Síguenos en redes sociales:

“No es que quiera dejar a Antonio Alcántara, es que no quiero estar toda la vida en el mismo sitio”

Imanol Arias estrena en Bilbao, en el Teatro Campos, ‘La vida a palos’, una obra que supone la vuelta del actor al escenario después de 24 años sin actividad teatral

“No es que quiera dejar a Antonio Alcántara, es que no quiero estar toda la vida en el mismo sitio”

bilbao - Imanol Arias tiene por delante unos meses intensos de trabajo en teatro y televisión, dos series: Velvet Colección y Cuéntame cómo pasó. Pero lo más inmediato es la obra de teatro que desde el día 28 al 1 de julio pondrá en escena en Bilbao. A lo largo de esta entrevista, Arias nos habla de cómo es su relación con Euskadi y de ese zasca que le dio a Plablo Motos en El hormiguero cuando defendió el Concierto Económico Vasco.

24 años sin pisar el escenario. ¿Dejó usted el teatro o fue el teatro el que le dejó a usted?

-El teatro no se deja, te alejas, pero no lo dejas; es como la familia, puedes alejarte por unas circunstancias, pero siempre está ahí. En mi segunda etapa televisiva tuve que alejarme del teatro, nunca tenía tiempo, hubo posibilidades, pero la longitud de las temporadas de Cuéntame, las renovaciones continuas de la serie lo puso imposible. Si te abandona el teatro no vuelves, es mejor tenerlo cerca.

‘La vida a palos’, ¿qué significado tiene para Imanol Arias esta obra?

-Es un regalo de un autor, de Pedro Atienza, un poeta maravilloso, letrista de cantaores de flamenco, guionista de algunos programas culturales en televisión. La vida a palos es un compendio de todos sus escritos de prosa.

Espectáculo flamenco hecho teatro, parece original.

-Yo creo que sí. Se ha hecho metateatro. Es la pérdida de la familia, la recuperación de un hijo. Es el encuentro de un cantaor que le dice a ese hijo: Tu padre querría que te encontraras con él aunque esté muerto. Te dejó un legado para que sepas qué raíces tienes y de dónde vienes y cerrar el ciclo de abandono.

¿Un viaje?

-Sí. Un viaje que empieza en Alcalá y continúa por Las Negras en Almería, en Sevilla, en Tánger? Quisiera creer que es la primera pieza de flamenco hecha teatro. Hay un cantaor, hay un chelista gitano checoslovaco, mezcla el chelo con el flamenco.

¿Podría ser un recital?

-No. Es una pieza que tiene elementos del flamenco. Me gusta pensar que es la primera vez que se consigue armar un texto que hable de flamenco y de sus cosas.

Si nos damos una vuelta por la televisión, le vemos en dos cadenas y con dos personajes muy diferentes. Nada que ver Godo en ‘Velvet Colección’ con Alcántara en ‘Cuéntame’.

-Hacer estos dos personajes ha sido una estupenda posibilidad; cuando llevas mucho tiempo haciendo un personaje es una maravilla poder depositar toda tu experiencia en otro personaje y en otra serie que esté bien hecha. Para mí es un regalo la posibilidad de hacer las dos series y en medio de las dos, he ensayado esta obra de teatro.

¿Cómo se las ha arreglado?

-Esto tiene mucho de flamenco, me refiero a los ensayos, han sido nocturnos y a deshoras, le he robado muchas horas al sueño.

En algún momento ha dicho que no quiere ser Antonio Alcántara hasta la eternidad. ¿Quieren que le maten los guionistas?

-Ja, ja, ja? Tampoco es eso. Si Cuéntame sigue contando historias e interesando a la gente, yo empezaré a rebajar mi presencia. No es solo por el tiempo que llevo en la serie, es también por edad y porque las tramas de los más jóvenes irán tomando el relevo de los más mayores.

¿Preparado para marchar?

-Debes estarlo, de cualquier lugar. Creo que o bien me dejarán más tiempo para hacer otras cosas bajando mi presencia en la serie o pueden decidir que Antonio Alcántara, por edad o por lo malito que esté, desaparezca.

