Localizado en la colina de Artagan, en el bilbaino barrio de Arabella, en la calle Zabalbide 116, el colegio El Ave María celebra este año su centenario. Fundado el 8 de septiembre de 1916 por el sacerdote valenciano Miguel Fenollera Roca, es el segundo más antiguo de los ocho centros educativos cristianos de iniciativa social que gestiona el Instituto de RR. Operarias del Divino Maestro (Avemarianas) en España, República Dominicana y Puerto Rico.

El colegio El Ave María de Bilbao celebrará durante el curso 2016-2017 diversos actos para conmemorar el centenario de su implantación en la capital vizcaina. Unas jornadas pedagógicas, una semana del deporte, obras de teatro, berbalagun, exposiciones fotográficas y de los uniformes del alumnado, reuniones de antiguos/as alumnos/as, la presentación de la nueva imagen corporativa, la nueva web del centro, el nuevo logotipo, la edición de un libro y de un vídeo de los 100 años de historia, serán algunos de los principales hitos de esta celebración.

La presencia de El Ave María en Bilbao, comenzó con la llegada del sacerdote valenciano y seis avemarianas el 26 de agosto de 1916. Miguel Fenollera fue un fiel seguidor de don Andrés Manjón, pedagogo y educador que, a finales del siglo XIX y comienzos del XX, fundó las Escuelas del Ave María en Granada.

Miguel Fenollera fue a Roma en 1906 donde se entrevistó con el cardenal Merry del Val y con el papa Pío X; allí, el cardenal español le sugirió la idea de dar continuidad a esa labor educadora de don Andrés Manjón, con la fundación de un instituto religioso que se ocupase de garantizar la permanencia del pensamiento educador de El Ave María de Granada, iniciado por Manjón.

Miguel Fenollera secundó la iniciativa que le encomendaron fundando la primera escuela de El Ave María en Benimamet -Valencia- en 1910.

Con la finalidad de instruir a las avemarianas en los mejores métodos educativos existentes en ese momento y para el mayor provecho y bien de sus escuelas, Miguel Fenollera Roca visitó Francia, Italia, Suiza, Alemania, Holanda, Bélgica e Inglaterra y profundizó en los métodos pedagógicos de Pestalozzi y Montessori. Ya en Bilbao, gracias al apoyo del industrial don Luis de Guezala -cuya hija Luisa fue una de esas primeras Religiosas Avemarianas-, en la calle Alameda de Urquijo, 49, (Indautxu) se construyó el primer colegio El Ave María en unos terrenos de la familia.

El día 8 de septiembre de 1916 tuvo lugar la apertura del colegio con la bendición de los locales y acudieron al mismo diversas autoridades de la villa de Bilbao. La repercusión de los acontecimientos fue recogida en diversos medios de comunicación locales.

Educar por caridad El 11 de septiembre se iniciaron oficialmente las clases en las escuelas de El Ave María. Con el lema de Educar al pueblo por caridad, pronto comenzaron a llenarse las aulas de alumnas y las hermanas empezaron a impartir sus primeras lecciones, conjugándolas con las actividades dominicales para la familia, las conferencias para las madres sobre psicología y educación de los hijos, las clases de costura, los juegos al aire libre y tantas actividades encaminadas a la educación integral del alumnado. Esta labor se fue desarrollando año tras año de manera oculta, callada, pero sembrando el bien en tantas niñas y familias que se acercaban a la escuela o trataban con las avemarianas.

En septiembre de 1941 se iban a celebrar las bodas de plata del colegio pero en mayo de ese mismo año falleció el padre fundador, Miguel Fenollera. Con el paso del tiempo, al morir don Luis de Guezala, en 1946 el colegio El Ave María de Bilbao se trasladó a la calle Particular de Alzola, número 9, en La Casilla, donde continuó su labor educativa.

Cinco hermanas formaron esa primera comunidad educativa y allí prolongaron su tarea educativa y pastoral. En el piso principal del nuevo edificio se acondicionaron tres clases graduadas de enseñanza primaria y, en el sótano, los párvulos.

Las escuelas de El Ave María tuvieron siempre a gala el haber impartido la enseñanza gratuitamente desde su fundación y así continuaron haciéndolo durante este periodo. Las hermanas conseguían el sustento de la obra por la aportación de fondos de numerosos amigos y bienhechores, que con sus contribuciones hacían que día a día pudieran seguir con la tarea educativa.

