Bilbao - Mikel Reparaz (Iruñea, 1975) lleva en Nueva York un año y medio “muy interesante en todos los sentidos”. Ahora se encuentra en Ferguson -desde donde atiende a DEIA- para contar lo que pasa en esa pequeña localidad.

Tras la muerte en Misuri de un joven negro por un Policía, el mundo descubre que aún existe el Ku Klux Klan (KKK).

-La presencia del KKK y otros grupos supremacistas no deja de ser anecdótica. Lo preocupante es que muchas actitudes racistas se extienden a gran parte de la sociedad. La historia de Estados Unidos es muy corta y no hay que olvidar que Misuri fue uno de los últimos Estados en liberar a sus esclavos en 1865. El conflicto racial sigue latente en pleno siglo XXI. Basta mirar el urbanismo, las barreras raciales que de facto segregan a blancos y negros en áreas como Saint Louis, pero también en Nueva York. Dos tercios de la población de Ferguson son negros, pero la estructura de poder es casi al 100% blanca.

Y todo esto con un presidente afroamericano...

-Cuando Obama salió a celebrar la victoria en 2008, quienes cubrimos las elecciones nos dejamos llevar por el entusiasmo que se vivía en las calles de Estados Unidos. El hecho de que un afroamericano llegara a la Casa Blanca es histórico y muchos llegaron a creerse los titulares grandilocuentes de diarios como el TheNew York Times (“caen las barreras raciales”, “es el fin de la Guerra Civil”?) Sin embargo, seis años después vuelven los problemas de siempre, y en algunos casos se han agravado: siguen siendo la desigualdad social y el racismo institucionalizado en las estructuras de poder.

¿Los disturbios son tan graves como parece y como para que Obama interrumpa sus vacaciones?

-Las protestas se concentran en una avenida de Ferguson y los enfrentamientos con la Policía no se han extendido a otras zonas de Saint Louis. Tampoco ha habido un levantamiento social y la mayoría de manifestantes rechaza la violencia. Pero para Obama es un tema crucial. ¿Un presidente de Estados Unidos criticando la brutalidad policial en su país? Esto no había ocurrido nunca. Interrumpió sus vacaciones y estuvo a punto de plantarse en Ferguson. Los demócratas de Misuri tuvieron que quitarle la idea de la cabeza. Acabó enviando al fiscal general Eric Holder, también negro, para demostrar a la población indignada que Washington está con ellos.

Más de dos décadas después del caso de Rodney King, ¿los agentes del orden tienen tics racistas?

-Hace poco más de medio siglo la segregación racial era legal en muchos Estados del Sur y eso no se cura en una generación ni en dos. En esos Estados los matrimonios interraciales aún son excepciones, y en muchos casos no hay comunicación entre las comunidades negras y blancas. Si a eso le sumamos que gran parte de la estructura de poder está en manos de blancos, es fácil concluir que hay comportamientos racistas en la Policía. En los Estados donde algunas barreras raciales han ido cayendo, como Nueva York, el racismo se manifiesta en las desigualdades sociales.

Las ejecuciones de Joseph Wood en Arizona y de Clayton Lockett en Oklahoma han estremecido al mundo. ¿Qué siente al informar de esto?

-Este tema lo he seguido de cerca este año a través del caso del ciudadano vasco Pablo Ibar, condenado a muerte en Florida. Le he entrevistado en el corredor y he seguido el proceso de apelación ante el Supremo de Florida con el abogado y la familia. Uno de los aspectos que más me ha impactado es la ausencia de debate social sobre la pena capital, especialmente en los Estados que forman el llamado Cinturón de la Biblia, donde la religión tiene un peso muy grande entre la población. La mayoría aprueba las ejecuciones porque creen ciegamente en el “ojo por ojo, diente por diente”. Sin embargo, empieza a haber avances. Dieciocho Estados han abolido la pena capital, y en algunos, como Ohio, se están aplicando moratorias en las ejecuciones.

¿Se ha sentido espiado, aunque sea ‘por accidente’, en el año y medio que lleva en Nueva York?

-Es un hecho probado que la NSA tenía pinchados los teléfonos de Associated Press en Nueva York cuando la corresponsalía de ETB estaba en sus instalaciones. Pero eso es lo de menos. Las prácticas de espionaje masivo se siguen aplicando y el espacio de libertad que fue internet está quedando atrás. No hay duda de que todos estamos bajo vigilancia.