Que le matan, vamos.

-No, no? No hay nada escrito sobre eso, nadie ha dicho que Antonio Alcántara vaya a morir, no la liemos. Mi compromiso es acompañar a Antonio hasta el final?

¿Ve un final cercano?

-Parece que no tanto. En cualquier caso depende de la audiencia. También es cierto que la casa, RTVE tiene sus propias vicisitudes, es una televisión que ahora tendrá que sufrir una transformación con nuevos responsables. Contestando a tu pregunta, no es tanto el deseo de dejarlo como que no quiero quedarme toda la vida en el mismo sitio.

Quizá tenga ese sentimiento porque la televisión ha cambiado mucho.

-Las plataformas nos enseñan productos televisivos en los que manda la imagen, el guion no está tan presente, se ve más y se habla menos. Esa revolución la va a tener que adoptar también Cuéntame para seguir funcionando.

¿Cuánta vida cree que le queda a su otro personaje, Godo?

-Creo que con mi personaje han hecho un malo, pero no un malo que tenga que morir pronto.

¿Ha notado mucha diferencia entre trabajar para una plataforma como es Movistar+ o una televisión generalista?

-Los guiones son más cortos. Insisto, se habla menos y se ve más, los decorados tienen una gran importancia, prima la imagen. El rodaje es diferente, no es parecido al cine como puede ser en otras series generalistas, se rueda como el cine, con lentes de cine, plano a plano? Además, como Velvet es una historia de amor y de moda, hay un trabajo de vestuario, un trabajo estético increíble. Me siento muy cómodo y desde mi humilde experiencia puedo aportar todo mi conocimiento del trabajo que he hecho en cine.

Estamos en tiempos en los que la experiencia no es lo más valorado.

-No es el caso, me siento querido y respetado en Velvet Colección porque hay toda una experiencia detrás. Velvet ha tenido una valoración internacional impresionante, es como la superación de la telenovela, es el máximo nivel de una historia familiar y romántica que se puede ver a través de Netflix. Se ha convertido en un éxito en Estados Unidos y en países de América Latina.

Ha querido hacer el estreno de su regreso en Bilbao, pero ¿cómo es su relación con Euskadi?

-Intensa. Voy mucho, mi amatxu vive en Ermua, tengo una hermana que vive en Eibar con una sobrina; mi otra sobrina, mi ahijada, está en Deba. Voy mucho a Euskadi, pero no solo por ver a la familia, me encuentro cada vez más a gusto. El País Vasco está entrando en una etapa maravillosa, por lo menos para mí. Me encanta salir con mi madre a pasear, me encanta hablar con ella y me vuelve loco que me cocine esos maravillosos platos que ella sabe hacer.

Nos dejó sorprendidos con el zasca que le metió a Pablo Motos en ‘El hormiguero’ con el tema del Concierto Económico Vasco.

-Ja, ja, ja? Pablo (Motos) no estaba realmente en contra?

¡Quién lo diría!

-Él se hacía eco de lo que decían otros. Creo que él hizo un poco de portavoz, somos muy buenos amigos. Tengo que decirte que yo no esperaba esa pregunta, no estaba preparado y me permitió manifestarme con todo mi sentimiento.

¿Cómo son sus sentimientos en ese sentido?

-Creo que para convivir hay que reconocer las diferencias, es una cuestión de respeto, pero sobre todo hay que reconocer los derechos. No se puede pretender tener un Estado plurinacional y desde el centro poner en cuestión de una manera torticera el tema del Concierto Económico. Se hace sin información, sin entender, sin saber de qué se está hablando, y eso lo único que hace es dividir y calentar a la gente, nos enfrenta. No tienen derecho a hacer eso. Y yo que me siento muy orgulloso del Concierto y muy orgulloso del Gobierno vasco en todos los sentidos y con las pegas que se le puede poner, tenía que decir mi opinión, es un tema muy serio para que no se cuente bien.