Ermua- Con apenas 7 años ayudaba a sus padres con el carro ambulante de castañas en Ermua. Casi medio siglo después, Nieves López es la responsable de este negocio familiar y lleva ya cerca de treinta años abriendo a diario, durante los tres meses de temporada, el puesto de castañas ubicado en la calle Zubiaurre. Enamorada de su Ermua natal, a sus 54 años, Nieves se ha convertido en una de las caras más populares del municipio. Y es que su alegría y salero contagian a cualquiera.
¿Cómo definiría Ermua?
-No lo cambiaría por ningún sitio. Es un pueblo cómodo porque tenemos cerca Donostia, Bilbao, Vitoria, la playa o el monte. Estamos hablando de un lugar muy bueno para vivir.
¿Un rincón para perderse?
-El barrio de Santa Ana. Es una zona muy tranquila donde se puede acceder al monte y el mejor sitio para desconectar.
¿Qué es lo que mejor de vivir en Ermua?
-La tranquilidad y el buen ambiente que reina entre la gente. En el pueblo nos conocemos todos y eso se nota a la hora de convivir.
¿Y lo peor?
-La escasez de trabajo que hay para la gente joven y la falta aparcamiento. El Ayuntamiento debería de hacer algo porque no tenemos ningún garaje público, aunque sea de pago.
Recomiende un plan perfecto de fin de semana en Ermua.
-A la mañana, empezar subiendo al monte Urko y disfrutar de las vistas desde Abeletxe. A mediodía, momento perfecto para tomar unos marianitos en la calle Zubiaurre y comer en alguno de los restaurantes del municipio. Con las pilas cargadas, turno para acercarse al Ermua Antzokia y entretenerse con alguna de las brillantes actuaciones que solemos tener.
Ermua se ha convertido en un municipio muy atractivo culturalmente hablando.
-Tenemos una de las mejoras programaciones culturales de Euskadi y la verdad que es un privilegio tener una cartelera tan potente. Desde el Ayuntamiento hacen una labor sensacional para que la vida cultural en Ermua sea tan rica.
Defina al ermuarra.
-La gente aquí es muy abierta, simpática y agradable. No somos nada cerrados y siempre estamos dispuestos ayudar al que lo necesita.
Al ermuarra se le tacha de fiestero. ¿Está de acuerdo?
-La cosa ha cambiado últimamente porque ya no se sale tanto de noche. Muchos de los jóvenes que salían antes ahora tienen hijos y en vez de salir a tomar cubatas, salen a desayunar temprano.
¿Qué le parecen las fiestas?
-En Ermua tenemos las mejores fiestas del mundo. La gente vive los Santiagos de manera muy especial y eso se nota. Hay dos momentazos en esos días, que son la presentación y el día de las paellas.
¿Qué significa el puesto de castañas para los vecinos de Ermua?
-Es algo muy tradicional y que la gente lo espera todos los años con ganas. Hay muchos que, aunque no les gusten las castañas, les encanta ver el puesto abierto.
¿Se imagina Ermua sin su puesto?
-No quiero imaginármelo y creo que la gente me echaría de menos. Mi hijo no tiene muchas ganar de coger el relevo, pero mi sobrina parece que sí. Espero durar muchos años y que después el puesto se mantenga.
¿Qué tienen las castañas que engatusan a tanta gente?
-El olor engancha muchísimo.
¿El frío se lleva mejor con una docena de castañas?
-Eso siempre ayuda, pero al que le gustan las compra haga frío o haga calor. Este año tampoco hemos tenido casi invierno y aun así, se han vendido bien.
¿Si tuviera que definir la castaña en una palabra?
-En nuestras vidas, imprescindible. Siempre digo que aunque me tocara la lotería, seguiría vendiendo castañas.
¿A qué sabe Ermua?
-A buena gente.
¿Y a qué huele?
-Ahora mejor porque el río ya está más depurado (risas). En invierno, a castañas, y en verano, a flores.
¿Qué se siente al ser casi tan conocida como el alcalde?
-Estoy encantada, aunque cuando sales a la calle necesitas todo el tiempo del mundo. Suelo decir que después del cura don Teodoro, la más conocida soy yo (risas).
¿Cómo se lleva esa situación?
-Me gusta que me conozcan, aunque hay veces que eso de tardar hora y media de casa hasta el supermercado no se lleva tan bien (risas).
¿Ha cambiado mucho el municipio en los últimos años?
-En poco tiempo Ermua ha cambiado a mejor. Tenemos nuevas infraestructuras, más servicios y la accesibilidad ha mejorado muchísimo con la instalación de rampas eléctricas.
¿Qué propondría para alegrar el paladar?
-Venir a las jornadas gastronómicas que se organizan, tanto de pintxos como de cazuelitas. Todos los años el nivel es impresionante.
Hay gente que equivoca Ermua con Gipuzkoa. ¿Que les diría?
-Que se enteren de que esto es Bizkaia y punto. No tengo nada en contra de los guipuzcoanos, pero somos vizcainos y lo digo yo que soy del Eibar y la Real Sociedad (risas).
¿Qué le diría a una persona que todavía no conoce Ermua?
-Que venga, lo disfrute y pregunte por la castañera (risas).
Castañera de Ermua