A veces, al mandar sus crónicas, ¿le suenan a ficción?

-La realidad supera a la ficción, aquí y en cualquier parte. La ejecución de Jim Foley por parte de los yihadistas del Estado Islámico (EI) y la respuesta de Obama parecen sacados de un guión de Hollywood. Los medios hemos contribuido mucho a convertirlo todo en espectáculo, desde las protestas de Ferguson hasta los bombardeos contra el EI en Irak.

Sin sacar adelante una reforma migratoria que legalizaría a 11 millones de indocumentados, a Obama le estalla el frente de los menores centroamericanos...

-Estuve en el desierto de Sonora, en Arizona; y en el lado mexicano, a donde envían a muchos deportados. Entre ellos hay menores no acompañados. El drama de las deportaciones y las familias divididas es uno de los grandes fracasos de la política migratoria de Obama. Es cierto que no tiene apoyos en Washington para sacar adelante la reforma de la ley de inmigración, pero también que se ha convertido en el presidente que más personas ha deportado fuera de Estados Unidos, más de dos millones en sus años de mandato. La crisis de los menores centroamericanos es parte de ese problema, pero tiene un componente diferente. Llegan huyendo de la violencia en sus países, pero el Gobierno de Estados Unidos se niega a darles tratamiento de refugiados. Esa decisión ha provocado una crisis humanitaria en territorio estadounidense.

¿Obama se ha convertido en un ‘pato cojo’ antes de tiempo? ¿Qué espera de él en los dos años y medio de mandato que le quedan?

-Ahora el interés en las coberturas de la Casa Blanca está más en saber cómo responderá Obama a las crisis que se le vayan presentando que en proyectos pendientes. La lista de promesas incumplidas es demasiado larga y en el último discurso sobre el estado de la Unión quedó claro que no es su intención abordarlas. Pero su política de tomar decisiones presidenciales y aplicarlas por decreto le puede acarrear graves consecuencias en el Capitolio. James Clyburn, un alto cargo demócrata de Washington, asegura que Obama se enfrentará a un impeachment o moción de censura si los republicanos siguen controlando la Cámara de Representantes a partir de las legislativas de noviembre. Los resultados de esas elecciones serán la clave. Si pierde el Senado, a Obama le espera un amargo final de mandato.

¿Cree que Hillary Clinton dará la batalla por la Casa Blanca?

-Hace pocos meses hubiera contestado que sí sin ninguna duda, pero la situación está cambiando. Los cuchillos empiezan a volar entre los demócratas y Hillary Clinton está cayendo en las encuestas. A pesar de todo, no hay un candidato alternativo sólido en el Partido Demócrata; la izquierdista Elizabeth Warren o el gobernador de Massachusetts Deval Patrick siguen siendo bastante desconocidos y la favorita es sin duda Hillary Clinton. Pero la situación puede cambiar mucho, la carrera hasta la Convención de 2016 será larga y con muchos puertos de montaña para todos los candidatos que vayan surgiendo. El panorama está aún más borroso en el lado republicano, con casi todos sus posibles candidatos, desde el libertario Rand Paul hasta Jeb Bush o el moderado gobernador de Nueva Jersey Chris Christie, muy por debajo de Hillary Clinton en las encuestas.

¿Cuántos de los cincuenta Estados conoce y a cuál tiene ganas de ir?

-He visitado ya más de la mitad, pero este país está lleno de sorpresas y hay mucha diversidad, a pesar de la aparente uniformidad que le dan las franquicias de comida rápida y las cadenas que hacen que todos los pueblos de carretera parezcan iguales. Por ejemplo, es curioso descubrir que en la mayoría de los Estados el inglés no tiene estatus de lengua oficial y se hablan decenas de lenguas, aunque la presencia creciente del español ha abierto el debate sobre si debería haber una política lingüística que hoy por hoy no existe. Hawai acaba de cumplir medio siglo como Estado número cincuenta. No lo conozco y no estaría mal pasar unos días allí.

Es la víspera de la entrega de los Emmy. ¿Tiene favoritos?

-True detective y Orange is the new black parece que se llevarán unos cuantos. Aunque no tengo mucho tiempo para ver series, estoy bastante enganchado a Netflix y soy incondicional de Bryan Cranston en Breaking Bad.