En esa época las hermanas fueron requeridas para colaborar en una pequeña escuela en la zona de Kobeta y realizaron allí la labor educativa y pastoral con gran abnegación y testimonio. Con el paso de los años y dado el fuerte aumento de la demanda escolar, era cada vez más difícil disponer de espacios para tanto alumnado por lo que las avemarianas pensaron en ampliar sus aulas.

En el curso 1964-1965 comenzaron doscientos alumnos y alumnas, a todas luces un número muy elevado para unas clases tan pequeñas. Ante la imposibilidad de redimensionar el colegio porque el plan urbanístico no lo permitía, comenzaron la búsqueda de una nueva ubicación. Animadas por don José Cendoqui, antiguo párroco de Begoña, se entrevistaron con las Madres Pasionistas y consiguieron el terreno para la construcción del nuevo edificio que acogiese la escuela de El Ave María.

Con la venta del solar de particular de Alzola se consiguió reunir una parte de los recursos necesarios para abordar la compra del terreno y la construcción del nuevo colegio y a pesar de las dificultades económicas a las que tuvieron que hacer frente, en el año 1966, se instaló el colegio en la actual ubicación en la calle Zabalbide 116. El arquitecto César Gironella se encargó de diseñar el edificio de Zabalbide. A su vez, la obra es asignada a don Eugenio Moliní y a don Ángel Esteban, constructor y aparejador de la empresa Urbasa respectivamente.

Mientras se terminaba la construcción del nuevo colegio en Zabalbide, las avemarianas se alojaron en el chalé Begoñes, gracias a la mediación del párroco de la basílica de Begoña. El curso 1965-66 fue el último impartido en la calle Particular de Alzola.

Educación cristiana Así, en este año 2016 se celebra también las bodas de oro del colegio en la actual dirección de Zabalbide. Durante estos 100 años de actividad, El Ave María ha mantenido su finalidad fundamental de dar la educación cristiana al servicio de las familias, formándose en sus aulas cerca de 30.000 alumnos/as.

En la actualidad, el colegio ofrece una formación integral a más de 400 alumnos/as en la Escuela Infantil, Educación Infantil, Educación Primaria y ESO con un modelo trilingüe (euskera, castellano e inglés).

La pedagogía activa, la interacción con el medio natural, la atención individualizada y la respuesta a las nuevas demandas sociales y culturales, una formación continua de las personas, un estilo de trabajo y gestión compartido y unas alianzas eficaces, son sus principales principios educativos. Desde el curso 2008-2009, este colegio bilbaino cuenta con el reconocimiento Q de Plata de Euskalit, así como el diploma de Escuela Sostenible, obtenido en el 2008 y renovado en tres ocasiones, la última en el 2016. Además, ha obtenido en dos momentos el certificado de centro de madurez TIC otorgado por el Gobierno vasco. Desde el curso 2013-2014 está implantando el aula digital con el proyecto Ikasdig, el trabajo cooperativo y el trabajo por proyectos forman parte de esta metodología innovadora.

Actos conmemorativos En este mes de septiembre hay programados distintos actos para celebrar tan entrañable evento. El día 28 de septiembre, miércoles, se realizará el acto de apertura del centenario y el día 30 de septiembre tendrán lugar unas jornadas pedagógicas para reflexionar sobre la educación y el cambio metodológico.

Durante estos días también podremos contemplar una exposición de fotos de la historia del colegio, así como una muestra de los uniformes utilizados durante estos 100 años. Solamente resta agradecer a tantas personas que han hecho posible que este proyecto educativo perdure durante 100 años en este pequeño lugar del mundo, llamado Bilbao: en primer lugar, a las Hermanas Avemarianas -las que permanecen y las que ya nos han dejado- que, con su testimonio, han hecho posible la educación de tantas generaciones bilbainas; al profesorado y personal de administración y servicios, los que actualmente continúan con dicha labor educativa y a los que ya no nos acompañan; al alumnado, ¡cómo no!, sin ellos no sería posible hacer tangible este proyecto educativo esperanzador; a las familias que depositan su confianza en el colegio como el mejor al que llevar a sus hijos para completar su formación, y no podemos olvidar a los colaboradores, cooperadores, patrocinadores y resto de amigos y amigas que con su apoyo hacen posible este proyecto compartido.

Gracias a todos y nos vemos en los actos de celebración del centenario, estáis todos invitados.