Red de relaciones europeas del PNV (1945-1977)

Un informe del PNV de 1952 que hoy ve la luz en DEIA confirma el espaldarazo de palabra que algunos grandes líderes del momento dieron al grupo que aún lideraba José Antonio Aguirre. De hecho, según detallan los tres folios manuscritos, el congreso de aquel año invitó al lehendakari, a Jesús María Leizaola y a Xabier Landaburu. Este último podría ser quien redactó la valoración, según fuentes consultadas. Aquel año, a juicio de Arrieta, el MRP “redujo considerablemente el carácter renovador de sus inicios y, a partir de 1951, fue perdiendo influencia gubernamental”. Mientras Francia vivía cambios, en el Estado español Franco continuaba con su desgobierno totalitarista y, de algún modo, se consolidaba.

En Burdeos, el MRP apoyaba de palabra las peticiones del PNV que se presentaba el 23, 24 y 25 de mayo en un momento nada fácil. La Delegación del Gobierno vasco en París había sido despojada por Franco de su sede en la avenida Marceau, número 11, de París -hoy Instituto Cervantes- y por si fuera poco, Francia había cerrado Radio Euzkadi. La Delegación vasca acudió para “dar por cerrado el periodo de distanciamiento en las relaciones que produjo el despojo de la Avenida Marceau”, anotaban. El MRP sentó a Aguirre en un lugar destacado, a la derecha de Bidault que presidía el acto. De este modo “se reanudó la cordial vieja relación existente” siendo ambos partidos de la Democracia Cristiana. El primer tema que el lehendakari sacó a la palestra fue el de la actuación ambigua de Estados Unidos en aquellos momentos, “que daba lugar a confusiones”. Aguirre veía “acercamiento” de la potencia norteamericana “moral” hacia Franco. A juicio de Bidault la ayuda “no existe” o era “muy limitada” y dijo confiar en el presidente Truman.

A juicio de Bidault, 1953 iba a ser el año en que se consolidarían las fuerzas defensivas de la democracia mundial. Tras esa aseveración, cambió de tema y “preguntó con interés” por el estado del pleito sobre la propiedad de Marceau, “asunto que tituló de gran desgracia” y opinó que “este asunto solo podrá ser resuelto por medio de una negociación política en el momento en el que las circunstancias cambien en España”. A día de hoy, el PNV continúa luchando por la titularidad de aquel histórico edificio.

El triste final de Radio Euzkadi también fue tema sobre la mesa. “Algunos ministros del actual Gabinete francés de suprimir la emisora clandestina que funciona con la autorización francesa desde 1946”. Fue el subsecretario de la Presidencia Guy Petit, que era también diputado y alcalde de Biarritz, quien expresó a un vasco de Lapurdi que el Gobierno francés había acordado suprimir Radio Euzkadi. Petit deseaba llevar la situación a buenos términos ya que el pueblo vasco era “apreciado” por su conducta y él era “muy amigo de ellos”. Estimaba conveniente abrir conversaciones directamente con el presidente Aguirre.

Intervención de Aguirre

Sin embargo, el lehendakari conoció este supuesto anhelo y tras semanas sin recibir requerimientos, se dirigió a Quai d’Orsay y se entrevistó con uno de los mayores exponentes políticos de la época como fue Maurice Schuman. “Quedó totalmente asombrado porque lo desconocía ya que no había sido tratado en el Consejo de Ministros”. Sí recordaba que se había tratado las relaciones con el Estado español de forma general sin referirse a casos concretos, “ni de Radio Euzkadi ni de los vascos ni de los republicanos españoles, como añadió expresamente”. Schuman sorprendió al transmitirle que Guy Petit “se había mostrado defensor de las más cordiales relaciones con la España de Franco, y recordaba también que para hacer gala de su objetividad añadió que Petit era muy amigo de los vascos exiliados”. A juicio de Aguirre la supresión de Radio Euzkadi “era dejar en manos de los comunistas el monopolio total de las emisoras clandestinas sobre España”. Que la emisora no solo era oída y seguida por el pueblo vasco, “sino por muchos elementos esparcidos por toda España a juzgar por las noticias que recibía de Galicia, Andalucía, Madrid y Barcelona, así como otros puntos”.

El lehendakari apreciaba que el tono occidental de Radio Euzkadi y su forma de expresión moderada gustaba a la audiencia, pero “suprimiéndola acudirán a otras radios que les hablen contra Franco, que no pueden ser si no las soviéticas”. De este modo, además, las emisoras de Franco atentarían contra “ideales comunes” democráticos tanto de los vascos como de los franceses. Schuman agradeció con interés lo valorado y quedó en intervenir a través del presidente del Gobierno galo, del Ministro de Interior, y del Ministro de Negocios Extranjeros. Pero la llamada tampoco llegó. “Nada nuevo ha sucedido desde entonces ni por parte de Schuman ni de Petit”. Por si fuera poco, el último “ha sido condecorado recientemente por el Gobierno español, y a su vez ha condecorado al jefe de la frontera hispano-francesa. A juicio del PNV “estos intereses personales de Petit juegan un papel importante en todo este asunto”. Por todo ello, el lehendakari Aguirre puso la guinda al pastel y terminó su conversación con Quai d’Orsay con las siguientes palabras a Schuman: “Supongo que ustedes no confundirán como Guy Petit, el turismo y la ideología. Les tendremos al corriente de este asunto, y rogaríamos una intervención discreta del Departamento de Estado, pues entendemos que Radio Euzkadi cumple un papel excelente, a pesar de su modestia, dentro del marco de la campaña Occidental”. En los 50, las relaciones del PNV y el MRP comenzaron a debilitarse, como pormenoriza Arrieta en su trabajo. “De hecho, aunque podemos hablar de presencia nacionalista vasca en cuatro de sus congresos (1951, 1952, 1954 y 1959) y a pesar de que la prensa vasca subrayara el cordial recibimiento dispensado a las delegaciones vascas en los mismos, el nivel de seguimiento y la trascendencia concedida a estas citas decreció notablemente”.

Los contactos entre el PNV y la democracia cristiana francesa se establecieron ya en tiempos de la Segunda Guerra Mundial

En los años 50, las relaciones de los jeltzales y el MRP comenzaron a debilitarse, como pormenoriza Leyre Arrieta en su investigación