ESTIMADA ministra y querida exprofesora: Le escribo, sobre todo, en la condición de antiguo pupilo, después de haber leído que acaba de disponer que los alumnos con hasta tres asignaturas pendientes podrán presentarse a selectividad. Quizá usted no se acuerde, pero yo sí. En segundo de BUP me catearon injustamente Matemáticas. Cabezón ya por entonces, decidí no presentarme a ninguna recuperación. Así que al llegar a las puertas de selectividad, me encontré con que no podía presentarme. Prácticamente todos los profesores abogaron por aprobarme la asignatura en atención al resto de mi currículo. Usted, que era mi tutora y tenía la última palabra, se negó en redondo. Era inadmisible, dijo. 36 años después, piensa otra cosa. Me alegro.