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Pintxo pote ‘txino’

Gambas, bolsitas con verduritas, empanadillas, rollitos de primavera, pollo frito... Los manjares asiáticos conquistan los paladares de los sopeloztarras dos jueves al mes

Pintxo pote ‘txino’Borja López

EN la entrada del bar Denver de Sopela se puede leer en una pizarra la siguiente frase: hoy, pintxo pote txino. Detrás de esta idea están Jing y Jianke Liu, una pareja china que lleva al frente del local hostelero desde hace poco y que se han ganado el cariño y el aprecio de los sopeloztarras.

Dos jueves al mes organizan un poteo en la que ofrecen pintxos con ingredientes y elaboración auténtica china. Jing -amante de la cocina- es la artífice de esos pequeños manjares de la gastronomía asiática a los que le dedica horas y horas de elaboración y con los que ha logrado cautivar el paladar de los habitantes de Sopela. “Están riquísimos. Sabrosísimos. No me los pierdo”, confiesa Zuriñe, mientras degusta una corteza de color blanco.

No es la única que se apunta a este pintxo pote especial. Gambas, empanadillas, tiras de pollo, rollitos de primavera, bolsitas rellenas de verduras... Todo elaborado con mimo y a mano por Jing, en la cocina del Denver. Difícil resistirse a los sabores chinos. “Estoy contenta porque sé que a la gente le gusta. Merece la pena el esfuerzo aunque la elaboración es un trabajo de chinos”, dice irónicamente la cocinera.

Arturo, Blanca, Maite, Merche e Itzi acudieron al pintxo pote txino el pasado jueves. “Nos encantan. Están muy elaborados y ellos son majísimos”, añade Merche.

Jing y Jianke Liu aterrizaron en Euskadi hace dieciséis años. Primero vivieron en Barakaldo y fue hace un lustro cuando llegaron a la localidad costera, según confiesa la pareja, lugar en el que han encontrado su verdadero hogar. De hecho, Nahia y Jon, sus dos hijos, hablan perfectamente euskera, tienen su cuadrilla de amigos en el municipio costero con los que comparten los juegos. “Nos encanta vivir aquí. Somos felices”, dice Liu.

Jamás imaginaron que terminarían al frente de un negocio hostelero, pero el destino les tenía reservada una sorpresa. Juantxo, conocido palista del municipio, traspasaba el negocio y decidió ofrecérselo a Liu quien por entonces llevaba la tienda pegada al Denver. Pero eso sí, el veterano deportista le puso una condición: mantener a los trabajadores que tenía. “Ni me lo pensé”, confiesa Liu.

Desde entonces todo ha sido un proceso de aprendizaje y de dedicación en cuerpo y alma para seguir adelante con el negocio. En ese proceso y con el objetivo de aportar algo diferente decidieron aprovechar los conocimientos que Jing tiene en la cocina para preparar dos jueves al mes un pintxo pote con manjares chinos. Una idea con la que han conseguido atrapar los paladares de sus fieles clientes que no faltan a su cita. “No me digas que son chinos normales. Son euskaltxinos”, dice Blanca. Y añade: “Liu y su familia se han ganado al pueblo con su amabilidad”.

Hoy jueves, en plenas fiestas de Sopela, Jing se meterá en la cocina, pero para elaborar pintxos clásicos que también, según afirman los clientes, están muy sabrosos. “La tortilla de patata con jamón y queso está exquisita”, afirman quienes hacen parada a las seis de la mañana en el Denver. A esa hora no hay ganas de risas. “Ya sé lo que quiere cada uno. No hablamos, solo nos miramos”, cuenta Liu.