María Díaz: “Aquí todo lo resolvemos en una buena mesa”
BILBAO. Jefa de prensa de algunas de las compañías de teatro más importantes del Estado, María Díaz es una máquina, que conoce muy bien a los Cómicos de la Legua a los que dedica su Guía gastrocómica.
Periodista, escritora, observadora de la realidad. ¿Cómo le gustaría que le presentaran?
-Soy una espabilada de la vida; me considero periodista con capacidad observadora y un ser absolutamente analítico.
¿Apellidarse Díaz le hace a una sentirse más bilbaina?
-¿Por lo de María Díaz de Haro? Te advierto que, aunque me falta el Haro -llegué a Bilbao para hacer COU- en la villa me han hecho sentirme más bilbaina que muchos.
Los de Bilbao nacen donde quieren. ¿Como llega a ser bilbaina de corazón alguien nacida en Málaga y vivida en mil ciudades?
-La vida te enseña que todos los sitios donde a una la quieren, le valen la pena y requieren un lugar en el corazón.
Todos conocemos muchas guías gastronómicas, pero la suya es la primera que conozco gastrocómica. ¿Por qué cómica?
-Porque los cómicos son gente que viajan todo el día y lo que ellos saben no lo sabe nadie. Señores que se pasan 52 semanas al año fuera de casa, y como fuera de casa, en ningún sitio.
La parte gastronómica de su libro es muy variada y atractiva. ¿De dónde le viene el gusto por los fogones y por la buena mesa?
-Se hereda. Mi padre es un sibarita y mi madre era una cocinera excelsa. Cuando a una le acostumbran a que la mesa es para disfrutarla, no le queda otra: lo coge.
¿Que destacaría de la gastronomía que propone en su guía?
-La variedad de precios, de estilos y algo en lo que inciden muchos los cómicos, que son esos señores que prácticamente no pisan por debajo del techo de casa, y es que les tratan con mucho cariño.
Me ha gustado la segunda parte de su palabra ‘gastrocómica’.
-Lo explico en el libro. La gente cree que el cómico es solo el humorista; pero no, porque yo hablo de cómicos de la legua, de esa gente que se patea un territorio, que recorre país cada día del año. El cómico de la legua es un señor que nos lleva al disfrute a los teatros de todo el país y nosotros tenemos que responderles de alguna manera. Viajar todo el día enseña mucho. El cómico es sensible, inteligente y ha aprendido a adaptarse a la vida que ha elegido.
¿Qué le inició a recoger los lugares donde los cómicos comen?
-Mi gusto por las cosas del comer, mis ganas de contarles a todos lo que aprendo. Pasar sobre blanco una tradición oral que los cómicos y yo compartimos, me parecía algo que podía acercar al cómico al espectador y el espectador al cómico.
¿María Díaz no estará enredada en el mundo del teatro, la música y la farándula?
-La música sácala porque me quedé en Palito Ortega. Tengo de artista lo que yo te diga. Soy actriz en mi casa y porque vivo sola.
El placer del buen comer, del buen reír, del disfrutar de una obra de teatro. ¿Con qué se queda o son mejores si van todas combinadas?
-El que sabe disfrutar, sabe disfrutar de todo. Es trabajar los cinco sentidos; es algo que la gente del arte de la comedia te lo saben explicar perfectamente. Si tienes el sexto también, pero básicamente de los cinco primeros.
Una malagueña que vive en Madrid. ¿Qué añora de no vivir en Bilbao?
-Cada vez menos porque prácticamente estoy viviendo entre Bilbao y Madrid, pero a mí me encanta la gente del norte y la manera que tenemos de compartir la vida en la calle. Lo resolvemos todo en un bar, en un restaurante; desde lo amargo a lo más dulce todo pasa por una buena mesa, un mantel, por dos vasos chocando y brindando.
¿En qué proyectos anda ahora?
-Tengo un verano para no aburrirme. Están los festivales que dan mucho trabajo al teatro; tengo cinco espectáculos de gira maravillosos; creo mucho en lo que hago. Septiembre viene cargado de sorpresas, de estrenos... El día que me muera -me podría morir mañana, sin ningún problema- espero que me pongan, allí donde me incineren: No se aburrió nunca.