C ON el difícil reto de adaptar y llevar a pantalla la exitosa novela homónima del autor y antropólogo catalán Albert Sánchez Piñol, el largometraje La piel fría, dirigido por Xavier Gens, afronta su estreno en salas comerciales, tras su paso por le Festival de Cine de Sitges, donde el filme dirigido se proyectó en competición oficial, pero fuera de concurso.
La historia, ambientada en 1914, acerca al espectador a una isla perdida en medio del océano, donde llega un oficial atmosférico decepcionado con la vida, con la tarea de retomar el trabajo del anterior técnico, y el objetivo de encontrarse a sí mismo. En la isla solo vive un farero rudo llamado Gruner, que no lo quiere en su isla y que le advierte de la presencia de unos monstruos que surgen del mar cada noche para matarlo. Sometidos a la extrema tensión, sin entender las razones del ataque, los protagonistas tendrán que replantearse cómo enfrentarse a lo desconocido. Una convivencia complicada por el hecho de que, además, Gruner mantiene en su faro a una de esos seres a la que usa como esclava, también sexual.
El director francés desvela que, antes de afrontarse a la adaptación de la novela, se reunió con Sánchez Piñol y, finalmente, optó por seguir la misma estructura del libro.
De hecho, Gens ha confesado en algunas ocasiones que es un fanático del cine fantástico. Ya había leído este libro hace ocho años y desde entonces supo que quería llevar esta aventura a la gran pantalla, por lo que cuando los productores le propusieron hacerse cargo del proyecto, no lo dudo un instante. Ahora, tras cinco años de trabajo intenso, ve la luz un largometraje del que el director se siente muy orgulloso. “Hablamos de Darwin -apunta Xavier Gens, acerca de su encuentro con el escritor catalán-. De hecho creo que él querría ser Darwin, y me di cuenta de que esta historia es su propia teoría de la evolución”.
Se trata de explorar la hipótesis de qué habría pasado si la especie humana fuese una evolución de los anfibios y no de los primates. Por ello para el cineasta francés se tornaba clave “la humanización de estas criaturas”. Y la caracterización de esta especie ha contado con interpretación española.
una aura garrido ‘anfibia’ La actriz Aura Garrido -La niebla y la doncella (2017), La reconquista (2016) o El Ministerio del Tiempo (2015 -presente)- lleva a cabo la complicada tarea de dar vida a la criatura marina, medio humana y medio anfibia, lo que ha sido el desafío “más grande mi vida”, según define la propia intérprete en una entrevista. Garrido afirma que “ha sido lo más difícil que he hecho nunca, no solo porque ha sido diferente a todo lo anterior, sino porque era un trabajo completamente físico; no podía usar ninguna de las herramientas normales, ni la voz ni la mirada”.
Para abordar la interpretación de la criatura anfibia, la actriz apuntó que “solo contaba con el cuerpo y los movimientos como vía de expresión, ha sido mi primer trabajo con máscara”. La caracterización implicaba también un trabajo diario de ocho horas de maquillaje, para convertirse en la sensible criatura de piel fría.
El filme está rodado en inglés y los paisajes volcánicos de Lanzarote e Islandia sirvieron de escenario. Además, según desvela el director, una de las principales diferencias respecto a la novela es que si bien el libro profundiza “en los aspectos más crudos”, Gens en la película ha tenido un leitmotiv: “Amor, amor, amor”. En ese sentido, el cineasta francés apunta que “toda la película se basa en la incapacidad de amar de Gruner, uno de los protagonistas, porque teme al prójimo”.
Pero además, Gens recoge en La piel fría una reflexión sobre asuntos delicados como “la aceptación del diferente, la violencia, los abusos con los débiles, o cómo adaptarse a lo desconocido”. Las extrañas criaturas mostrarán al espectador cómo convivir con ellas, pero en pantalla.