bakio. Bakio se ha quedado en estos días sin uno de sus "referentes", según califican las personas que mejor conocían a José Mari Arrillaga Renteria. Txetxu, como le conocían todos, era uno de los alma máter del hotel restaurante Joshe Mari del municipio costero, que heredó de su padre Joshe Mari Arrillaga. Así, por ejemplo, el portal de internet www.bakio.com navega estos días a media vela tras dar a conocer el fallecimiento de este conocido hostelero el webmaster de la página, Koldo Erauzkin. Txetxu soltó amarras hacia la eternidad el jueves día 8. El funeral por su persona se ofició el sábado y no cabía un alfiler en la parroquia. Desde el día de su despedida han sido muchas las reacciones de personas queridas en su recuerdo después de que Erauzkin tecleara: "No será fácil apagar la luz del faro que para todos nosotros fue Txetxu, un apasionante amigo que hizo bella la vida de mucha gente y que deja una huella imborrable en nuestra memoria. Nos unimos a su familia en el duelo por su pérdida". A partir de ahí, recalaron mensajes de diferentes países: en euskera, en castellano, en inglés... Todos con acuse de recibo lleno de cariño para este abertzale.

Con ese mismo aprecio, el próximo sábado su familia y amigos más cercanos se reunirán para esparcir las cenizas de Arrillaga en San Miguel de Zumetxaga, que aunque pertenece a Mungia, era un espacio muy querido por los bakioarras y donde José Mari era el encargado de cocinar una de las paellas. "Ese día, él era el protagonista, podía echar a la paellera si quería hasta piedras", bromea Erauzkin y a renglón seguido agrega que "nos deja un vacío enorme". Otro inseparable es Patxi Oregi, uña y carne. Ha perdido a "un gran amigo, una referencia". Lo mismo subraya Alfonso Atela o, incluso, el alcalde de Bakio, el jeltzale Aitor Apraiz. Continúa Oregi: "Referencia porque el Joshe Mari no era nuestra segunda casa, porque ir allí ya era estar en casa. En los pueblos pequeños, todos tenemos nuestras referencias y él y su local lo eran. Ibas ya por inercia". Atela asiente: "Todo el mundo, fuera de la ideología que fuera, iba allí. En el funeral mismo se vieron caras de todas las tendencias. El bar era un punto de encuentro, un referente, era como ir a casa, a veces a última hora y no te echaba. Estos días comentábamos: ¿y adónde vamos a ir ahora?".

promoción de bakio El alcalde de la localidad vizcaina conocía a Arrillaga como persona y por su trabajo anterior relacionado con el Turismo. "Le he conocido como profesional y le veo como un referente: tenía su propia clientela, mimaba el detalle, fomentaba las pequeñas grandes cosas que tenemos en Bakio. Era un referente en detalles y eso hace a la persona grande. Sus cafés o cubatas eran únicos, con limón verde de Bakio… Cosas que consiguen enganchar con el cliente", valoraba Aitor Apraiz ayer a DEIA.

A juicio del munícipe, José Mari y su familia en el restaurante han "mimado con gusto" la filosofía de promocionar con orgullo los espárragos, el txakoli, pimientos… de su querido Bakio. "Son amantes de lo propio y han aportado muchísimo al pueblo", apostilla agradecido.

Arrillaga como Atela y Oregi son miembros del grupo Taberna Ibiltaria, agrupación amante de las euskal-kantak que alegran de bar en bar con el cancionero histórico autóctono y no solo en Bakio: hace un mes en Dublín, en Madrid o en pasadas Euskal Jaiak de Boise, San Francisco o Nueva York. Tenían la sede no oficial (aunque perpetua) en el Joshe Mari. Comenzaron en 2000 al mismo tiempo que el restaurante hotel Joshe Mari fue inaugurado, como establecimiento que ofrece "la tradicional hospitalidad vasca" -califican- en un moderno edificio de estilo colonial. El restaurante Joshe Mari Jatetxea goza desde hace medio siglo de una distinción gastronómica basada en productos de elaboración propia y en la riqueza de las huertas cercanas. La estrella de la cocina es Gregori Renteria, madre de Txetxu.

Como persona, Arri era "positivo, chuflero, irradiaba alegría, la contagiaba, era una de esas personas que te alegraba el día", valora Apraiz. Atela le recuerda "alegre, siempre portaba una sonrisilla. De él no podría decirse nada en negativo". Para Oregi, fue "un grandísimo amigo con el que he compartido, también, estos últimos días y para más colmo él nació el 1 de abril de 1961 y yo horas después, el día 2, celebramos un cumpleaños con más de cien personas en el restaurante, fue apoteósico", recalca y lamenta despedir a este melómano, seguidor del Athletic y del surf, ya que alojó a los mejores surfers del mundo en su establecimiento.