LA joven artista de Portugalete Uxue Castrillo no sale nunca de casa sin su bloc de dibujo en el bolso. Su forma de expresión es garabatear en folios blancos y con una facilidad abrumadora cada sensación que le ofrecen los lugares que visita en sus viajes; los paisajes que llegan a su retina, los rostros con los que se encuentra en el camino o los actos a los que asiste. “Me siento a gusto haciéndolo. Hay gente que va con su cámara, yo, en cambio, lo dibujo todo”, afirma. Uxue Castrillo lleva el arte en sus venas. Todo lo que se propone, cueste lo que cueste lo consigue a base de insistencia y de trabajo. Desde muy pequeña tuvo claro que a ella lo que le gustaba era crear, daba igual qué... Todo lo que ve en su mente necesita darle forma, hacerlo realidad. “Esa es mi forma de expresarme. Lo suelo ver claro al final. He creado cosas que he soñado. No sé ni cómo lo hago”, lanza. Confiesa ser cabezona, exigente y le gusta trabajar sola porque “no sé cómo explicar lo que tengo en mi cabeza”. Acaba de terminar la carrera de Bellas Artes y su nota en el trabajo fin de carrera ha sido de Matrícula. “Me gusta mucho lo que hago, me apasiona...”.
Entre sus obras se pueden encontrar desde cuadros, ilustraciones, grabados, objetos cera?micos, disen?o de moda, caracterizacio?n, disen?o de producto, de bisuteri?a, murales (paredes pintadas), paralelamente, es profesora de danza. “Mi cabeza no para. Acabo agotada”, confiesa.
Para crear su gran trabajo fin de carrera, Uxue ha dedicado años y ha invertido todo el verano para darle forma. “Empecé este proyecto en tercero de carrera en la asignatura Ambiente espacio urbano; la profesora nos dijo que teníamos que elegir un espacio y a mí se me ocurrió el parque de los monos de Portugalete. Pero todo surgió en un viaje de metro. Saqué mi bloc y dibujé un mono y visualicé la obra que quería”, explica.
A partir de ahí, tal y como relata Uxue, su vida “se lió bastante” porque la estructura con forma de mono que ha construido con sus manos bien podría ser una verdadera obra de ingeniería hecha con mucho detalle. “No tengo ni idea de ingeniería. Sé lo que quiero hacer y cómo lo quiero. A partir de ahí pongo en marcha y aplico todas las herramientas posibles para construir el proyecto al que quiero dar forma”, asegura la joven artista. Lo cierto es que el verano lo dedicó en cuerpo y en alma a construir la cara del mono. Pero el proceso fue laborioso. Buscó la imagen en la que quería basar su obra en distintos zoológicos. Además, su profesora le sugirió que se lo presentara al Ayuntamiento de Portugalete y obtuvo el apoyo de la institución. “Tomé las medidas del parque para dar con la mejor ubicación”. A principios del año que viene se instalará la obra en el parque de los monos de dicha localidad. “Me ha supuesto mucho trabajo, pero ha merecido la pena. Al principio iba a ser de 14 metros, pero finalmente, ha quedado en tres”. Uxue en este proyecto ha trabajado la escultura efímera con la idea de poder montar y desmontar la obra para poder trasladarla. “En verano he estado yendo todos los días hasta la noche a la lonja que me han dejado para trabajar. Mis amigas me decían: Estamos del mono hasta...”, ríe.
Pero Uxue tenía claro su objetivo y entregó su ambicioso proyecto de fin de carrera en septiembre. “Estoy orgullosa con el resultado. Tengo a todo el mundo de mi parte. Lo he conseguido gracias no solo a mi empeño sino al apoyo que me han prestado en la universidad, mis padres, amigos...”, confiesa. Pero Uxue quiere más. No se conforma solo con haber construido milimétricamente, con barras de madera y piezas asimétricas de papel, una cabeza de mono. Su intención es darle continuidad realizando la parte interior y dotándolo de cuerdas. “Lo que quiero es que la gente se sienta dentro como un mono”, concluye.