“Muy elegante camina / esta señora ladina / Mas solo dolor transpira / y es su nombre: La Mentira...”. Que una reducida cuota de casta política e informativa vive del vilipendio y argumentos indemostrables, es innegable…

Miguel Bernad, secretario general de Manos Limpias, que ha denunciado a la esposa del presidente Sánchez de no sé qué cuentos, dignos de nuestro Saturnino Calleja, ha admitido que su denuncia se basó en recortes falsos, publicados por algunos diarios. “Será ahora el juez quien comprobará dichas informaciones”.

Hombre, don Miguel, ya puestos, podría recordar a la audiencia de su circo la íntima amistad que unía al actual líder del PP con un tal Marcial Dorado, de profesión narcotraficante, y de cuyo flirteo existen fotos y literatura para alicatar todos los baños de Génova.

O despejar las incógnitas de la hiriente, desbocada y amnésica Isabel Natividad, dado que la Fiscalía denuncia a su pareja defraudadora, Alberto González a Hacienda y, mientras ella niega torpemente, su amado admite… Por no mencionar un estudio sobre que las decisiones políticas tomadas en marzo de 2020 fueron determinantes en el fallecimiento de al menos 7.291 residentes, “por denegación del deber de socorro”. Y, aunque sea por una vez, don Miguel, diría usted algo verificable.