostilla que “desde el punto de vista simbólico, representativo e histórico se debe retirar”.

El primer nombre de esta plaza fue Don Diego López de Haro -como la Gran Vía que la cruza-, aunque siempre fue conocida como Elíptica, dada su forma geométrica, diseñada en 1873 y cuya superficie es de 11.450 metros cuadrados.

Fue tras la entrada y ocupación por parte de los franquistas de Bilbao el 19 de junio de 1937 cuando la plaza elíptica fue rotulada de forma oficial como Federico Moyúa Salazar. Es decir, la nueva dictadura imponía el nombre de un alcalde de la dictadura anterior de Primo de Rivera. Casualmente, este político murió contados días antes del fin de la Guerra Civil, el 7 de marzo de 1939.

El investigador Aritz Ipiña Bidaurrazaga cita en su estudio titulado No quisieron ser Bilbao. Resistencia de la Anteiglesia de Deusto a la anexión de Bilbao, 1924-1925 cómo el 27 de febrero de 1924 se formó en Bilbao una nueva corporación municipal. “Federico Moyúa, como alcalde, y el resto de concejales fueron propuestos en una lista escrita por el Gobernador Civil de Vizcaya y enviada al Directorio Militar15. Durante la Dictadura de Primo de Rivera no se celebraron elecciones locales”.

No quisieron ser Bilbao, pero aquella dictadura y aquel alcalde no hicieron caso al sentir de los pobladores de ambas anteiglesias. Moyúa ya había sido alcalde años antes. La primera vez en 1910. Dos ejercicios después, en 1913, fue sucedido al mando del consistorio de la capital de Bizkaia por Benito Marco Gardoqui.

Hay solución

La dictadura de Primo de Rivera volvió a situar al bilbaino al mando del ayuntamiento capitalino en 1924 hasta el fin de la misma en 1930. Anasagasti ahonda en su pensamiento. “Nadie, bajo el franquismo en Bilbao, llamaba a la Plaza Circular Plaza España ni a la Elíptica, Plaza Moyúa. Eran dos imposiciones inasumibles. Federico Moyúa fue un alcalde puesto a dedo en la Alcaldía por la dictadura de Primo de Rivera que anexionó Deusto a Bilbao manu militari y con engaño. Hoy, la Plaza Circular se llama Plaza Circular, no España, pero una negligencia de alcaldía en su día mantiene el nombre de Moyúa para la plaza Elíptica”, señala.

Añade que “los bilbainos de toda la vida siguen llamándola elíptica Aquella negligencia se agravó con la parada del metro, pero si se quiere, tiene solución. Se le cambió el nombre a la Avenida del Ejército, nos anunciaron el envío de tropas, pero ahí sigue llamándose Lehendakari Agirre. Si se quiere, se puede. Yo jamás le llamo Moyúa”, concluye el parlamentario de EAJ-PNV entre 1985-2015.

Años atrás, el Ayuntamiento de Bilbao retiró de su callejero, por ejemplo, el paseo en recuerdo a Rafael Sánchez Mazas. El fundador de la Falange se quedó sin calle en 2014. También desapareció, precisamente de la plaza elíptica, el aguilucho franquista presente hasta 2017 en el edificio de la Agencia Tributaria.