DESPRECIABLE tirano sin alma: Yo fui un ingenuo adolescente que llevaba en la carpeta la bandera roja y negra del Frente Sandinista de Liberación Nacional, que canturreaba los temas de aquel disco panfletario de Carlos Mejía Godoy y que, a la postre, celebró con fervor la victoria electoral de 1985 tras el derrocamiento del somocismo y una larga guerra civil. Quién nos iba a decir que el líder de aquel movimiento romántico acabaría cometiendo atrocidades peores que las que acreditó el régimen que derribó. Es usted un criminal sin matices y un psicópata insaciable, bien es verdad que consentido y hasta justificado por los campeones mundiales de denunciar vulneraciones de los Derechos Humanos. Se dicen progresistas, qué asco.