Selma Huxlley: "A Red Bay le llamaron la tierra que Dios dio a Caín, pero es maravillosa"
Bilbao. Una suma de pasiones y casualidades le trajo a Euskadi de su Londres natal, donde recuerda "haber jugado en el parque con otra niña llamada Elizabeth, la actual reina de Inglaterra". Le trajo aquí y le llevó a los archivos de medio mundo, donde pudo reconstruir una historia: las pesquerías vascas de bacalao y ballena en Terranova. Descubrió la existencia de una industria ballenera vasca en el siglo XVI en Labrador; sus puertos balleneros, restos arqueológicos de sus bases, así como la presencia de galeones vascos hundidos en aquellos puertos, entre ellos el San Juan. Uno de esos puertos, Red Bay, acaba de ser nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
¿Qué sintió al dar con Red Bay?
Que era un sitio maravilloso, pese a que algún explorador británico lo había bautizado como la tierra que Dios dio a Caín, porque la verdad es que la naturaleza era agreste.
¿Recuerda el hallazgo?
Llevábamos tres semanas en Labrador y habíamos encontrado poca cosas, algunos indicios, restos. De pronto, un día alguien nos llevó en una furgoneta a Red Bay. Dos hijos y yo dormíamos en tienda de campaña y había unas moscas negras tremendas que te devoraban los ojos, cualquier cosa...
Para darse media vuelta, vamos...
¡Qué dice! Aquello estaba lleno de las típicas tejas vascas del siglo XVI para hacer hornos. En las plantaciones de patatas había barbas de ballena y un hijo mío encontró el primer arpón.
¿Nunca temió que...?
¿Que no hubiese nada? No. La documentación era contundente y en toda la costa de Labrador se reproducían los lugares que había visto en los mapas viejos. ¡Tenían que estar ahí! Y estaban, claro.
¿Antes que Colón?
Ja, ja, ja. Es ridículo pensar que llegaron antes. Ahora todos los pueblos de la tierra reivindican que llegaron antes, pero todo apunta a que se trataba de asentamientos de 1520 en adelante. Ahora bien...
¡No me diga!
Al otro lado del estrecho de Bering hay un asentamiento vikingo del año 1000. ¿No cruzaron nunca esa bahía...? Los vikingos estuvieron tres siglos en Groenlandia y desde allí zarpaba Erik, El Rojo.
¿Cómo supieron los pescadores vascos que había ballenas?
¡No lo sabían! Fueron siguiendo el bacalao y se encontraron con las ballenas.
¡Un Dorado en la mar!
La ballena era un negocio, claro. Piense que hoy en aquellas tierras viven unas 1.200 personas y por aquel entonces fueron cerca de dos mil vascos en treinta galeones.
¿Cómo se sufragaban aquellas travesías?
Con préstamos y seguros. Algunos se llamaban seguros a la gruesa aventura. Si regresabas, pagabas un 30% más de lo prestado, si no volvías... ¡nada, claro! Me llamó la atención que Burgos era el Lloyd's del siglo XVI, con préstamos al 13%, un interés bajo para la época.
¿Qué valor histórico concede a este descubrimiento?
Desde el Polo Norte hasta el Golfo de México es el primer asentamiento comercial que se conoce: ¡el primer asentamiento de Estados Unidos!
¿Dónde nació su interés por esta historia?
Es larga de contar y se mezclan un accidente de moto en Manzanares (Madrid), una visita al Gohierri guipuzcoano, una parada en Alegría y la figura de un cura ilustrado, Don Pío Montoya. Eran los años cincuenta y la policía secreta no nos dejaba... ¡Bueno, una larga historia que retomé, ya viuda, años después!
Así fue cómo encontró este pedazo oculto de la historia en los archivos, ¿cree que aún quedan otros hallazgos?
Aún quedan muchas historias como esta por descubrir.
¿Pueden quedar en Labrador descendientes de aquellos vascos?
¿Cómo saberlo? Hay algunos genetistas que buscan, pero... ¿cómo distinguen si son descendientes de los vascos del siglo XVI o del XVIII?