EL suave tacto de la seda sedujo hace unos años a Yolanda Sánchez; tanto le cautivó que decidió marcarse como reto pintar diferentes piezas y crear su propia marca a la que bautizó como Sedaencolor. El camino recorrido no ha sido fácil, sobretodo porque todavía a lo artesanal, según cuenta la artesana “no se le da el valor que tiene”. Yolanda dedica horas y horas a las piezas que pinta e intenta, en cada una de ellas dejar su impronta y esencia. Crea auténticas joyas. Hasta el punto que, tal y como explica Yolanda en su página web, cuando vende sus productos en una feria y se le acerca la gente, se detienen sorprendidos delante del estand: miran una vez y vuelven a mirar. “Tienes cosas muy bonitas me dicen, y luego me preguntan: ¿Qué parte es la que pintas? Yo me río y les contesto: Todo. Entonces con un gesto de asombro repiten: ¿Todo? A lo que respondo entre risas: Sí, todo, todo. La seda con la que trabajo está en blanco?”.

La seda es un lienzo en blanco en el que Yolanda recrea diferentes cuadros y les da formas. La artista llegó por casualidad a este mundo en el que fusiona con exquisita sutileza arte y moda. Después de trabajar durante más de quince años como conservadora y restauradora de patrimonio histórico en diferentes museos nacionales e internacionales, el destino quiso que Yolanda desarrollase su creatividad: “Siempre me ha gustado pintar, pero nunca pensé que terminaría dedicándome a esto profesionalmente”, contó. Fue una amiga la que le introdujo en este mundo de la pintura en seda. “No sabía ni que existía esas técnicas. Ella me dijo que había esa posibilidad, me encantó la idea. Me invitó una tarde a tomar un té y vi lo que hacía”. Tanto le sorprendió que Yolanda decidió realizar el curso en Madrid para aprender las técnicas. El proceso fue lento y, según explica Sánchez, se fue poco a poco introduciendo en este mundo e intentando mejorar las técnicas. “Nunca me había dedicado a esto, pero a medida que pasaba el tiempo iba creando cosas más profesionales, más especiales...”, aseguró la bilbaina. Y lo que empezó por casualidad se convirtió en Sedaencolor, una marca en la que Yolanda utiliza distintos tipos de sedas, tales como el crepe de chine, crepe satín, satín, ponge, bourrete, terciopelo... con diferentes gramajes.

La artista realiza todos los procesos, desde los diseños, tinción, decoración del textil y confección de la prenda. “Todo es de creación propia. Hago desde la creación de la prenda hasta el dibujo en la seda”, explicó. Junto con la seda Yolanda también utiliza la lana para sus creaciones. “La lana llegó más tarde. Me gusta por su calidez y porque en invierno encaja muy bien. Además, la lana y la seda se pueden combinar perfectamente”, aseguró.

La artista considera que para dar forma a piezas de este nivel no se necesita un talento especial, sino que a uno le guste lo que hace y dedicarle horas de trabajo. La pieza más sencilla puede llevarle a Yolanda cuatro horas de trabajo. “Solo en la preparación de las pinturas y del material me puedo tirar una hora. Cuando la gente me dice que ha visto otro pañuelo más barato siempre les digo: sí, pero como este no porque es único, creado a mano durante horas y horas... Eso se debe aprender a valorar”, concluyó.