Iñigo Martínez recibió una sonora pitada el pasado domingo en su primera visita a San Mamés tras dejar el Athletic el pasado verano. El central del Barcelona, que no está teniendo en la ciudad condal el protagonismo que esperaba, cambió Bilbao por el conjunto culé con la carta de libertad debajo del brazo en busca de una nueva etapa en un club que pelea por títulos. Una apuesta que puede tener fecha de caducidad antes de lo previsto.

Según ha informado RAC1, la entidad presidida por Joan Laporta estaría estudiando la posibilidad de poner en el mercado al ondarrutarra a partir de junio ante los problemas económicos que atraviesa. El contrato del central expira en 2025, por lo que este verano puede ser la única oportunidad del club catalán para sacar un beneficio económico por su traspaso. Parece que el Barcelona, asfixiado por los límites salariales que le marca LaLiga, tendría que considerar al jugador como si se tratase de un fichaje nuevo al haber sido inscrito este curso de manera excepcional.

Un escenario, no obstante, que parece poco probable porque el Barcelona tendría que abonar una importante cantidad económica al jugador en caso de buscar su venta al contar con otro año de contrato. Puede que sea un rumor más de lo que salen cada día desde la directiva de Laporta.

Lesiones y competencia

En su primera temporada en can Barça, el de Ondarroa, que disputó 177 partidos oficiales con el Athletic, no está encontrando la regularidad deseada por culpa de las lesiones y de una competencia que volvió a mandarle al banquillo en su esperado regreso a San Mamés.

La irrupción del joven Cubarsí, un producto de La Masía del gusto de Xavi Hernández, y un par de percances físicos han mermado al central vizcaino, que sumó en ‘La Catedral’ su duodécimo partido de liga como blaugrana, en los que ha visto tres tarjetas amarillas sin poder estrenarse como goleador.