Tamara Falcó, la ganadora de la cuarta edición de MasterChef celebrity, lo tuvo todo en su noche de gloria. A su madre, Isabel Preysler, al novio de ésta, el Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, a su hermana Sandra y el beso en la boca que le dio a Jordi Cruz. El menú televisivo tuvo ingredientes de sobra para que brillara más allá de lo que suele ocurrir en otra ediciones.

La hija del marqués de Griñón e Isabel Preysler, que ahora se presenta como diseñadora de moda, elaboró un increíble menú que roza la alta cocina: ensalada de gelatina de tomate con mango y flores, un pichón a baja temperatura con trufa, aire de cacao y multiesférico de maíz, y una reinterpretación de la tarta de melocotón de su abuela. Increíble, ¿verdad? También se le vio despiezando un pollo sin cortarse una mano y cocinando platos que no están al alcance de muchos cocineros.

No es que la mayoría de los espectadores tengamos poca fe en sus habilidades culinarias, es que su propia familia estaba con la boca abierta y quizá buscando dónde estaba la auténtica Tamara.

Destino Donostia El premio que se llevó Tamará Falcó es un trofeo y un curso de cocina creativa en el Basque Culinary Center. Además, de los 75.000 euros del premio solidario que donó a la Asociación Mensajeros de la Paz. Este fue entregado ayer en el programa que presenta Máximo Huerta en La 1, A partir de hoy.

Así que lo más seguro es que se la pueda ver por Donostia o cualquier punto de Euskadi cuando acuda a las clases de cocina creativa. En fin, que por el menú que preparó en la final parece que la estancia en los fogones de La 1 le cundió mucho. Su presencia en el talent gastronómico dio también para divertidas anécdotas y rumores que las redes aprovecharon al máximo. La hija de Isabel Preysler sabe manejar muy bien a los medios. Ahora va de diseñadora de moda, pero seguro que después de ganar esta edición de MasterChef celebrity y pasar por las aulas del Basque Culinary se denominará experta cocinera y se convertirá en chef con aspiraciones Michelin.

Flirteo con Jordi Cruz Tamara Falcó no se cortó un pelo en echarle los tejos al chef y miembro del jurado. Gala a gala se puso de manifiesto la buena química entre los dos. En cierta ocasión y después de elaborar un helado, el cocinero catalán le lanzó un directo: “Tamara, después del mal rato que me has hecho pasar, algo me tendrás que dar para que te eche una mano. Esta es tu última oportunidad para convencerme con algo que a mí me merezca la pena”.

Por detrás, la presión de sus compañeros que jalearon la propuesta de Cruz gritando entusiasmados: “¡Dale un beso! ¡Sedúcele, dale un beso!”. Dicho y hecho, se acercó y le dio un beso en la mejilla. “A ver, que no me he enterado”, bromeó él pidiendo un segundo beso al que Tamara Falcó accedió, algo que el juez aprovechó para girar la cara y provocar que casi le besara en los labios. El miércoles, Tamara Falcó dejó a todo el mundo boquiabierto, Preysler y su novio Nobel incluidos. Al dar el nombre de la ganadora, se puso a saltar y fue abrazando a todos los que estaban alrededor, pero cuando llegó Jordi Cruz con el maletín que contenía los 75.000 del premio solidario, ella se lanzó y le dio un sonoro beso en la boca. Ante las caras de asombro, ella tuvo tiempo para reaccionar y decir: “La verdad es que nunca había sido yo quien había besado a un chico primero y, bueno, otro check de MasterChef”.

Los rumores fueron tan insistentes durante las semanas anteriores que el propio Jordi Cruz se vio en la necesidad de aclarar que tiene pareja. Las redes explotaron después de este beso de la hija más mediática de Isabel Preysler. Esperaremos a ver qué cuenta en la entrevista que seguro que ya tiene pactada con la biblia del corazón.

Pasando de la cocina Tamara Falcó nunca tuvo grandes inquietudes por la cocina, porque no tenía necesidad de cocinar. Pero cuando se puso frente a los fogones de MasterChef celebrity 4 descubrió todo su potencial y estuvo dispuesta a sacarle todo el partido posible. “No me puedo creer que sea la ganadora. Soy tan feliz ahora mismo. No sabes lo agradecida que estoy al programa”, afirmó una entusiasmada Falcó que, minutos antes, había medido sus fuerzas con el actor Félix Gómez.

Su familia dice que notaron su evolución semana tras semana: “Cuando llega a casa, nos dice a Mario y a mí: Os tengo que dejar porque tengo que estudiar todos mis apuntes. Para mí, está irreconocible”, destacó su madre, Isabel Preysler, antes de comenzar el duelo final. “Durante estos tres meses, Tamara estuvo centrada, día y noche, en la cocina. Nos ha dejado a Isabel y a mí totalmente sorprendidos, porque ella suele ser más voluble, pero esto se lo ha tomado con gran seriedad. Me dejó con la boca abierta con varios platos”, reconoció Mario Vargas Llosa. Los jueces del programa también estuvieron de acuerdo con la calidad, la estética y la creatividad del menú que preparó en la final. Jordi Cruz fue quien hizo la calificación más personal sobre la ensalada de gelatina: “Lograr que la gelatina tenga esa textura tan delicada no es sencillo. Parece que es la nada, pero yo en este plato veo un todo y te veo a ti, que es lo importante”, le dijo.

Jordi Cruz aprovechó para reconocer que Tamara Falcó le había dado “una pequeña lección”, ya que, por sus “prejuicios”, pensaba que no daría “un palo al agua” y no se tomaría en serio la competición. “En cuanto te he visto cocinar pensaba que no llegarías, pero ibas tan tranquila porque llevabas un plan perfectamente calculado”, reconoció el chef.

Y después de Tamara Falcó quedan los datos de audiencia. La final del miércoles alcanzó el máximo de la temporada y fue líder del día con 2.774.000 espectadores y un 25,8% de cuota de pantalla. Cada entrega tuvo una media de audiencia en diferido de 438.000 espectadores, lo que sube la media de la temporada hasta los 2.817.000 seguidores y un 23,7%.