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Iker Jiménez triunfó en Bilbao como mago del misterio

El periodista alavés tiene gancho en televisión y en todo lo que hace. Ayer triunfó en Bilbao con su ‘Noche de misterio’ en el Teatro Campos

Iker Jiménez triunfó en Bilbao como mago del misterioFoto: Borja Guerrero

LLEVA once temporadas instalado en Cuarto milenio de Cuatro, él mismo reconoce que es un misterio sin resolver en un medio tan efímero como la televisión. Tiene éxito en los platós y también fuera de ellos. Ayer se agotaron las entradas para ver su Noche de misterio en Bilbao. El próximo martes inaugurará una exposición que acercará al público los objetos, algunos terroríficos, que semana a semana salen en su espacio y que están realizados por Juan Villa. Se siente cómodo ante las cámaras y discrepa de los que ponen mal a la televisión: “Tiene magia, es un medio muy maltratado, hay quien opina que la radio es mucho mejor, pero cada uno de ellos tiene un encanto particular y propio que hace disfrutar a espectadores y oyentes”, asevera convencido.

Un carro de fantasía Pero le gusta la televisión a su manera y vuelve a discrepar de aquellos que creen que su programa cuenta historias para no dormir: “Es como el carro de la fantasía. Si yo tuviera que hacer Cuarto milenio con un guion, interpretara un papel y solo hubiera una cámara, sería muy aburrido. Los domingos mostramos una caja mágica y el equipo se divierte mucho. Creo, por el apoyo que tengo de audiencia, que los espectadores también”.

Su misterio por resolver es su permanencia en la misma cadena, es el programa más veterano de Cuatro: “Karlos Arguiñano, Ana Rosa Quintana, Informe semanal, Jordi Hurtado y Cuarto milenio. Estamos los quintos en el ranking de longevidad. Cuando te dan este dato dices: ¡Hostia! Somos historia de la tele en el sentido de que no hay tanta gente”, comenta muy seguro.

Con la misma seguridad con la que desgrana sus misterios televisivos, comenta que “estoy preparado para que la televisión termine mañana para mí. ¿Por qué no? No pasaría nada”. Surge la curiosidad por saber qué plan B de futuro tiene para decirlo tan tranquilo: “El oficio en nuestro caso es auténtico y seguiría leyendo lo mismo y preguntándome lo mismo, currelando en las mismas áreas, hay muchas posibilidades. Me imagino explorando un campo increíble, Internet y las redes”. Asegura que su paso por la televisión es circunstancial y “creo que yo hago una tele diferente a los demás. Es divertida, es atractiva y creo que muy creativa”.

También se ha dedicado a escribir, una tarea que ha dejado de lado y que sus seguidores demandan aún: “No es posible hacer un libro. Tengo a mi amigo Javier Sierra que se puede pasar mucho tiempo escribiendo un libro, es la felicidad. Un editor muy importante me dijo al negarme yo a hacer la novela que me pedía: “Escribes novelas cada semana, cuentas tus historias semanalmente...” Lo dejo ahí, no se puede”, afirma con rotundidad.

No al libro de ‘cuarto milenio’ Al revés que otros televisivos, él no se plantea pasar la televisión al papel: “Me lo han ofrecido todas las editoriales; es más, las propuestas han sido casi irrenunciables pero he dicho que no”. Explica que él es de los que se implica en cada cosa que hace. “He tenido alguna experiencia a ese nivel, ha sido mínima, y no me ha gustado nada. Uno tiene que ser padre de lo que hace y si la gente compra un libro y paga por él, tienes que entregarle tu trabajo real; aprovecharte de la marca de la tele no me parece bien. Todas las editoriales importantes me han pedido el libro de Cuarto milenio”.

A la pregunta de si ha ido aumentando en credibilidad, se revuelve un poco: “Creo que se ha ido normalizando el tema, aunque algunas televisiones de vez en cuando dan ejemplos de que hay un mundo que no se parece mucho al nuestro y ofrecen una visión de exceso de oscurantismo. Llevo once años metiendo en mi programa científicos, muchos expertos, ¿credibilidad? No lo sé. Este año nos han dado a la vez dos premios: la Antena de Oro y el Ondas, quizá hemos calados un poco”.