Bilbao. Ante la alarma social generada por las denuncias de robo de bebés en hospitales y clínicas, el Registro Civil de Bilbao contabiliza desde hace siete meses al menos una petición diaria para consultar legajos de aborto, por lo que suman más de 150 solicitudes de personas con sospechas de ser víctimas de la trama de bebés desaparecidos. "En junio empezó a llegar al Registro una cascada de peticiones y desde entonces todos los días hay al menos una o dos, pero si hay una noticia puntual o un programa de televisión, entonces al día siguiente vienen siete porque la gente que tiene sospechas prefiere informarse. El mayor número de peticiones de datos se registra entre los años 65 y el 75, aunque también inscribimos alguna más reciente. Pero la mayoría, cuando ve que todo está en regla se va tranquilamente", indica Sonia Garbisu Crespo, secretaria judicial.
Y es que el legajo de aborto es un documento imprescindible para proceder a la investigación sobre el robo de bebés ya que permite solicitar la apertura de las pesquisas judiciales. En estos documentos constan todos los fetos fallecidos desde los 180 días desde su concepción hasta los bebés que murieron antes de transcurrir 24 horas tras su nacimiento. En el legajo de aborto hace generalmente la declaración de defunción el padre del bebé o marido de la parturienta, luego firma el facultativo y también aparece la rúbrica de un juez y la licencia de inhumación. "Hasta el momento no hemos visto nada que pueda decir que en el Registro Civil había algo sospechoso o algo raro", especifica Alicia Sánchez Sánchez, juez del Registro Civil de Bilbao desde el año 1991.
Frente a Donostia, donde ha desaparecido abundante documentación previa a 1975, en Bilbao la clasificación del material es exhaustiva. "Tenemos legajos desde el año 37. En teoría, por ley, no hay que mantenerlos más de 50 años, del 61 para atrás podían haberse destruido, sin embargo, los conservamos, con la única excepción de 1970 que, al parecer, fueron traspapelados en una mudanza", precisa Garbisu.
Hasta que estalló el escándalo sobre casos de bebés robados, los legajos de aborto permanecían en cajas mezcladas con defunciones de distintos distritos. Sin embargo, ahora las carpetas con legajos han sido clasificadas y puestas en riguroso orden por funcionarios del Registro Civil de Bilbao. Un volumen de trabajo extra y un servicio complementario que para el ciudadano resulta absolutamente gratuito.
La juez Alicia Sánchez apostilla que "muchos padres no recuerdan que fueron ellos los declarantes y que firmaron. Son ellos mismos los que facilitaron los datos del parto y solicitaron la licencia, pero ha transcurrido tanto tiempo..." Quizá por eso también se registran peticiones de documentos absolutamente inconcretas que dan un margen de hasta de dos o tres años en la fecha de nacimiento. "Hace pocos días recibimos una petición en la que constaba el nombre de los padres pero fijaba la fecha del parto entre el 66 y el 69, por eso decidimos oficiar al cementerio de Vista Alegre. Les mandamos un fax y en 24 horas contestaron en qué fecha concreta había sido enterrada esa criatura, en qué fosa y en qué manzana", apuntala Garbisu.
"Algunos legajos no han aparecido, pero en estos casos oficiamos para que nos llegue la información desde la funeraria o a través de la historia clínica. También es verdad que algunas historias como las de la Gota de Leche o las del Ginecoyatreo han desaparecido y ahí tampoco se encuentra el legajo; a veces la funeraria contesta que no tiene entrada, pero aquí no hay constancia de irregularidad alguna", indica Garbisu.
Sorprende la cantidad de legajos de aborto que se acumulan durante las décadas 50, 60 o 70. "En 2011 hubo, en todo el año, un total de 17 o 18 abortos, pero en estas décadas que son objeto de la polémica había muchos más porque el índice de mortalidad infantil era más elevado y mucha gente daba a luz en casa", aclara la secretaria del Registro Civil.
Con nombre Otro de los cambios decisivos en la legislación es que "antes, hasta que los recién nacidos no pasaban 24 horas fuera del seno materno no se podían inscribir como nacidos, se inscribían siempre como abortos. Ahora con la reforma de la nueva ley, los abortos forman parte de un archivo y se puede poner incluso el nombre", especifica la juez.
Alicia Sánchez considera fundamental contextualizar todos estos casos sobre los que se ciernen sospechas en el momento histórico. "Hay que situarse antes de la ley del 81, donde se produce una distinción entre hijos habidos en el matrimonios e hijos fuera del matrimonio. Había hijos de madre casada y los hijos eran de otro... Lo hemos visto en cantidad de ocasiones". "Vamos a situarnos en un momento en el que era muy frecuente que al Registro llegasen casos de niños abandonados en el torno, que en ocasiones eran entregados con un papelito con el dato de si habían sido bautizados, y el juez les ponía un nombre y unos apellidos de uso corriente. Con la sentencia de 1991, prevalece el derecho del hijo a conocer sus orígenes al derecho de la madre, mientras que antes se imponía el derecho de la madre a ocultar su deshonra y no constaba su identidad", asegura la juez, afirmando que también entiende esa postura en un contexto social muy difícil en el que no había servicios de Bienestar Social ni ninguna red de acogida ni de protección, salvo La Casa de la Misericordia.
Alicia Sánchez cree improbable que existiera una trama capaz de organizar un complot de estas características a nivel nacional. "A efectos legales no sé cómo se podía hacer porque antes del 86 había que elevar escritura pública ante notario cuando una persona adoptaba un niño. Además, ¿dónde inscribes el bebé y con qué papeles?", se pregunta. "Pero si existió esa red es necesario que se esclarezca", subraya.