El presidente francés, Emmanuel Macron, afirmó hoy que la las manifestaciones callejeras de protesta contra su reforma de las pensiones "no tienen legitimidad frente al pueblo que se expresa a través de sus diputados".

En un encuentro en el Elíseo con diputados de su partido, Renacimiento, Macron aseguró que no renunciará a la reforma de las pensiones que acaba de ser aprobada por el Parlamento, como le pide la oposición y los principales sindicatos del país, que mantienen los llamamientos a la huelga y a la manifestación.

"La revuelta no puede imponerse a los representantes del pueblo", dijo Macron, según algunos asistentes, a pocos metros de una nueva manifestación espontánea que acabó con enfrentamientos con las fuerzas del orden, una constante que se viene repitiendo en el país desde el pasado día 16.

Ese día, el Gobierno francés decidió la aprobación de la reforma sin voto, lo que le enfrentó a dos mociones de censura que superó ayer, lunes, por apenas nueve votos, un estrecho margen que dio alas a la oposición y a los sindicatos.

El presidente francés, que tiene previsto responder mañana, miércoles, a una entrevista en las dos principales televisiones del país, aseguró que el pequeño margen con que se aprobó la ley no le resta legitimidad, lo mismo que el procedimiento elegido, que está recogido en la Constitución.

Macron aseguró "escuchar el enfado" de los franceses tras la adopción de una reforma que retrasa dos años, hasta los 64, la edad mínima de jubilación y pidió a sus parlamentarios que expliquen la medida y reciban a los ciudadanos.

El presidente aseguró que han hecho todo lo posible para sumar más apoyos parlamentarios a su reforma y, por tanto, pidió pasar página.

Afirmó que ha pedido al Ejecutivo que se centre a partir de ahora en tres grandes frentes, la sanidad, la educación y la ecología.