bilbao - Aterriza en Bilbao con el tiempo justo, va de entrevista en entrevista y esta vez vende libros, no televisión. Acaba de publicar No estamos solos. Habla de sus famosos diecinueve pisos, de libros, de trabajo y de televisión; también de Pablo Iglesias, de ser o no ser de izquierdas y del pequeño Nicolás.
‘El Intermedio’ es el programa más antiguo de La Sexta. ¡Quién lo iba a decir!
-Pues ahí seguimos.
¿Tiene precio su alma?
-¿Venderla? Si alguien la compra...
¿Por cuánto se vendería a Vasile?
-A lo mejor mañana trabajo allí porque ha comprado El Intermedio. Yo no sabía que Antena 3 iba a comprar La Sexta. Tal vez mañana nos enteramos de que el lunes el programa lo hace Telecinco.
¿Iría a Telecinco?
-Seguiría yendo a trabajar. Y ya que tú hablas de precios y ventas, me gustaría que me pagaran el doble. La gente está preocupada por mi situación.
¿Tan mala no es y da pena?
-Ja, ja, ja... Lo que me preguntaron era si había pensado en bajarme el sueldo.
¿Qué dice usted?
-Que todo lo que me rebajen se lo queda la empresa. Yo prefiero que esté en mis manos, qué voy a decir yo.
Sus libros. ¿‘No estamos solos’ o ‘No estamos locos’?
-Las dos cosas. No estamos locos es un manual de autoayuda.
La autoayuda no le pega nada.
-Bueno, más bien era para tranquilizar a la gente que pensaba que con todo lo que estaba pasando se había vuelto paranoica. Pues no, no estábamos locos, no lo estamos, porque lo vemos y oímos: está pasando. Era verdad.
¿Y este libro que presenta ahora?
-Son testimonios de gente que está haciendo algo, que no aparecen en los medios de comunicación, no son noticia. En general, la gente que trabaja no sale en los medios. Ya lo decía Billy Wilder: “La bondad no retrata”. Por ejemplo, un padre de familia que va a trabajar y vuelve a casa, un coñazo de película; pero si mientras tanto roba un banco...
Usted no se puede quejar, sale en los medios constantemente.
-Está claro, pero ¡cómo me tratan!
Le dan cera.
-La publicación de mi patrimonio todo el rato no es noticia.
¿Es verdad que tiene diecinueve pisos a su nombre?
-No. Tengo pisos, pero no diecinueve. Da igual, la noticia es que aparecieran diecinueve pisos y que no los tenga declarados...
O que debe un millón de euros a Hacienda...
-Que tampoco es verdad y que de serlo, sí sería noticia. Vamos, los pisos están en el Registro Civil, por lo tanto, ¿dónde está la noticia? Quieren desacreditar el discurso. Los que pensaban que yo en televisión no cobraba estaban equivocados. Hay quien me dice: “Está usted muy bien pagado”. No soy el que más cobro; si estuviera pagado como la media tendría más dinero.
¡Qué pena! ¿No?
-Pues no, yo he vivido muy bien; además, no tengo gustos estrambóticos. El dinero que he ganado en treinta años lo invierto como quiero, ¿no?
Le han puesto rabo y cuernos...
-¿Cuernos?
Por diablo, le demonizan tanto como a Pablo Iglesias.
-Para el poder el demonio es Pablo Iglesias, yo soy solo un testigo. Él es un peligro real y así lo han hecho saber. Han empezado con la novia e irán a por él.
¿Es usted de izquierdas? Lo pregunto porque le acusan de eso.
-Si exiges el derecho al trabajo, a la vivienda, una sanidad universal, una educación firme, seria y hasta los dieciséis años, que no se detraiga un solo euro para la enseñanza privada mientras no esté resuelta la pública; si dices todo eso, te conviertes en radical de extrema izquierda. Si eso es ser de izquierdas, bienvenido sea.
Las audiencias de ‘El Intermedio’ están que se salen...
-La gente quiere saber. Antes era puro entretenimiento, sin más, donde hacíamos un repaso jocoso de cómo los distintos medios trataban las cosas. De repente, la información ha empezado a cobrar más terreno.
¿Competencia de los informativos?
-Hemos abundado en las informaciones que aparecen en los diarios como una cosa pequeña y les das tiempo en televisión donde lo ven miles de personas. ¿Te puedo contar una anécdota?
Adelante.
-Dedicamos veinte minutos de un programa a hablar del Tribunal de Cuentas. No veas qué tostón en un prime time, pues hicimos un pico de audiencia impresionante.
¿Por qué?
-Contamos que llevaban cinco años de retraso, curiosamente todos estos delitos de cuentas que nos ocupan terminan a los cinco años; el Tribunal no está formado por jueces y a los políticos cuando se les preguntaba por el tema decían: “No hay problemas, la cuentas están auditadas”. Dijimos que no eran jueces, que estaban nombrados a dedo por el Gobierno y que todo lo que estaban investigando estaba prescrito.
¿No le han ofrecido meterse en política?
-Sí, pero no sirvo para esa política, ya estoy haciendo política. La política es un trabajo que debemos hacer los ciudadanos todos los días. Es la definición original, pero por circunstancias interesadas la política ha derivado en convertirse en patrimonio de unos profesionales y el único cauce es el de los partidos.
Médico de formación...
-Lo has dicho, deformación.
¿Se considera usted periodista?
-No. Yo vengo del mundo del show business, soy un entretenedor; de repente me he metido en un sitio, (antes lo hice en Caiga quien caiga) donde hago un personaje, y este personaje es un periodista. Al final tu personaje te devora y soy un hombre sobreinformado.
¿Es usted como la cara bonita del programa?
-Totalmente de acuerdo, la cara bonita y el tirón sexual. Ja, ja, ja...
Se ha dicho de todo, pero ¿qué piensa del ‘pequeño Nicolás’?
-Es más grave de lo que parece por una cuestión que queda soterrada y nadie cuenta. Por lo visto era un farsante, pero lo que hay que tener en cuenta es que era un conseguidor.
Sorprendentemente parece que algunos le creyeron.
-Ahí está el problema. Se dedicaba a ir por despachos oficiales ofreciendo todo un catálogo de servicios de corrupción. Decía que hablaba en nombre de Sáenz de Santamaría y de otros. Mi pregunta es: ¿De todas esas decenas de cargos del PP que visitó, nadie descolgó el teléfono para decir: “Génova, aquí hay un mequetrefe que dice que Soraya y compañía son unos corruptos”? Pero a todos les parecía normal, eso es lo grave. La supuesta directora de esa red de corrupción era Soraya Sáenz de Santamaría y a nadie le extrañó.