Bilbao. Como un guión de película mala, de esas de sobremesa, de esas que acaban mal, así ha sido la vida de Laurie Bembenek, más conocida como Bambi. El The End ha llegado en un hospital de Portland, Estados Unidos, en el que Laurie Bambi Bembenek falleció el 20 de noviembre, a los 52 años, por una insuficiencia hepática.
Nacida en agosto de 1958, Laurie Bembenek fue oficial de policía en Milwaukee, aunque fue expulsada por presentar un informe falso sobre una detención. Justificó su salida del cuerpo policial como una discriminación sexista. Fue entonces cuando se convirtió en conejita de la revista Playboy y trabajó en un club nocturno.
Sin embargo, el episodio más sombrío y novelesco de su vida aún estaba por llegar. En 1981 Christine Schultz, la exmujer del entonces marido de Bembenek, fue asesinada a tiros. El arma homicida fue una pistola que pertenecía a Elfred Schultz, el oficial de policía que estuvo casado con Christine y luego con Laurie. Schultz pudo probar que estaba en un bar cuando ocurrió el asesinato y las sospechas entonces apuntaron en dirección a la conejita, que fue condenada a cadena perpetua. Bembenek siempre afirmó su inocencia a pesar de que perdió las tres apelaciones que presentó.
de película Tras cumplir la pena durante diez años, la expolicía y conejita protagonizó una fuga que llamó la atención de los medios de comunicación y de la opinión pública. Escapó por la ventana de la lavandería de la cárcel de Taycheedah, tomó un vuelo a Canadá y se convirtió en un personaje de culto. Se hicieron camisetas que decían Run, Bambi, run (Corre, Bambi, corre), para celebrar su fuga. Finalmente, fue capturada y se alcanzó un acuerdo judicial tras encontrarse errores en la investigación. El juez rebajó la condena al comprobarse que fue un crimen no premeditado. Tras cumplir una pena de diez años salió en libertad condicional.
Su celebridad se vio incrementada cuando, en 1993, Tatum O"Neal protagonizó una película sobre toda la historia de su vida, esa que se apagó en un hospital de Portland hace apenas diez días.