bilbao - “Esta temporada hemos conseguido entrar en lugares más complicados todavía”, comenta satisfecha Alejandra Andrade, que desde hoy se pone al frente de la segunda temporada de Fuera de cobertura en Cuatro, un espacio de reportajes que tiene dos pretensiones: informar y denunciar situaciones que sitúan al ser humano al límite.

‘Fuera de cobertura’, segunda temporada. ¿Cómo es?

-Seguimos con reportajes similares a los del año pasado, los temas que presentamos son denuncias aunque hemos abierto un poco la mano para hacer algún reportaje un poco diferente. Igual que lo que he hecho hasta ahora, son situaciones límite o lugares de difícil acceso.

Inicia la nueva tanda de reportajes en una cárcel de Perú.

-Sí. Yo he hecho muchos reportajes de cárceles y puedo decir que la historia que vamos a contar es muy dura. Todo el mundo sabe que en las prisiones de América Latina hay muchos problemas: violencia, hacinamiento, insalubridad... Pero en Perú han muerto nueve presos españoles.

¿Cómo enfoca estas muertes?

-Surge de una madre coraje, Juana. Un día recibe una llamada de la embajada española en Lima diciendo que su hijo ha muerto en condiciones extrañas en la cárcel Sarita Colonia, una de las más duras de América Latina. Le comentan que está enterrado en una fosa común y le dan las indicaciones para llegar. La madre decidió ir a Perú y nosotros le acompañamos.

¿En qué otros lugares han puesto las cámaras?

-Japón, Perú, Estados Unidos, Francia, Colombia, Emiratos Árabes y España son algunos territorios que hemos visitado. Yo estoy encantada con esta temporada y no solo yo porque Fuera de cobertura es el trabajo de más personas, este equipo ha llegado a lugares donde la realidad, como siempre, supera la ficción. Creo que los espectadores se van a emocionar, a indignar y a pensar, todo a la vez, con estos ocho reportajes que tenemos preparados.

¿Cuáles vendrán después de ‘Muerte entre rejas’?

-Hemos hecho reportajes internacionales, pero también hemos grabado uno en España. Era un tema que llevaba mucho tiempo queriendo tratar, el narcotráfico en Galicia. Hemos estado con gallegos, con colombianos y hemos hablado con los que transportan y los que distribuyen las drogas.

¿No tiene miedo por los riesgos que pueden correr?

-Intentamos tener todo el cuidado del mundo. Somos un equipo de profesionales que llevamos trabajando mucho tiempo en este tipo de reportajes de difícil acceso. Tratamos de hacerlo con toda la seguridad del mundo.

Grabar a una organización que se dedica al transporte y distribución de la droga..., seguro no parece.

-En el caso de los traficantes gallegos no se les ve la cara, llevan pasamontañas. Casi nunca sabemos dónde vamos a grabar?

Precisamente no saber ese dato puede producir inseguridad.

-Si se hace bien y con cuidado, no corres mucho riesgo. Además, yo siempre estoy dispuesta a dar un paso atrás si las cosas se ponen mal. Tengo cuidado y mi equipo también.

Comentaba que habían hecho algunos temas diferentes.

-Hay un reportaje que es uno de los que más me gusta de la temporada: un perfil de Donald Trump?

Pues según con quién hayan tratado, seguro que es peligroso.

-Ja, ja, ja? Dentro de poco se cumple un año de su victoria electoral y queríamos saber cómo es detrás de las cámaras. Hemos entrevistado a gente muy cercana, amigos, enemigos? Hemos conseguido estar con su socio en Miami, hemos entrevistado a un concursante de El aprendiz (concurso que presentaba Trump)... Fuera de cobertura se ha acercado a su círculo más próximo compuesto por billonarios y empresarios. Se va a llamar El show de Trump.

¿Qué le ha parecido el perfil que ha salido?

-Interesante, nunca había hecho un perfil. Pienso que el resultado es muy bueno.

Trump es muy contradictorio, al menos en las distancias largas. ¿Ha podido sacar alguna conclusión al acortar esa distancia?

-Ja, ja, ja? Muchas. Hemos estado en alguno de sus hoteles, el que está junto a la Casa Blanca y donde se alojan muchos de los dirigentes que van a ver al presidente estadounidense.

-¿Es legal que las visitas oficiales de Trump se alojen en uno de sus hoteles? Ético no parece.

-Parece un poco raro, esta gente mezcla los negocios con la presidencia. Hemos querido ver si Trump está dirigiendo el país de la misma manera que ha dirigido sus negocios. Hay mucha gente cercana a él que dice que sí, que ese es su estilo de gobierno.

No sé qué pensar....

-Ja, ja, ja? Hemos ido a Atlantic City. Todos los casinos de Trump se fueron al traste y quedaron en bancarrota, ahora están cerrados. Si lleva el Gobierno como llevó esos casinos es para tener miedo.

¿Tiene algún perfil más esta temporada o con Trump fue bastante?

-Esta temporada nos quedamos solo con él. Ojalá vaya bien porque nos encantaría hacer perfiles con otros personajes. Para un primer intento, uno está bien y a ver si gusta, tiene su punto.

Volvamos a los reportajes.

-Fuera de cobertura ha entrado en la central Fukushima y ha hecho un recorrido por los veinte kilómetros que rodean la central. La grabación fue bastante dura, era verano y hacía un calor horroroso.

¿No han tenido miedo?

-Algo siempre tienes, es el miedo a la radioactividad que es un enemigo totalmente invisible. Tienes que llevar el traje especial, te encuentras con pueblos fantasmas alucinantes, en otros ni siquiera te puedes bajar del coche porque la radiación es altísima, en otros solo puedes estar media hora, una como mucho...

¿Cuánto tiempo estuvieron en el entorno de Fukushima?

-Para grabar cada reportaje utilizamos ocho días, allí estuvimos solo seis por precaución. Pasas miedo, pero es poco tiempo. Esto es difícil para los japoneses que viven en ese entorno. Les cuesta mucho criticar al Gobierno, pero saben que hay una falta de información brutal y están muy preocupados.

En algunas zonas próximas a la central se han levantado las restricciones.

-Sí, pero la gente tiene miedo, tienen hijos y no se atreven a comer los productos de la zona, de la tierra o de la mar. Creo que hemos hecho un reportaje potente.

Supongo que nunca se cansará de este tipo de periodismo.

-Pues no, y el resto del equipo tampoco. Hay que tener mucha paciencia, grandes dosis. No son temas fáciles y es necesario mucho amor por el trabajo, pero es un privilegio.

Tiene marido e hijos. ¿Se necesita mucha complicidad de pareja para poder combinar trabajo y familia?

-Sí, eso es evidente. Mi marido no tiene nada que ver con esta profesión pero la entiende perfectamente. Cuando acabo la temporada me vuelco en ellos.