bilbao - Comenzó a hacer debates en ETB-2 en 2014, una faceta muy diferente a la que desarrolló en Cuatro cuando hacía informativos al lado de Iñaki Gabilondo. En otoño volverá al segundo canal de Mediaset con el programa de tertulianos que hasta hace un mes presentaba Sandra Barneda en Telecinco. Intxaurrondo dice que va a haber muchas sorpresas, que se trabaja sobre el mismo formato pero con elementos nuevos que convertirán a Un tiempo nuevo en un espacio diferente.
‘Un tiempo nuevo’ también para usted, ¿no?
-Nuevo nuevísimo. Es un tiempo nuevo también para contarlo; hay muchos cambios, algunos los hemos vivido y otros están por llegar.
¿Cómo son estos nuevos tiempos en la narración periodística?
-Tienen que ser contados de forma atractiva, de forma llana, de forma que la gente pueda participar. Es Un tiempo nuevo en muchos sentidos.
¿Aceptó este reto sin dudas y condiciones?
-Es que me lo han ofrecido muy bien, me han arropado desde Mediaset con un equipo muy bueno, me lo ha ofrecido gente de sobrada profesionalidad y me acompañan profesionales muy buenos. Ya están trabajando en ese proyecto conmigo.
¿Tan tentadora es la propuesta?
-Es tentador el proyecto; a mí lo que me interesa y por lo que me decanto siempre es por el proyecto, mucho más que por una cadena u otra; si el proyecto es bueno, si se trabaja con ilusión y supone un reto, ¿por qué no? Me da igual el tipo de televisión donde se haga: pública, privada, autonómica? Este proyecto, el que estamos preparando, es de una calidad altísima. Era imposible decir que no.
¿Otra vez haciendo maletas y de vuelta a Madrid?
-Es algo en lo que estamos trabajando, es una cuestión de logística familiar que no está decidida aún.
Lleva ya un tiempo viviendo de continuo en Donostia, ¿tan a gusto se siente?
-Estoy muy a gusto en Euskadi, tengo la playa muy cerquita, desde luego lo más tentador para mí no es el asfalto de Madrid, que se está derritiendo este verano.
¿Qué puede contar del debate? ¿Se va a parecer al que ya hemos visto en Telecinco?
-Como te decía son tiempos muy atractivos y vamos a añadir al debate muchos elementos. No te puedo contar ahora más porque cuando vieras el primer programa dirías: Ya sé cómo es esto y sé cómo lo van a hacer. Lo que me han ofrecido es un proyecto atractivo y muy seductor.
Usted era una de las caras de los informativos de Cuatro. ¿Se le ha olvidado ya este formato?
-La verdad es que es cierto, ya tengo un poco olvidado el tema de los informativos puros y duros. Me parece imposible lanzar una información y que no haya alguien a favor, alguien en contra, alguien que quiera matizar y alguien que se sienta un poco soliviantado por lo que ha dicho el de enfrente.
¿Cuando se alzan muchas voces a la vez no le dan ganas de mandarlos a sus casas, de echarlos del plató?
-En algún debate, me he obligado a respirar hondo y contar hasta tres?
Suele ser contar hasta diez.
-Yo solo hasta tres, nada más. Pero en algún momento he pensado: Dios mío, qué discusión; pero si estamos hablando de un tema en el que no te va la vida y cómo te pones. Si solo te he preguntado tu opinión y te he dicho que seas breve. Hay momentos en los que tienes que respirar y pedir calma a los tertulianos, pero antes tienes que calmarte tú.
No estaría mal en algunos casos recordar ese debate de La 1 donde había que contestar en 59 segundos. ¿No sería efectivo poner un contador de tiempo?
-No lo dudes, igual 59 segundos es poco para algunos y para otros es mucho tiempo. Es un tiempo estimado atractivo, en 59 segundos se pueden decir muchas cosas, pero también en 15, sin necesidad de aguantar más tiempo.
¿Somos excesivamente locuaces?
-Somos muy apasionados y es un placer que sea así. En estos tiempos tan complicados, tan de debate, se agradece la pasión; además a estos programas muchas veces se traslada la pasión que se está viviendo en la calle.
¿Pasión a secas y ya está?
-No, claro que no. La pasión a la hora de discutir debe estar articulada en ciertas ideas para que el debate sea enriquecedor. Un debate solo con pasión te sabe a poco. Lo interesante es que haya pasión y haya ideas. Si se dan estos dos componentes es enriquecedor para quien participa, para el presentador y, sobre todo, para el espectador.
¿Es capaz de ponerse en la piel del tertuliano?
-Me cuesta muchísimo. No me pongo en su piel; además es un ejercicio que no suelo hacer, no me parece que tenga que hacerlo. A veces pienso que tiene que ser muy difícil, ahí me quedo. Si me tengo que poner en la piel del tertuliano, corro el riesgo de terminar comprendiéndole, y eso tampoco.
¿Van a cambiar a los tertulianos que han estado en el programa en su etapa de Telecinco?
-Todavía se está trabajando en los contenidos, en el formato definitivo y también en quién puede colaborar con nosotros. Es pronto para avanzar todas las sorpresas que puede haber.
Iñaki López en La Sexta y usted en la misma franja y el mismo día en Cuatro. ¿Duelos de vizcainos televisivos?
-Además, dos vizcainos de localidades de al lado. Él es de Portu y yo de Santurtzi, somos vecinos. Vernos en televisión es una buena noticia para Euskadi y para la Margen Izquierda, dos vecinos de dos pueblos colindantes, cada uno en un canal diferente. Es una suerte para nosotros.
¿Mira de reojo las audiencias de la competencia o pasa de ellas?
-Miente aquel que diga que no mira de reojo o al detalle las audiencias. El problema es cuando eso te condiciona todo lo que haces. Comienzo esta nueva etapa como he comenzado todas, con respeto hacia todos los compañeros que me rodean y están trabajando en otras cadenas al mismo tiempo que yo; pero tengo un objetivo único, hacer un buen programa.
Aunque es de Santurtzi, y hace un tiempo ya que ha vuelto a Euskadi, parece que Madrid es su destino, ¿no?
-Cuando vine aquí, me decían: Si al final tu destino habitual es Euskadi. Ahora que voy a hacer este programa a Madrid, me dicen: Tu destino habitual es Madrid.
¿Qué dice usted?
-Me siento muy bien en los dos lugares. Euskadi siempre me ha traído satisfacciones con los compañeros y con los productos que he hecho en Euskal Telebista. Cualquiera de los dos lugares me hace sentir bien.