EL equipo que ejerce su actividad en el Centro Oftalmológico Integral (COI) de Bilbao es una referencia en el campo de la medicina ocular. Los conocimientos, la experiencia, la dedicación y la apuesta por los avances tecnológicos avalan a los profesionales que atienden en las instalaciones de la calle Rodríguez Arias- 6, 2ª planta -los quirófanos se encuentran en la calle Marcelino Oreja- 8-. Los ojos de los pacientes están en buenas manos. Y es que hay que prestar mucha atención a la visión y los primeros que tienen que hacerlo son las propias personas. De ahí que acudir a la consulta del oftalmólogo sea de vital relevancia. “Un diagnóstico precoz es muy importante”, destaca el doctor José López Garrido, que forma parte del equipo del COI. En este sentido, es fundamental que los niños examinen sus ojos “antes de los 4 años” y que las personas mayores “sean conscientes de que pueden tener una enfermedad que les quite visión que no es la catarata, sino la degeneración macular, por ejemplo”, puntualiza el doctor López Garrido.
En el caso de los pequeños, es necesario que los padres tengan en cuenta que “un niño aparentemente normal, que no tiene antecedentes familiares de nada, tiene que ir al oftalmólogo porque puede estar viendo solo de un ojo”, señala el médico del COI. “Los padres deben saber que es importante revisar la visión de los niños antes de los 4 años. Aunque no es una barrera estricta, sí se establece ahí el punto debajo del cual cualquier defecto que tuviera una trascendencia en el desarrollo visual se podría revertir y por encima de los 4 años, la posibilidad sería mucho menor”, aclara el doctor. “Los pediatras son conscientes de esta situación, revisan a los niños antes de los 4 años y remiten al oftalmólogo”, agrega.
Con una atención a tiempo, se puede evitar que lo que se conoce como un ojo vago desemboque en una problemática mayor. “Si por diferentes causas la imagen que envía al cerebro uno de los ojos es peor que la del otro, puede suceder que no se produzca un adecuado desarrollo del área visual encargada de recibir las imágenes de ese ojo. Si esta alteración no es diagnosticada a tiempo, la situación se hace irreversible, es decir aunque se corrija la causa que dio origen a esto (estrabismo, defecto de graduación de uno de los ojo, etc.), la visión con ese ojo será deficiente para el resto de la vida del niño. Es lo que técnicamente se conoce como ambliopía y vulgarmente como ojo vago”, explica el experto de la visión.
Es decir, que el problema no está en el ojo, sino en el cerebro. “Por el contrario si es detectado a tiempo, se puede solucionar en prácticamente todos los casos. El tratamiento inicial es corregir el problema de base, por ejemplo con la gafa adecuada y estimulando la relación entre el ojo afectado y el cerebro. Esto se consigue con tratamientos que inviertan parcialmente la situación de desequilibrio de los dos ojos, dificultando la visión del ojo, digamos, bueno, favoreciendo al otro. El método más utilizado habitualmente es ocluir con un parche el ojo bueno, con diferentes ritmos y frecuencia. Pero existen también otras formas de tratamiento. El oftalmólogo usará uno u otro dependiendo de factores como la edad del niño, la gravedad del déficit visual, etc.”, argumenta el doctor López Garrido.
Otro defecto que puede afectar a los pequeños es el estrabismo. “Una de las causas más frecuentes de lo que hemos comentado es el estrabismo. De manera simple, podemos decir que para evitar la doble visión asociada a la desviación de los ojos el cerebro anula la visión de uno de ellos. Si el anulado es siempre el mismo estaríamos ante un caso de ambliopía (ojo vago). Cuando el estrabismo es muy evidente, es detectado por los padres que acuden a su pediatra y al oftalmólogo, pero puede haber estrabismos que son muy poco evidentes porque estéticamente no son apreciables (microestrabismos); que tienen las mismas posibilidades de padecer una ambliopía, pero el inconveniente de que pueden pasar desapercibidos”, avisa el especialista del COI.
EN PERSONAS MAYORES Los ojos también envejecen, por eso, hay patologías que aparecen con la edad, y una de ellas es la degeneración macular. “La enfermedad produce una pérdida grave de visión en el centro del campo visual, la gente que la padece no puede reconocer la cara de las personas. Pero es importante saber que desde hace años, si la enfermedad es diagnosticada a tiempo en una de sus formas, que es la exudativa, hay un tratamiento que permite que no progrese o que lo haga de forma más lenta”, indica el oftalmólogo. En las instalaciones del COI, los doctores tratan esta enfermedad. “Se pincha en el ojo una sustancia que inhibe el crecimiento de los vasos anormales que destruyen el tejido y hace que los que ya han aparecido retrocedan. Si dejamos que pase el tiempo y se hace una cicatriz, ya no hay solución. Por eso, el diagnóstico precoz es muy importante porque cambia el futuro de la visión de la persona”, subraya el doctor. Esta enfermedad en la retina no provoca ceguera. “Una vez que la persona mayor ha asumido que en el centro no ve, su siguiente escalón de angustia es: ¿Me voy a quedar ciego? Pues no, solo excepcionalmente, esta patología produce una pérdida del resto de la visión”, apunta el galeno López Garrido.