Bilbao- Ane Ibarzabal (Durango, 1982) ya tiene como costumbre guardar las vacaciones para septiembre. Los últimos veranos los ha pasado en el plató de Cuatro como presentadora de algún informativo. La tecnología la reserva para el trabajo y prefiere leer un libro de los de toda la vida a cualquier otro entretenimiento. De forma excepcional se ha enganchado a dos series: Homeland y The Newsroom.
¿Le gusta esta dualidad de trabajar en verano delante de la cámara y el resto del año detrás?
-Claro, estoy superfeliz porque haciendo reportajes me lo paso fenomenal y en verano me dan la oportunidad de presentar.
¿Se le ha pasado por la cabeza alguna forma más de ejercer el periodismo?
-Desde que estudiaba la carrera mi sueño siempre ha sido ser corresponsal en Roma y me imaginaba haciendo un directo delante del Vaticano. Me encantaría, estuve viviendo allí y ahora voy a clases de italiano, pero nunca ha surgido la oportunidad. Me da mucha envidia cuando veo a los corresponsales y enviados especiales. También me gustaría presentar un magacín o un programa de entrevistas...
Igual un día se cruza con Paolo Vasile por los pasillos...
-Ja, ja, ja. Nunca se sabe, pero no me puedo quejar. Estoy muy bien aquí.
¿Puede creer que antes en agosto apenas había noticias y era un problema llenar los informativos?
-Algo de eso ya sé, pero hace años que no hay sequía informativa en verano. Mira ahora: Ébola, Pujol, Gaza... No ha habido un solo día que hayamos hecho lo que antes era un informativo típico de verano. No hacen falta temas de relleno.
¡Vaya puntazo se han marcado los informativos de Mediaset con las imágenes de Pujol y sus ‘no declaraciones’!
-Fue un fantástico trabajo de los compañeros de Cataluña, que llevaban muchísimas guardias y tanto esfuerzo se vio recompensado con una exclusiva fenomenal.
Los temas económicos han monopolizado los veranos anteriores y ahora son los conflictos internacionles. ¿Cuáles prefiere?
-Las noticias internacionales me gustan y temas como los de Irak, los yazidíes o Gaza me interesan mucho, más que los económicos. Ya sé que detrás de todo hay algún conflicto económico pero lo que nos llega es el drama humano.
Periodistas y espectadores estamos aprendiendo a situar los países de África, dónde cae Crimea...
-El mundo está fatal. Lo más terrible ha sido el atentado contra el avión de Malaysia Airlines en Ucrania. No sé cómo se puede parar todo esto.
¿Los medios no han sobrepasado un ‘techo ético’ con imágenes demasiado sangrientas o que afectan a la intimidad de las víctimas?
-Ese debate también lo hemos tenido y las opiniones son dispares. A pesar de que algunas son durísimas, yo soy partidaria de darlas porque si no lo contamos y la gente no lo ve, ese conflicto cae en el olvido.
De los problemas internacionales, ¿alguno le afecta especialmente?
-Siempre me ha interesado mucho Oriente Medio y me parece tremendo lo de los yazidíes, un tema que no conocía. Me impresionó un vídeo reciente en el que los radicales islamistas paraban a un hombre por la calle para decirle que su mujer tenía que taparse mucho más, obligaban a quitar un póster de Gerard Piqué de una tienda, había personas ahorcadas... Es espeluznante. Y esos niños desesperados que se suben a los helicópteros de ayuda humanitaria. No sé si es cómo de otra época o de otro mundo. No termino de creer que pasen esas cosas tan cerca.
Con su empatía, pasará muy malos ratos al dar ciertas noticias...
-Es verdad que en algunos temas me involucro mucho. Por ejemplo, con las parejas que no han conseguido traer de Etiopía a los hijos que habían adoptado. Me parece terrible su historia y todo el coste emocional y económico que les está suponiendo. Quiero que su caso se escuche.
¿Qué opina de cómo se está tratando informativamente el ébola? Parece que solo importa que la epidemia no llegue a Europa, no que África desaparezca.
-Es curioso e injusto. Médicos del Mundo dice que hay que poner los medios en el origen de la enfermedad, pero se olvida porque es África. Y ese continente es más que safaris.
Mediaset quiere innovar, dar una ‘vuelta de tuerca’ a sus informativos. ¿Se puede hacer algo distinto?
-No puede haber un cambio radical porque los informativos están su-perinventados, pero es posible apostar por menos temas, introducir entrevistas en directo en plató con expertos, elaborar vídeos diferentes... enfocar la información de otra manera.
En EE.UU. se ha jubilado Barbara Walters a los 84 años, tras 53 en televisión, la primera mujer en presentar un informativo de ‘prime time’ en una ‘network’... ¿Se imagina un caso así entre nosotros?
-¡Ojalá! Desgraciadamente puedo imaginármelo más en el caso de un hombre que de una mujer.