Bilbao. EL programa de ETB-1 Euskal kantuen gaua es ya un clásico imprescindible en la sobremesa de la cena de Nochebuena en decenas de miles de hogares vascos. Casi como el turrón. Personajes de la vida social, cultural, política, sindical y deportiva del país entonan (y en muchos casos, por qué no decirlo, desentonan) canciones populares vascas de ayer y de hoy. Siempre hay lugar para la sorpresa, y este año una de ellas vendrá de la mano de unos particulares The Beatles.

Ha trascendido solo la imagen y, por ello, aún no se puede decir si los cuatro jugadores del Athletic que se caracterizarán de los músicos de Liverpool merecerán tarjeta roja por los gallos que puedan soltar. Gallos en el campo, pero es de desear que no en el escenario, Markel Susaeta, Iker Muniain, Mikel Balenziaga y Óscar de Marcos han clavado la imagen de George Harrison, Paul McCartney, Ringo Star y John Lenon, y han ensayado un particular Love me do que ofrecerán en la velada de Nochebuena, lo que puede pasar a la historia, parafraseando otro mítico tema de The Beatles, como Qué Nochebuena la de aquel día.

más sorpresas Este es el aperitivo que ha desvelado Euskal Telebista, pero habrá más, porque no solo del Athletic vive el país, en lo futbolístico, y a buen seguro que habrá un equilibrio con deportistas de otros clubes (los de la Real caracterizados de The Rolling Stones sería ya rizar el rizo).

La cita de Euskal kantuen gaua hará también, con toda seguridad, curiosos compañeros de cama musical entre miembros de la clase política. Hace dos años, por ejemplo, el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, y el de Gipuzkoa, Martin Garitano, se calzaron las txupas rockeras y dieron buena cuenta del tema de Niko Etxart Euskal Herri Rock&Rolling. El año pasado, asimismo, un total de 19 parlamentarios de la Cámara de Gasteiz cantaron juntos el tema de Ruper Ordorika Zaindu maite duzun hori. Representantes de EAJ-PNV, EH Bildu, PSE, PP y UPyD intervinieron mediante un vídeo-clip grabado en el Parlamento Vasco. La Noche de Paz fue un foro propicio para reunir en un mismo empeño a parlamentarios que no suelen cantar al unísono muy a menudo (más bien, casi nunca). Es la magia de esa noche, y de ese programa.